Navarra es la comunidad que más ha avanzado en el cumplimiento de la Agenda 2030, pero hay “riesgos de involución”
La región ha progresado en objetivos como “educación de calidad” y paridad, pero ha retrocedido en pobreza y desigualdad
La Comunidad Foral de Navarra ha participado en el Examen Nacional Voluntario al que se ha sometido España ante la ONU para evaluar el avance en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Ha sido invitada por el Gobierno central por ser la que más ha avanzado en el cumplimiento de la hoja de ruta marcada y por tener un nivel de gobernanza muy participado. Junto con Euskadi y Flandes, Navarra ha sido reconocida como una de las regiones europeas más implicadas en esta cuestión. Con motivo de esta cita, el Gobierno foral ha realizado un diagnóstico sobre el cumplimiento de los 17 ODS, tomando como referencia la información de 2023.
La base de datos analizada incluye 283 indicadores y compara la situación actual con la de hace trece años. Como resultado, Navarra empeora en cuatro objetivos, mejora en cinco y en los restantes, no tiene datos actualizados. En concreto, la comunidad ha mejorado en el cuarto ODS, “Educación de calidad”, en los índices de paridad y en el avance de la coeducación. Sin embargo, ha empeorado en las tasas de pobreza y desigualdad. A raíz de este análisis, el Ejecutivo foral ha reconocido que, pese a ser los más avanzados, “vamos tarde” y estamos “muy lejos de la meta propuesta para 2030″.
La presidenta de la comunidad, María Chivite (PSN), ha reconocido desde Nueva York, donde ha presentado los resultados, que el progreso no está siendo lineal: “El avance en la consecución de estos objetivos es claro, pero queda mucho por hacer y tenemos riesgos de involución. La ultraderecha ha acogido la agenda 2030 como un enemigo a abatir y tendremos que seguir peleando”.
En el ejecutivo insisten en subrayar que, desde 2010, año con el que se ha realizado la comparativa, se han producido situaciones que han afectado de forma importante a la economía. Entre ellas, la crisis de la burbuja inmobiliaria –que en Navarra se dejó sentir especialmente a partir de 2011-, la pandemia de COVID-19, la guerra de Ucrania y la escalada de precios. Todo ello ha influido en los resultados que se han presentado ante Naciones Unidas.
En lo que respecta a los avances en una educación de calidad, han subrayado la digitalización de las aulas. Navarra ha invertido 60 millones de euros en cinco años para adaptar las escuelas a las necesidades educativas actuales. Como ejemplo, han destacado que el alumnado a partir de 12 años cuenta con un dispositivo personal (Chromebook) y se beneficia del uso de pantallas inteligentes o aulas Ikasnova. En cuanto al avance en igualdad de género, han destacado el desarrollo del programa coeducativo Skolae, que fue premiado por la UNESCO como una buena práctica efectiva en la promoción de la igualdad y que ya forma parte del currículo autonómico educativo. Se ha implementado ya en el 84% de los centros educativos, que deben incluir y justificar en su proyecto educativo las medidas realizadas. De ellos, el 77% son públicos y el resto, concertados. Quedan todavía cuarenta centros por poner en práctica un programa que incluye medidas tanto para formar al alumnado, como al profesorado.
Entre los indicadores en los que Navarra ha empeorado está el de erradicar la pobreza. Al término de 2023, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social rondaba el 17%. En estos datos han influido, señala Chivite, las crisis de los últimos años. La socialista ha defendido las ayudas públicas a los más vulnerables porque “funcionan”. Desde noviembre de 2022, Navarra gestiona el Ingreso Mínimo Vital, además de la Renta Garantizada. El año pasado, algo más de 16.000 familias residentes en territorio foral la percibieron.
Existe un problema y son los indicadores no actualizados que impiden hacer una adecuada radiografía como, por ejemplo, los que miden los avances en la protección del medio ambiente, dentro del ODS 13 “Acción por el clima”. No es el único obstáculo con el que se encuentran las Administraciones públicas a la hora de realizar un balance. Es el caso del objetivo número siete, que mide los avances en la producción de energía asequible y no contaminante. Se ha reducido el porcentaje de energía renovable que se produce respecto de la producción eléctrica total. Falta aquí un mayor desarrollo de la legislación, puesto que, por ejemplo, hoy en día, en España no es obligatorio registrar la producción de energía solar fotovoltaica que se logra en instalaciones pequeñas. Esa energía se consume directamente, no se registra y no existe una información completa. Sí sabemos que, en el año 2023, la producción eléctrica renovable en Navarra ha superado ya a la no renovable. Y en lo que respecta al autoconsumo, un 3% de toda la energía eléctrica que se consume en la Comunidad foral procede del autoconsumo. De hecho, según datos de la dirección general de Energía, mientras que en 2021 había 21 megavatios de autoconsumo instalados, actualmente son 180.
Chivite ha reconocido que el Ejecutivo foral ha fallado a la hora de “hacer pedagogía” sobre la Agenda 2030. “Es verdad que la legislatura pasada estuvo marcada por el covid y que hicimos muchísimo trabajo interno, más técnico, pero descuidamos la traslación de estos objetivos a la ciudadanía”, ha dicho Chivite. Ese es el objetivo a partir de ahora, señala.