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Tecnología para transformar el cáncer en esperanza

Con el programa OncoGYN, GSK busca adelantarse a los cánceres ginecológicos y ofrecer a las pacientes la posibilidad de ser tratadas por un equipo multidisciplinar a lo largo de todo el proceso de su enfermedad

Según el informe 'Las cifras del cáncer en España', se estima que al acabar 2023 se habrán diagnosticado aproximadamente 7.171 nuevos casos en nuestro país.Ruben Earth (Getty Images)

Al hablar de mujer y cáncer, es probable que a todos se nos venga a la mente el cáncer de mama, pero hay otro tipo de tumores de los que apenas se habla y que, pese a sus cifras, parecen pasar de puntillas. Son los cánceres ginecológicos, entre los que se encuentran el cáncer de ovario y el de endometrio. El primero es la quinta causa de muerte por cáncer en mujeres en Europa; el segundo, que representa más del 90% de los casos de cáncer de útero, es el cuarto tumor más frecuente en el sexo femenino. Según el informe Las cifras del cáncer en España, se estima que al acabar 2023 se habrán diagnosticado aproximadamente 7.171 nuevos casos en nuestro país.

Los datos son una toma de tierra y nos ponen en contexto; después, cada caso encierra una historia personal en la que el miedo, las dudas y la soledad deberían poder sustituirse por esperanza. “Esperanza es el nombre que puede cambiar el destino de las pacientes con cánceres ginecológicos, y es la promesa de que hay un mañana, de que quedan cosas por venir”, explica Manuela Domenech, directora comercial de Tumores Sólidos de GSK. Según ella, la esperanza “no es solo lo último que se pierde, sino un sentimiento que nos permite acercarnos al futuro, anticiparnos y, en cierta manera, acelerarlo”.

Anticiparse al cáncer, pero también acompañar a las pacientes a lo largo de todo su recorrido por la enfermedad, así como trabajar con los profesionales sanitarios que las tratan y las cuidan. Con este objetivo definido, la multinacional británica se unió el año pasado a Telefónica Empresas para diseñar un programa de educación médica que permitiera formar a los profesionales sanitarios que atienden a las pacientes de cáncer de ovario o de endometrio en ese camino que va desde la primera consulta hasta la toma de decisiones post-quirúrgicas, desde la prevención hasta la supervivencia.

De esta unión, y con la tecnología de la startup malagueña Vectorpipe como base, salió OncoGYN, un programa que aúna formación multidisciplinar en tiempo real y diferido en pacientes reales, y que cuenta con el aval del Grupo Español de Cáncer de Ovario (GEICO) y de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO). Al proyecto se han sumado los equipos multidisciplinares del comité de tumores de tres hospitales públicos (Hospital de Bellvitge-Instituto Catalán de Oncología, de Barcelona; Hospital de La Paz, de Madrid, y Hospital de La Fe, de Valencia), a los que se han unido como asesores los doctores María Jesús Rubio y Manel Barahona, del Hospital Reina Sofía (Córdoba) y Hospital de Puerto Real (Cádiz), respectivamente.

En este proyecto, el concepto de multidisciplinariedad es clave. Al fin y al cabo, el cáncer ginecológico requiere de un abordaje complejo: en su camino, la paciente va a atravesar etapas en las que la cirugía, las pruebas de imagen y de sangre o diferentes combinaciones de tratamientos se van a ir sucediendo en el tiempo. A ello hay que sumarles tanto la incertidumbre como el temor, señala Charo Hierro, presidenta de la Asociación de Afectadas por Cáncer de Ovario (Asaco): “Hay mujeres que llevan meses sufriendo todo tipo de síntomas hasta que son diagnosticadas y, de repente, llegan desde Atención Primaria al hospital y se sienten solas y asustadas. Por ello, lo óptimo es que sean tratadas por equipos multidisciplinares expertos que las acompañen desde el primer momento y que faciliten que el diagnóstico llegue cuanto antes”.

La principal razón de ser del programa OncoGYN es hacer uso de la tecnología para intentar que no haya ninguna paciente que no tenga a su alcance un centro que haga un abordaje multidisciplinar.a (Getty Images/iStockphoto)

La existencia de un abordaje multidisciplinar permite poder coordinar recursos e incorporar conocimientos de las diferentes áreas representadas: cirugía ginecológica oncológica, oncología médica, anatomía patológica, radiología, enfermería, biología molecular, radioterapia, medicina nuclear… “Hoy en día, sabemos que la determinación genética, la inestabilidad genómica y el estudio preciso sobre la extensión del tumor, así como el conocimiento de las opciones quirúrgicas y los tratamientos disponibles, son elementos básicos para mejorar la supervivencia de las pacientes. Por tanto, contar con especialistas en estas áreas y que trabajen todos unidos nos permite acercarnos al objetivo común: alargar al máximo la vida de la paciente”, indica la doctora Beatriz Pardo, oncóloga médica del Instituto Catalán de Oncología (L’Hospitalet de Llobregat).

“La coordinación ⎯continúa⎯ ayuda además a que el trabajo sea más eficiente y nos permite acompañar a la paciente con más conocimiento de las fases por las que está pasando y las necesidades que tiene”. Por ello, el programa OncoGYN busca compartir las formas de trabajo de estos equipos multidisciplinares, desde el momento en el que estudian cada caso y comparten impresiones y hallazgos, hasta que la paciente ha pasado ya por una cirugía y tienen que discutir los resultados y tratamientos posteriores.

Eliminar toda la enfermedad tiene un impacto positivo en la supervivencia de las pacientes, de ahí que sea preciso que las traten ginecólogos oncológicos muy especializados en estas intervenciones, y que trabajen en centros donde haya un alto volumen de estas cirugías
Jordi Ponce, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario de Bellvitge (L'Hospitalet de Llobregat, Barcelona)

La cirugía, una fase crítica

En los tumores ginecológicos, la cirugía es una fase crucial que puede llegar a condicionar el pronóstico de las pacientes. Como explica el doctor Jordi Ponce, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario de Bellvitge, “poder eliminar toda la enfermedad tiene un impacto positivo en la supervivencia de las pacientes, de ahí que sea preciso que las traten ginecólogos oncológicos muy especializados en estas intervenciones, y que trabajen en centros donde haya un alto volumen de estas cirugías”.

A la experiencia del equipo del doctor Ponce se unirán en el programa las de los equipos liderados por la doctora Alicia Hernández, del Hospital Universitario de La Paz, y por el doctor Santiago Domingo, del Hospital Universitario La Fe. Unos y otros transmitirán su forma de abordar las cirugías, porque es importante recordar que, pese a que todos ellos son centros de referencia de primer nivel y están acreditados por la Sociedad Europea de Ginecología Oncológica (ESGO, por sus siglas en inglés), no todos los equipos multidisciplinares trabajan igual ni se organizan de la misma forma, aunque sí comparten el objetivo de llevar su conocimiento a otros centros y ayudar a más pacientes.

De ahí la razón de ser de OncoGYN, un programa que hace uso de la tecnología para intentar que no haya ninguna paciente que no tenga a su alcance un centro que haga un abordaje multidisciplinar. “Creemos que OncoGYN es algo más que un programa formativo “, concluye Sara A. Pedraz, Innovation Lead de GSK. “Puede jugar un rol importante como agente de cambio y ayudarnos a todos caminar con un propósito común: transformar juntos el cáncer en esperanza”.




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