Los casos de gripe se disparan un 75% en la última semana del año y tensan los hospitales
La sucesión de fiestas y encuentros sociales hacen prever que siga subiendo el número de infecciones
La epidemia de gripe continúa su escalada. En la última semana del año, la incidencia reportada por los centros de atención primaria subió un 75%, hasta llegar a 438,3 casos por 100.000 habitantes, lo que también se está notando en las plantas de los hospitales, donde los ingresos se han incrementado un 60% en solo siete días (hasta los 9,5 casos por 100.000 habitantes), ...
La epidemia de gripe continúa su escalada. En la última semana del año, la incidencia reportada por los centros de atención primaria subió un 75%, hasta llegar a 438,3 casos por 100.000 habitantes, lo que también se está notando en las plantas de los hospitales, donde los ingresos se han incrementado un 60% en solo siete días (hasta los 9,5 casos por 100.000 habitantes), según los datos publicados este jueves por el Instituto de Salud Carlos III.
Se trata de las mayores tasas de gripe desde la pandemia, que ha tenido un comportamiento anómalo durante los últimos años por la preponderancia de la covid. Si se mira atrás, la mayoría de los años no pasa en las peores semanas de los 300 casos por 100.000 habitantes, aunque sí alcanza cotas superiores las temporadas más agudas. La sucesión de fiestas hace prever que la ola todavía siga subiendo algunas semanas, lo que ya ha llevado a la saturación a muchos centros de salud y está comenzando a tensionar los hospitales.
Hay territorios que están sufriendo especialmente el azote de los virus invernales. La tasa de infecciones respiratorias en toda España es de 952,9 por 100.000 habitantes (una ligera subida con respecto a la semana anterior, porque mientras ha crecido mucho la gripe, han bajado la covid y otros patógenos), pero hay comunidades que rebasan con mucho esta cifra: Castilla-La Mancha supera los 1.709, seguida de la Comunidad Valenciana (1.501), Asturias (1.318), y Castilla y León (1.209). Son datos extraídos de los centros de salud conocidos como centinelas, que están repartidos de forma proporcional por todo el territorio y permiten hacer, a modo de encuesta, una extrapolación de la situación en todo el país.
Son estas comunidades, por lo general, también las que tienen a los hospitales en una situación más complicada. Según un sondeo del sindicato CSIF, algunas de ellas, como Castilla-La Mancha, están llegando a la saturación en las plantas, mientras otras, como la Comunidad Valenciana, no llega a ese extremo, pero está teniendo que doblar camas en algunas áreas y a tener “dificultades” para encontrar refuerzos.
La situación en urgencias sí es de una saturación más generalizada en buena parte del país, según este sindicato y de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES). José Manuel Fandiño, de la junta directiva, explica que en muchos hospitales “están batiendo récords de asistencia”. Calculan que la demanda de estos servicios ha crecido entre un 20% y un 50%. Sin embargo, el porcentaje de ingresos hospitalarios de los pacientes que acude a urgencias baja aproximadamente a la mitad. En su hospital, el Universitario de A Coruña, está ahora en un 8,8% de los casos atendidos, mientras que normalmente se sitúa entre el 15% y el 18%. “Esto quiere decir que la gente viene de manera directa con patología que se podría manejar en otro nivel asistencial”, asegura.
Aunque los casos más graves se producen en la población mayor, que es en su gran mayoría la que requiere ingreso hospitalario, los niños tienen la mayor tasa de contagio. Es el caso del hijo de Verónica Arias, enfermera en Lugo, que acude al Centro de Salud de Guitiriz para una revisión de prurito porque tiene eccemas en la boca y las piernas, una consecuencia, según la pediatra del menor, de la gripe, enfermedad con la que empezó el 27 de diciembre y le duró una semana. “Estuvo cuatro días muy muy malito, con medicación, corticoides y antiinflamatorios”. Los síntomas que presentaba el niño eran broncoespamos, congestión, tos con mucho moco y sibilancia: “Le costaba muchísimo respirar”, cuenta.
“Había dos días de espera para que te atendieran en la petición de citas”, cuenta, aunque matiza que no hay ningún problema de atención médica al momento en caso de urgencia. Ella y su hijo están vacunados de la gripe y de la covid-19, el niño por su edad y ella por ser enfermera. “En estas fechas debemos de utilizar mascarillas por precaución, sabiendo que hay un aumento de infecciones víricas. No solo hay que ponérsela en las reuniones familiares y en los hospitales o ambulatorios, también en las farmacias e incluso en los bares y supermercados”, reclama. Todos en su casa han tenido gripe, son cuatro convivientes.
Esta expansión de la gripe también está afectando a las farmacias. Macarena Pérez, vicepresidenta del colegio de Farmacéuticos de Sevilla, cuenta que el pico de la demanda lleva unos 10 días y que el virus también está causando bajas entre los trabajadores de las boticas. “Son para muchos pacientes el primer sitio al que acuden y en muchísimas ocasiones, cuando no hay patologías de base ni criterios de derivación al médico, se recomiendan tratamientos sintomáticos para los clásicos procesos víricos de la temporada de invierno. La diferencia con otros años que yo veo es que esta vez el pico ha sido más alto en menos tiempo”, asegura.
Medidas extraordinarias
Varios sindicatos y sociedades médicas están solicitando medidas para evitar la saturación del sistema sanitario, una situación que por su estacionalidad, es previsible cada año con las epidemias de virus respiratorios. En primer lugar, solicitan a la población que no acuda a los centros sanitarios si los síntomas gripales son los habituales y si el paciente no tiene un especial riesgo (que sufren las personas mayores y con comorbilidades asociadas).
José María Molero, portavoz del Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), matiza que “en ningún caso se indica que la población no acuda a los centros de salud cuando presenta una infección respiratoria”, sino que lo que se pretende es que acuda cuando “realmente existe una necesidad clínica de ser valorado por un profesional”. “La saturación interfiere en la asistencia a los pacientes que más lo pueden necesitar, y, además, supone un mayor riesgo de transmisibilidad al resto de las personas que están en la instalación médica”, concluye Molero.
José David Montero, cocinero de 35 años y también vecino de Guitiriz, es de los que han decidido quedarse en casa. Empezó con gripe A el jueves 28 y se encontró mal hasta el día 1. Este jueves aún tiene síntomas leves como la voz ronca. Tuvo fiebre alta de entre 39,5 y 40 grados, mucho dolor muscular y de cabeza. Conoce a más vecinos del pueblo con gripe A. “A nivel social no estamos tomando ninguna precaución necesaria para parar esto porque hacemos vida normal”, reconoce.
Para muchos pacientes, sin embargo, es imprescindible acudir a la consulta si necesitan una baja laboral. La semFYC calcula que alrededor de una cuarta parte de los que acuden al médico con síntomas respiratorios lo hace con este motivo. Por ello, propone recuperar la posibilidad de emitir en el mismo acto la baja y el alta hasta la duración de siete días, que es el período que muchos de estos procesos requieren para recuperarse completamente, tal y como sucedía durante la pandemia.
Esta y el resto de las sociedades médicas de primaria vienen reclamando desde hace tiempo la modificación de la normativa de gestión de la incapacidad temporal para instaurar la autojustificación de ausencia al puesto de trabajo por enfermedad, en lugar de la baja laboral, para las ausencias por motivos de salud de corta duración (hasta 7 días).
Como medidas extraordinarias para estas semanas de epidemia gripal, también están recomendando recuperar el uso de la mascarilla obligatoria en los centros de salud, la dispensación de geles hidroalcohólicos, determinación de espacios de separación o medidas de ventilación específicas para salas de espera.