Iñaki Galán, epidemiólogo: “Los chavales tienen un acceso demasiado fácil al alcohol”
El investigador considera que es importante una regulación nacional para reducir el consumo entre los adolescentes, algo que se ha intentado varias veces, pero se ha parado por la “influencia de la industria”
El Ministerio de Sanidad ha dado este martes el primer paso para aprobar una ley destinada a reducir el consumo de alcohol entre menores de edad. Además de aumentar restricciones en la publicidad y los puntos de venta, establece una serie de programas en ámbitos educativos, familiares o sanitarios para atacar un problema que afecta al desarrollo físico, psíquico y social de los adolescentes. Iñaki Galán (Bilbao, 64 años...
El Ministerio de Sanidad ha dado este martes el primer paso para aprobar una ley destinada a reducir el consumo de alcohol entre menores de edad. Además de aumentar restricciones en la publicidad y los puntos de venta, establece una serie de programas en ámbitos educativos, familiares o sanitarios para atacar un problema que afecta al desarrollo físico, psíquico y social de los adolescentes. Iñaki Galán (Bilbao, 64 años), investigador del Centro Nacional de Epidemiología, uno de los mayores expertos en las tendencias de consumo de bebidas alcohólicas en España, responde por teléfono a esta entrevista.
Pregunta. ¿Son efectivas las leyes a la hora de la prevención del consumo de alcohol en menores?
Respuesta. Es muy importante que haya una ley, una regulación nacional. Se ha intentado sacar muchas veces, ha estado siempre a puertas de poder cristalizarse. Es la quinta o sexta tentativa y parece que, ya por fin, este equipo de gobierno tiene la voluntad de lanzarla.
P. ¿Cuál ha sido el obstáculo hasta ahora?
R. Siempre se han callado a nivel político porque la industria cuenta con mucha influencia. En la economía de España es importante, y el Ministerio de Sanidad siempre tiene una confrontación [sobre la regulación del alcohol], entre comillas, con el Ministerio de Agricultura. También con Hacienda. La industria alcoholera tampoco está interesada en que surjan regulaciones que no se sabe bien cómo van a acabar. Entonces, siempre se ha ido parando todo. Esto pasa en España, en Europa y en otros países.
P. ¿Por qué es importante esa regulación nacional?
R. Es muy importante, cuando se trabajan grandes factores de riesgo, como el alcohol, la hipertensión o el tabaco. Si no hay una regulación nacional, cada comunidad autónoma tendrá sus propias legislaciones, todas parecidas pero no exactamente iguales. En el caso del consumo de alcohol dirigido a menores, es importante que no haya múltiples normas, sino una única, de mínimos, que cada comunidad pueda desarrollar y ampliar. Esto permite que el Ministerio a nivel central adquiera el liderazgo de ese programa de prevención y control. En alcohol, el Ministerio siempre ha ido por detrás de las comunidades autónomas, pero ahora parece que es un buen momento para avanzar.
P. El problema del alcohol en los jóvenes no es menor, pero sí que había una tendencia a la baja que tras la pandemia repuntó. ¿Cómo analiza esos hábitos de consumo?
R. La tendencia de consumo, a través de las encuestas bienales de estudiantes de secundaria de 14 a 18 años, va a la baja desde los noventa, con altibajos, pero claramente va a la baja. La prevalencia de consumo es alta, pero era mayor hace una o dos décadas. La población adulta consume también menos alcohol, al igual que el tabaco. El contexto familiar es muy importante; lo que se ve en casa, se normaliza para uno mismo. Es fundamental desnormalizar el consumo de alcohol en el contexto familiar.
P. Este pequeño repunte del consumo tras la pandemia, ¿lo ve como un altibajo más o puede ser un cambio de tendencia?
R. El consumo de alcohol tiende a la baja, con dientes de sierra, pero a la baja. El último es uno más, no hay que darle tanta importancia. El dato del 2023 es menor que el de 1994. Este pequeño incremento probablemente sea temporal y en la próxima encuesta vuelva a bajar.
P. En cuanto a las medidas, ¿cuáles considera prioritarias para los menores?
R. La accesibilidad de los chavales al alcohol es muy fácil. Prácticamente, uno de cada dos adolescentes que beben consiguen alcohol en supermercados. La venta está prohibida a menores de edad, pero acceden fácilmente. Esta regulación ya está establecida, pero no se está cumpliendo bien. Además, el alcohol es muy barato. Cuanto menos accesible sea, más difícil será su consumo. Esto también afectaría a la población adulta. En España, cuesta menos una lata de cerveza que una de refresco. Incrementar el precio unitario de una bebida alcohólica reduciría el consumo.
P. Sin embargo, el tema impositivo o de precios no aparece entre las medidas que ha anunciado este martes Sanidad. ¿Por qué cree que sucede?
R. Sobre todo porque Hacienda y otros ministerios también están implicados.
P. Al final, resulta ser una de las medidas más efectivas. Subir precios reduce el consumo casi automáticamente, como sucede con el tabaco, ¿no?
R. Exacto. Y afecta más a la población joven, que tiene más dificultades para gastar en estos productos.
P. El anteproyecto incluye medidas para restringir la publicidad en eventos relacionados con menores y cerca de colegios. ¿Esto puede ayudar a reducir el consumo o es más bien cosmético?
R. Cualquier medida ayuda, aunque parezca que puede tener una eficacia pequeña. Todo lo que sea desnormalizar es importante. Si ves publicidad por todas partes, te acostumbras, ves que es un producto de consumo normal. Si un chaval va de su casa al colegio, pasando por todo tipo de terrazas con marcas de cervezas... todo el mobiliario urbano está relacionado con el consumo de alcohol; en el escaparate de un supermercado, en la gasolinera. Está absolutamente normalizado y nos rodea por todos los sitios. Todo esto hay que reducirlo. Esto sería bastante sencillo a través de una legislación.
P. En el anteproyecto se prohíbe la publicidad en entornos cercanos a centros educativos, por ejemplo, pero no en la mayoría de espacios públicos, ¿es insuficiente?
R. Hay que empezar por algo, lo importante es que la regulación empiece a trabajar, aunque sea en peldaños pequeños. Y que luego la siguiente legislación mejore. Es lo que ocurrió con el tabaco: la primera ley no era completa, no era integral; la segunda mejoró a la primera y ahora se va a mejorar a la segunda. En el caso del alcohol, habrá que pasar también por este tránsito.
P. ¿Qué piensa de la prohibición del reclamo del “consumo responsable de alcohol” que prevé la norma?
R. El reclamo es un invento de la industria. Es un mensaje positivo, que se supone que busca evitar borracheras, pero lo que quiere es simple y llanamente vender más alcohol, que es lógicamente su negocio. No tiene ninguna base científica.
P. Esta misma semana ha publicado un estudio que desmiente las bondades de un consumo moderado.
R. Sí, nuestro estudio, junto a otros, desmonta que este consumo moderado o de bajo riesgo o, como dice la industria, tenga realmente un efecto protector para la salud. Además, no sabemos qué entiende por consumo responsable cada persona; hay quien puede considerar que cinco o seis cervezas lo son, así que es una información sin ninguna base.