María Salmerón ya no volverá a la cárcel: “Han sido dos décadas para volver a respirar tranquila”
La Audiencia de Sevilla suspende la ejecución de una condena de cinco meses de prisión a la mujer encarcelada por negarse a cumplir el régimen de visitas de su hija con su exmarido, condenado por maltrato
La Audiencia de Sevilla ha suspendido la pena de cinco meses de prisión por un delito de desobediencia por el que María Salmerón fue condenada el 18 de diciembre de 2019. Se trata de la última sanción que tenía pendiente esta mujer de 59 años que hace dos tuvo que ingresar en prisión por negarse a cumplir el régimen de visitas de su hija con su exmarido, condenado por maltratarla a ella mientras estuvieron c...
La Audiencia de Sevilla ha suspendido la pena de cinco meses de prisión por un delito de desobediencia por el que María Salmerón fue condenada el 18 de diciembre de 2019. Se trata de la última sanción que tenía pendiente esta mujer de 59 años que hace dos tuvo que ingresar en prisión por negarse a cumplir el régimen de visitas de su hija con su exmarido, condenado por maltratarla a ella mientras estuvieron casados, la misma razón por la que se dictó su última sentencia. “Han sido dos décadas para poder volver a respirar tranquila”, explica Salmerón a este diario en una frase que resume el alivio que siente después del calvario judicial que ha sufrido todo este tiempo solo, como siempre ha repetido, por cumplir con el deseo de su hija.
En el auto se llama la atención sobre que todos los hechos delictivos que acumula son anteriores a octubre de 2014 y que “la situación familiar que origina los hechos aquí enjuiciados cesó también hace años, al adquirir su hija la mayoría de edad, eliminando el riesgo de reiteración delictiva”. Los jueces destacan que desde entonces “no consta que haya cometido nuevos delitos”. Por todo ello y porque Salmerón no ha delinquido en los últimos nueve años, la sala considera “frente al criterio del magistrado de instancia, que no podemos afirmar con rigurosidad un pronóstico de criminalidad desfavorable y nada impide la concesión del beneficio extraordinario”, relativo a la suspensión de la condena. La medida está condicionada a que no delinca en los próximos cinco meses.
Desde que se separó del padre de su hija en 2000 para acabar con el maltrato físico que le infligía, la estrategia del exmarido de Salmerón, dirigida por la Asociación Víctimas de la Ley de Violencia de Género, se centró en interponer distintas denuncias cada vez que ella incumplía el régimen de visitas, inducida por el terror que su propia hija manifestaba cada vez que tenía que dejarla en el punto de encuentro, y que ella misma relató en una entrevista con este diario. El Tribunal Supremo condenó en 2008 a su expareja a 21 meses de prisión por maltratarla, pero la falta de antecedentes y lo reducido de la pena le libró de entrar en la cárcel.
Algo que, sin embargo, no pudo eludir Salmerón, que el 9 de junio de 2022 ingresaba en el centro penitenciario de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) para cumplir con la pena de nueve meses de prisión por desobediencia a la autoridad, después de que no prosperara su cuarta petición de indulto. Seis meses después pudo salir en libertad condicional y aunque estaba contenta, su felicidad no era plena, porque tenía la sombra de esta última condena. “Estoy con la incertidumbre de si me tienen preparada otra cosa”, contaba entonces con un deje de angustia en su voz.
Hoy esa angustia se ha convertido en una alegría que arrastra mucho cansancio acumulado después de tantos años de lucha, primero contra su exmarido y luego contra el sistema judicial. En estos 24 años se ha enfrentado a seis condenas, tres de ellas indultadas, una conmutada por multa, esta última suspendida y la que no pudo evadir y le ha dejado un poso de rabia en su corazón. “Una injusticia”, como siempre definió esa decisión, que hoy siente en cierto modo reparada en parte.