ESPECIAL PUBLICIDAD

Los internistas reivindican su papel como ‘directores de orquesta’ de los hospitales

Hoy se celebra el Día de la Medicina Interna en España, una especialidad que agrupa a más de 8.000 profesionales que intervienen en la atención a los pacientes desde que ingresan en un hospital hasta que son dados de alta. La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) apunta que su actividad es tan importante como desconocida para buena parte de la sociedad. Así viven los discípulos de Marañón (y colegas del televisivo doctor House) en la era de la medicina de precisión

Hace 72 años que se fundó la SEMI, con una filosofía inalterada: por mucho que dependa de los avances técnicos y terapéuticos, la medicina no puede perder su carácter humanista.Tinpixels (Getty Images)

En un hospital trabajan cientos (o incluso miles) de profesionales, y todos son necesarios, pero hay una especialidad que es la columna vertebral del funcionamiento del centro: la medicina interna. De hecho, es la especialidad más antigua de la medicina, la troncal de la que surgieron el resto. Sin embargo, ese decanato contrasta con una evidencia: la mayor parte de la gente sería capaz de describir cuál es la función de un profesional de cardiología, traumatología u oncología, pero muy pocos podrían precisar qué hace un internista. Por eso reivindican su rol clave tanto en los hospitales como en el sistema sanitario.

Los más de 8.000 que trabajan en los hospitales españoles son conscientes de esa invisibilidad. “Somos los grandes desconocidos no solo para la sociedad, también para la Administración Sanitaria”, apunta la presidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Juana Carretero. El diagnóstico está claro y la terapia, consideran en la SEMI, pasa por dar visibilidad a una especialidad médica que ha afrontado retos de primer orden en las últimas décadas. La doctora Carretero cita tres cuyo impacto trasciende lo meramente sanitario: “Cuando surgió el VIH, nos hicimos cargo de una enfermedad desconocida para todos, y lo mismo ocurrió con la crisis del aceite de colza [a partir de 1980 provocó 5.000 muertes y dejó secuelas a más de 20.000 personas] o con la más reciente epidemia de covid”.

Cuando surgió el VIH, nos hicimos cargo de una enfermedad desconocida para todos, y lo mismo ocurrió con la crisis del aceite de colza [a partir de 1980 provocó 5.000 muertes y dejó secuelas a más de 20.000 personas] o con la más reciente epidemia de covid
Juana Carretero, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI)

El primer Día de la Medicina Interna en España que se celebra hoy, 8 de febrero, coincide con la fecha en la que vio la luz la SEMI en 1952. Pretende, por un lado, reivindicar el papel clave de esta especialidad en el día a día de los hospitales y en el Sistema Nacional de Salud, y por otro, dar a conocer la actividad de los internistas a la opinión pública.

Los ‘Zubin Metha’ del hospital

¿Qué hace un internista? ¿Por qué puede decirse que es imprescindible en un centro? La presidenta de la SEMI recurre a una metáfora para explicar su actividad: “Puede considerarse el director de orquesta de un hospital, es la persona que guía el viaje del paciente en el centro, el profesional que le asegura que va a atender todas las patologías con las que ha ingresado”. Salvo algunas excepciones, la mayoría de las personas que ingresan en un hospital lo hacen con varios problemas. “Una persona puede acudir con una infección, pero además presentar una diabetes tipo 2 o insuficiencia cardiaca, problemas que hay saber tratarle a la vez que se aborda la causa principal del ingreso”, puntualiza la doctora Carretero.

Esa visión global que tienen los internistas de los procesos y del funcionamiento hospitalario hace que algunos acaben en la gestión sanitaria. Muchos de los directores médicos de los hospitales proceden de medicina interna, un puesto en el que suelen demostrar la capacidad para optimizar los medios de que disponen. “Sabemos ser eficientes y conseguir más con los mismos recursos porque estamos acostumbrados a hacer lo mismo con la salud de los pacientes”, explica la presidenta de la SEMI.

Las estadísticas sobre las altas que se producen en los hospitales demuestran el peso de los internistas en el funcionamiento de los centros, una de cada cuatro altas la firma un profesional de medicina interna. Pero, además, juegan un papel fundamental en cada una de las intervenciones quirúrgicas, como recuerda Carretero. “Antes de ir al quirófano, el internista le pone al día al paciente todas sus patologías previas, de manera que se someta a una cirugía en una situación más optimizada”.

Como directores de orquesta de los hospitales, los internistas ejercen un papel transversal y polivalente que se puso en evidencia durante la pandemia de covid-19. En la primera ola los servicios de medicina interna atendieron al 80% de los pacientes no críticos hospitalizados, un porcentaje que incluso fue superior en olas sucesivas. Según el expresidente de la SEMI, Miquel Vilardell, “este modelo hospitalista fue muy importante en la asistencia a los pacientes, donde la coordinación de servicios y el trabajo multidisciplinar resultaron muy positivos”.

En la cobertura mediática de la pandemia se produjo una paradoja que pone en evidencia la invisibilidad social que la medicina interna pretende paliar: el peso de la atención y la coordinación recayó en primer lugar en los internistas y, sin embargo, en los medios apenas se contó con su opinión como expertos clínicos, mientras se requería la de epidemiólogos y microbiólogos.

