El coste anual de la soledad no deseada: más de 14.000 millones de euros, según un estudio
El aislamiento involuntario, que afecta al 13,4% de la población española, en su mayoría jóvenes, produce costes sanitarios, bajas de productividad y pérdidas de bienestar por las muertes prematuras y la disminución de calidad de vida
La soledad no deseada afecta de manera negativa a la salud física y mental y a la calidad de vida de las personas, pero además tiene efectos económicos muy importantes. Así, se estima que genera un coste anual que supera los 14.000 millones de euros en España —el 1,17 % del Producto Interior Bruto (PIB) de 2021—, una cantidad que es la suma de los gastos sanitarios o las bajas laborales que se producen por no atender estas situaciones con políticas preventivas. La cifra se recoge en una investigación del ...
La soledad no deseada afecta de manera negativa a la salud física y mental y a la calidad de vida de las personas, pero además tiene efectos económicos muy importantes. Así, se estima que genera un coste anual que supera los 14.000 millones de euros en España —el 1,17 % del Producto Interior Bruto (PIB) de 2021—, una cantidad que es la suma de los gastos sanitarios o las bajas laborales que se producen por no atender estas situaciones con políticas preventivas. La cifra se recoge en una investigación del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES), de la Fundación ONCE, que ha sido presentada este lunes y que evalúa gastos como consultas médicas, consumo de fármacos, pérdidas de productividad, reducción de la calidad de vida y muertes prematuras asociadas al aislamiento involuntario.
“Una persona en situación de soledad no deseada tiene más enfermedades, un mayor factor de riesgo asociado a tener enfermedades mentales o una muerte prematura, un mayor uso de recursos sanitarios y un mayor consumo de medicamentos. Con toda esta evidencia, parece obvia la importancia de cuantificar estos efectos desde un punto de vista económico”, ha declarado sobre el porqué de la investigación Berta Rivera, catedrática de economía de la Universidad de A Coruña, en representación del equipo que ha realizado el estudio, que es el primero de este tipo realizado en España. Según el Observatorio, la soledad no deseada —que no es lo mismo que el aislamiento social, pues una persona puede tener mucho contacto social, pero sentirse solo— afecta al 13,4% de la población en España, y al 22% de las personas jóvenes.
Por un lado, el informe mide los costes sanitarios, pues las personas en situación de soledad no deseada frecuentan más a menudo los servicios sanitarios que la población que no sufre soledad, destacando más consultas al médico especialista y un mayor uso de los servicios de urgencias. Además, las personas en esta situación consumen más “tranquilizantes, relajantes”, “antidepresivos, estimulantes” y “medicinas para el corazón” que las que no tienen este sentimiento. Así, los costes por la frecuentación de los servicios sanitarios se elevan a más de 5.600 millones de euros anuales y los costes por consumo de medicamentos a 495 millones. Así, los costes sanitarios en conjunto (cerca de 6.100 millones de euros) equivalen al 0,51% del PIB. Por otro lado, los valores asociados a pérdidas de productividad ascienden a casi 8.000 millones.
En cuanto a los costes intangibles, la investigación muestra que la pérdida total que la soledad no deseada produce en la calidad de vida de las personas representa casi el 3% de los años de vida de buena salud totales de la población española mayor de 15 años. Además, se han estimado 848 muertes prematuras (511 hombres y 337 mujeres) asociadas a la soledad no deseada en el año 2019, fallecimientos que generarían una pérdida de 6.707 años potenciales de vida productiva, más de 191 millones de euros en pérdidas de productividad.
El estudio lo ha llevado a cabo un equipo de académicos de las universidades de A Coruña y Vigo a partir de una encuesta a más de 4.004 individuos, 400 de ellos en soledad, y ha contado con la colaboración de Nextdoor, una plataforma que facilita a los vecinos la conexión por internet con las personas que viven cerca para generar relaciones y experiencias en la vida real.
Un problema de gran magnitud
Por edad, los más jóvenes son los que más sienten soledad no deseada: el 38,4% de las personas de entre 16 a 34 años convive con ella. En los siguientes tramos de edad, este sentimiento va descendiendo, hasta situarse alrededor del 12%. La franja de 65-74 es la que menor soledad sufre. Sin embargo, en las personas de 75 años y más vuelve a subir, hasta situarse en más del 12%.
En este sentido, la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, participante en el evento, ha comentado: “El estudio está enfocado en dos momentos vitales: el de la adolescencia, que es ese período en el que todo te sorprende, y el de la vejez, que es esa etapa en la que ya has perdido tu trabajo, y vas perdiendo familiares y amigos. Para mí, lo más relevante, lo que yo sigo recomendando, es plantear que los seres humanos no solamente tienen que tener salud, sino también proyectos, sueños. Hay que soñar toda la vida. Cuando tienes 14 y cuando tienes, como yo, 79″.
Respecto a la frecuencia de la soledad, casi un 23% de las personas entrevistadas se sienten solas durante todo el día. Casi el 21% percibe este sentimiento de soledad durante los fines de semana. Por término medio, las personas en situación de soledad no deseada llevan aproximadamente seis años en esta situación.
Las causas
Las causas de la soledad son variadas. El 79% de estas están relacionadas con causas externas, siendo las más importantes la “falta de convivencia o apoyo familiar o social” (57,3%); la residencia lejana de sus familiares (11,9%); el dejar de convivir con las personas con las que convivía habitualmente (10,5%), y la incomprensión de la gente que le rodea (8,2%). Las causas laborales representan un 11,1% de las causas totales y el exceso de trabajo es la principal causa laboral de su soledad (6,2%). Respecto a las causas internas o intrínsecas a la persona, la dificultad para relacionarse con los de más representa el 12,7% del total de las causas declaradas, y la soledad derivada de un mal estado de salud representa el 6,4%. De estos últimos, un 1,4% identifica que su soledad está motivada por tener una discapacidad.
Casi un 21% de las personas en situación de soledad no deseada declaran tener algún tipo de discapacidad, principalmente de movilidad y de visión. Dos de cada tres personas ciegas han sufrido algún grado de soledad en alguna etapa de su vida y el 12% siente soledad siempre, según un informe de la Fundación ONCE.
“Junto con el compromiso ineludible de las administraciones públicas, combatir la soledad no deseada requiere de una toma de conciencia y una implicación activa del conjunto de la sociedad, no solo de las entidades de iniciativa social, sino también del tejido empresarial, y del conjunto de la ciudadanía”, ha declarado Matilde Fernández, presidenta de SoledadES, durante la presentación del informe. “Hay que hacerlo preventiva, integral, e intergeneracionalmente, porque no podemos permitirnos debilitar la productividad y el capital humano”, ha continuado. “Además, hemos de tener claro que la sociedad cuidadora es necesaria siempre, y debemos asumir que cuidar es un deber democrático”, ha concluido.