La OMS vuelve a decretar la emergencia sanitaria internacional por la viruela del mono

La organización toma la medida por la expansión de una variante del virus aparentemente más letal en África

Un médico examina a un niño con mpox en el territorio de Nyiragongo, en la provincia de North Kivu (República Democrática del Congo).Arlette Bashizi (REUTERS)

La expansión en África de una nueva variante aparentemente más letal de la viruela del mono (rebautizada como mpox) ha llevado este miércoles a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar la emergencia de salud pública de importancia internacional. Es la segunda vez que el organismo activa el máximo nivel de alerta que prevé el Reglamento Sanitario Internacional por esta enfermedad y la octava en la historia.

La decisión ha sido unánime entre los miembros del Comité de Emergencia de la OMS. “La detección y rápida propagación de un nuevo clado [variante] de mpox en el este de la República Democrática del Congo (RDC), su detección en países vecinos que no la habían reportado anteriormente, y el potencial de una mayor propagación dentro de África y más allá es muy preocupante”, ha dicho el Adhanom Tedros Ghebreyesus, director general de la OMS, en una rueda de prensa. “Se une a otros brotes de otros clados de mpox en otras partes de África, está claro que una respuesta internacional coordinada es esencial para detener estos brotes y salvar vidas”, ha añadido.

Según ha asegurado Dimie Ogoina, director de este comité, confluyen los requisitos del reglamento sanitario internacional para declarar esta emergencia internacional. “Aunque conocemos la enfermedad desde hace años, estamos ante el mayor brote que hemos visto, y hay población vulnerable, como niños y embarazadas, que están siendo afectados. Está expandiéndose más allá de RCD, y creemos que hay un riesgo de expansión internacional más allá de África”, ha enumerado. Seguidamente, ha justificado la necesidad de la emergencia para propiciar “una acción global” que mejore “la vigilancia y la respuesta de salud pública ante este reto”.

La OMS toma esta medida solo un día después de que los Centros Africanos para el Control y Prevención de Enfermedades decretaran la alerta en el continente (la primera vez que esto sucede), después de haber registrado 15.000 casos y 461 muertes por este virus en lo que va de año. El número de contagios detectados es muy superior (un 160%) al del pasado por estas fechas y muy probablemente es solo una pequeña fracción de los que realmente se han producido. La mayoría de estos casos se concentran en la República Democrática del Congo, aunque el virus ya se está expandiendo a otros países como Uganda, Kenia y Ruanda.

Los virus analizados pertenecen a un clado distinto al que provocó la alerta internacional que la OMS decretó en 2022 y que dio por finalizada en mayo de 2023. Los expertos apuntan a que puede ser más letal que el anterior. En África están falleciendo alrededor del 3% de los que dan positivo, aunque hay que tener en cuenta que los niveles de diagnóstico en el continente son deficientes y sus capacidades sanitarias, de cara al tratamiento, son mucho peores que en los países desarrollados.

El primer clado de la mpox se transmitía principalmente en las relaciones sexuales, mediante contactos muy íntimos. Todavía no están del todo claros los mecanismos de transmisión específicos de la nueva variante, pero parece tener más facilidad de contagio y provocar casos más graves. En esta ola de transmisión en RCD, los niños están siendo las principales víctimas: un 70% de los positivos son de menores de 15 años, y un 39% de menores de cinco años, que registran un 62% de las muertes.

La consideración de emergencia sanitaria internacional no implica ningún tipo de obligación para los países, pero permite una mejor acción coordinada entre los estados, mayor agilidad a la hora de comprar vacunas, y que los gobiernos africanos se puedan saltar algunos procesos burocráticos que ralentizan el proceso. Según decía Madhu Pai, miembro de la escuela de salud global McGill de Canadá, en la red social X, harían falta 10 millones de inyecciones en África, cuando solo hay disponibles unas 200.000.

Un primer problema, más allá del económico, es que la capacidad de fabricación de vacunas es limitada. Tim Nguyen, director de la Unidad de Eventos de Alto Impacto en la Preparación y Prevención de Pandemias de la OMS, ha explicado que están en contacto con los fabricantes de las vacunas más usadas hasta ahora contra la mpox, que le han comunicado que hay medio millón en reserva, que otras 2,4 millones podrían ser porducidas hasta final del año y para 2025 podría haber otras 10 millones de dosis. Además, la OMS está en contacto con países que tienen reservas para recibir donaciones.

Maria Van Kerkhove, del programa de Emergencias de la OMS, ha señalado que hace falta conocer mucho mejor la epidemiología del virus, cómo se está transmitiendo y dónde para poder focalizar las vacunas entre la población que realmente está en más riesgo. “Las vacunas son una de las intervenciones, pero no la única. Sabemos que podemos parar la transmisión trabajando estrechamente con las comunidades”, ha asegurado.

Las vacunas y la información a los grupos de riesgo fueron las claves para frenar la propagación de la mpox en Occidente. Las trasmisiones se centraban sobre todo en hombres que tenían sexo con hombres sin protección, un colectivo en el que se han focalizado las campañas y las recomendaciones de vacunación.

El Ministerio de Sanidad de España contabilizó 40.610 personas inmunizadas y la semana pasada advirtió que solo la mitad de ellas había recibido la segunda dosis, haciendo un llamamiento a las demás para que fueran a sus centros médicos para pedirlas. Desde abril de 2022, cuando se detectaron los primeros casos, se han comunicado 8.100 casos de infección por mpox, de los cuales 260 han sido notificados en 2024.

Según la última evaluación del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), el riesgo que supone la nueva variante en Europa es “muy bajo”. En un comunicado fechado el pasado 29 de julio, su directora, Pamela Rendi-Wagner, declaraba: “Me gustaría destacar que el riesgo para la población europea sigue siendo muy bajo. El ECDC está colaborando con nuestros socios en África en sus esfuerzos por contener este brote en beneficio de todos los afectados, prevenir que esta nueva variante se propague aún más y reforzar las capacidades de preparación y respuesta futuras”. No obstante, el organismo está preparando otra evaluación del riesgo que publicará en los próximos días.


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