El modelo hospitalista que citaba el doctor Vilardell descansa sobre la labor de los especialistas dedicados al cuidado del paciente ingresado, es decir, fundamentalmente sobre los internistas. Este modelo, que nació en Estados Unidos, ha demostrado una reducción de la duración de los ingresos y de los costes hospitalarios, sin incidencia alguna en la mortalidad. Dicho de otra manera: la calidad de un hospital puede medirse por la fortaleza de su medicina interna porque “no solo refleja la capacidad del centro para proporcionar atención médica de calidad, sino que garantiza un enfoque integral, coordinado y centrado en el paciente en su totalidad”, apunta Víctor García Bustos, premio Joven Internista Profesor Dr. Jaime Merino de 2023, que concede la SEMI.

Los doctores de la actual Comisión Permanente de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). De izquierda a derecha, Montserrat Chimeno, vicepresidenta 1ª; Manuel Méndez, secretario general; Juana Carretero, presidenta; María Teresa Herranz, asesora de la presidenta; José M. Porcel, vicepresidente 2º, y Pablo Pérez, tesorero.
Uno de los principales atractivos de la medicina interna son los retos diagnósticos, el convertirnos en detectives capaces de descubrir diagnósticos complejos o difíciles
Víctor García Bustos, premio Joven Internista Profesor Dr. Jaime Merino de 2023

Los internistas son, en palabras del doctor García Bustos, “el corazón de la atención hospitalaria”. La serie House ha reflejado a la perfección ese papel. Su protagonista y el equipo de especialistas que dirige muestran en cada capítulo el papel que ejercen de directores de orquesta de la atención hospitalaria y la complejidad de la especialidad que han elegido, aspectos muy sugerentes para muchos recién licenciados que aprueban el MIR. Además de la relación médico-paciente, García Bustos, señala que “uno de los principales atractivos de la medicina interna son los retos diagnósticos, el convertirnos en detectives capaces de descubrir diagnósticos complejos o difíciles”. Pero, sobre todo, House muestra la importancia de la medicina centrada en el paciente. En cada capítulo se ve cómo el enfermo es el protagonista en torno al cual gira la acción.

El ejemplo de Marañón y Jiménez Díaz

Cuando hace justo hoy 72 años Gregorio Marañón, Carlos Jiménez Díaz y otros especialistas fundaron la SEMI ya destacaron que, siendo muy importantes los avances terapéuticos y técnicos, la medicina no podía perder su carácter humanista. Detrás de cada enfermedad hay una persona que merece la mejor atención y esta, con frecuencia, no pasa por realizarle muchas pruebas. Juana Carretero recuerda que “a Marañón le preguntaron cuál era el principal invento de la medicina y él respondió que la silla, porque te permite sentarte junto al paciente y escuchar”.

Con escuchar rima otro verbo que a la presidenta de la SEMI le enseñó el médico con el que aprendió y ha practicado con sus pacientes desde entonces: tocar. “Además de saber si está frío o caliente, tiene taquicardia, y obtener un montón de información relevante desde el punto de vista clínico, el paciente nota el contacto y se tranquiliza”. La terapia no puede ser más barata y efectiva, y sin menospreciar los avances técnicos, pone el acento en la humanización, una de las tendencias sobre la que pivotará la asistencia sanitaria del futuro, según los expertos.

La medicina pretende recuperar algo que en gran medida ha ido perdiendo en las últimas décadas conforme la presión asistencial arreciaba y se multiplicaban las pruebas médicas. Desde que surgió la especialidad, la medicina interna también se ha dejado cosas por el camino. En opinión de Miquel Vilardell, lo más relevante es que “ha perdido importancia como servicio competitivo en docencia e investigación”. Estos dos aspectos, junto a la atención al paciente puramente clínica, configuraban el modelo humanista con tres pilares para la formación de los profesionales que defendían figuras como Marañón o Jiménez Díaz.

Gregorio Marañón, en su biblioteca, en una imagen de 1931.

Los internistas se enfrentan en los próximos años a numerosos retos como especialidad médica que pretende ser fiel a los principios con los que nació y al mismo tiempo estar en vanguardia de la medicina. Para lograrlo es fundamental, según Miquel Vilardell, “el equilibrio entre el desarrollo de líneas de investigación, participación en la formación pregrado y postgrado y el desarrollo de la línea hospitalista”. Todo ello, según el expresidente de la SEMI, debe ser compatible “con las consultorías (medicina interna asesora a los profesionales de atención primaria) y la coordinación del proceso patológico de los pacientes en su estancia hospitalaria”.

Por otra parte, la atención humanista que se abre paso hay que hacerla compatible con la hiperespecialización que impone el avance del conocimiento médico y se requiere dentro de cada una de las especialidades. En medicina interna hay consenso en la necesidad de dotar de una formación reglada a los profesionales que dedican su labor asistencial a las enfermedades infecciosas, a través de un área de capacitación, pero no creando una nueva especialidad. “Pensamos que los profesionales de infecciosas son buenos médicos porque son buenos internistas y son capaces de ver a esa persona enferma no solo por la infección que lo ha traído al hospital, sino por cómo afecta esa infección al resto de comorbilidades (enfermedades) que presenta”, concluye la presidenta de la SEMI.

Archivado En