18 años de prisión para el hombre que mató a la hija de su ex, con la que mantenía una relación secreta

El autor del asesinato machista, ya condenado por amenazar a la madre y con orden de alejamiento de ambas, quedó con la joven de 20 años en su casa y la apuñaló

Puerta de la vivienda en la que se cometió el crimen, al día siguiente de los hechos.Borja Sánchez-Trillo (EFE)

Ronald Z. apuñaló de forma cruel y por sorpresa a Ruby, la chica con la que mantenía una relación en secreto, en las Navidades de 2022. El noviazgo era clandestino porque había surgido cuando la joven llegó a vivir a España y se instaló en casa de su madre, la que entonces era pareja de Ronald. Mientras estaban los tres bajo el mismo techo comenzaron la relación, al mismo tiempo que el hombre también sometía a maltrato y amenazas a la madre. Acabó yéndose de la casa, pero logró quedar una última vez con Ruby, una cita fatal en la que acabó asestándole 10 puñaladas a la chica, sin que esta tuviera ni la más mínima posibilidad de defenderse o escapar. El acusado acaba de aceptar una pena de 18 años de prisión tras reconocer íntegramente los hechos. La madre se enteró de la relación al mismo tiempo que le notificaron el asesinato de su hija.

El crimen se produjo después de un momento crítico, tras una primera condena por amenazas contra su expareja y madre de la víctima mortal, que le imponía una orden de alejamiento de ambas mujeres y 10 meses de prisión, por los que no llegó a ingresar en la cárcel. El criminal les había llegado a decir a ambas: “Voy a quemar esta casa y de aquí no sale nadie”. Eso sucedió el 22 de diciembre de 2022. Menos de 24 horas después de recibir esa notificación, Ronald hizo caso omiso a la sentencia y contactó con la hija de su ex, con la que ya había empezado una relación cuando convivía con ella como su padrastro. La llamó con el móvil de un amigo.

El homicida llegó a quedar con la chica el día de Nochebuena. Concertaron una cita en el distrito de Fuencarral y después se fueron a pasear por El Retiro, en Madrid. Comenzó entonces el periodo que los expertos denominan como “luna de miel”, la fase en la que el maltratador reconquista a su víctima, se muestra como alguien dócil y asegura que ha cambiado. En este proceso, Ronald y Ruby volvieron a quedar el día 26 de diciembre en el barrio de Delicias. Entonces, él se presentó con comida, una carta en la que le pedía perdón por todo el daño que le había hecho y dinero. Ronald conocía a la chica a la que acabó matando desde que tenía 14 años, por vía telemática. La primera vez que se vieron en persona fue en 2021, cuando ella se mudó a España.

Fue en el tercer encuentro en el que el hombre asesinó a su pareja. Entonces Ruby ya había bajado todas sus defensas y quedó sobre las diez de la mañana con su novio. La joven vestía una camiseta negra y un peto vaquero. Estuvieron juntos varias horas hasta que por fin, confiada, acudió al domicilio de Ronald. Comieron juntos y compartieron un momento tan íntimo como que ella le cortara el pelo a él. Justo después, el hombre decidió acabar con la vida de la chica a puñaladas. En concreto 10 y en zonas vitales. La joven no tuvo ninguna posibilidad de salvarse. Perdió mucha sangre en cuestión de segundos.

La sentencia condena al acusado a 18 años de prisión por asesinato, porque ha quedado probado que Ruby no mostraba signos de defensa y fue atacada de forma sorpresiva. El fallo judicial reconoce la agravante de parentesco, pero también la atenuante de alteración psíquica leve porque el condenado tiene un trastorno límite de personalidad reconocido por los especialistas del juzgado. También se le suma la pena de quebrantamiento de condena con 10 meses más de cárcel. Y deberá indemnizar a la madre de Ruby, su expareja, con 220.000 euros.

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