Detenido un hombre por grabar a mujeres bajo la falda con una cámara en su zapato en El Ejido, Almería
El acusado acudía a diario a una copistería para pedir siempre que lo atendiera la propietaria del negocio, que empezó a sospechar del cliente hasta que lo vio sacar un dispositivo electrónico de su calcetín
La propietaria de una copistería de El Ejido (Almería, 87.500 habitantes) sospechaba algo, pero no sabía exactamente qué. Cada día, un cliente merodeaba su negocio y solo entraba cuando ella se quedaba sola y vestía falda. Entonces le pedía siempre el mismo servicio de una máquina cortadora, ubicada fuera del mostrador, que la obligaba a inclinarse levemente para hacerla funcionar. El hombre se acercaba mucho a ella, aunque no la tocaba. Hacía un movimiento extraño con su pie, que parecía no tener sentido, pero que ponía en alerta a la empres...
La propietaria de una copistería de El Ejido (Almería, 87.500 habitantes) sospechaba algo, pero no sabía exactamente qué. Cada día, un cliente merodeaba su negocio y solo entraba cuando ella se quedaba sola y vestía falda. Entonces le pedía siempre el mismo servicio de una máquina cortadora, ubicada fuera del mostrador, que la obligaba a inclinarse levemente para hacerla funcionar. El hombre se acercaba mucho a ella, aunque no la tocaba. Hacía un movimiento extraño con su pie, que parecía no tener sentido, pero que ponía en alerta a la empresaria. Ahora la Policía Nacional ha detenido al varón tras certificar que escondía una cámara oculta en su zapato con la que grababa a la mujer bajo su falda. El hombre ha reconocido que tenía imágenes de más mujeres, aunque aún no han sido encontradas por el equipo de ciberdelincuencia de Almería. El hombre está en libertad y sin orden de alejamiento por parte del juzgado, según han explicado fuentes jurídicas.
Hace más de un año que el ahora arrestado solía pasar tiempo, dos o tres veces por semana, por los alrededores de la copistería almeriense. Paseaba por la zona o se quedaba cerca de la puerta hasta que la propietaria del local se quedaba sola. Los empleados del establecimiento sospechaban que el hombre podía estar obsesionado con la propietaria del negocio, porque poco a poco iba aumentando la frecuencia de sus visitas, que llegaron a ser diarias. Cuando accedía al interior, la situación era siempre la misma: pedía un servicio que obligaba a la víctima a salir del mostrador para utilizar una máquina cortadora, para cuyo funcionamiento debía inclinarse. Mientras, el agresor se colocaba siempre muy cerca de ella, “a escasos centímetros”, según la Policía Nacional.
Como la situación se repita prácticamente todos los días, la mujer comenzó a darse cuenta de que mientras se situaba a su espaldas, el hombre hacía un gesto extraño con su pierna izquierda. La levantaba para acercarla a ella e inclinaba un poco la punta de su zapato hacia arriba. Ella pensó que podía ser un tic nervioso, pero también observaba que cada vez que aparecía una tercera persona, generalmente otro cliente, su comportamiento cambiaba y se alejaba de ella.
En otra ocasión, ya alerta por lo que sucedía, ella observó cómo el hombre se quitaba un dispositivo electrónico por el calcetín y lo guardaba en el bolsillo. Decidió entonces revisar las cámaras de seguridad y comprobó que el gesto con su pierna era siempre el mismo, que el zapato apuntaba debajo de su falda y que, acto seguido, mientras ella lo atendía, sacaba un objeto del tobillo para guardarlo en el pantalón. Entonces lo denunció ante la Policía Nacional, a quien entregó grabaciones de una docena de días distintos donde los hechos se repetían de la misma manera.
Los investigadores analizaron los imágenes, comprobaron lo que ocurría y establecieron más tarde un operativo policial cerca del comercio. Allí interceptaron al hombre, que no ofreció resistencia y que entregó dos dispositivos de grabación muy pequeños ocultos entre su calzado y el calcetín que contaban con lentes apuntando hacia arriba. Posteriormente registraron su domicilio, donde se incautaron de varios sistemas de grabación idénticos y material informático para analizar la posible existencia de más víctimas, trabajo que se está realizando ahora.
Los investigadores también han podido comprobar que las imágenes grabadas en la copistería no fueron compartidas en internet. Al hombre se le imputa un delito contra la intimidad. Fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de El Ejido, que lo puso en libertad y ha denegado la petición de que se le imponga una orden de alejamiento de la víctima.
El teléfono 016 atiende a las víctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del día, todos los días del año, en 53 idiomas diferentes. El número no queda registrado en la factura telefónica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. También se puede contactar a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el número 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10. Si es una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.