El Papa nombra a dos españoles en el consejo de cardenales que reforma la curia
El presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, y Fernando Vérgez, estará en el selecto grupo de ocho purpurados con los que consultará Francisco
La Iglesia española sigue ganando peso en la sala de mandos del Vaticano y sus órganos: tanto ejecutivos como consultivos. El reputado consejo de cardenales que creó el papa Francisco a su llegada para sentar las bases de la reorganización de la curia y crear la nueva Constitución Apostólica, conocido entonces como C9 (era nueve cardenales) terminó su mandato y había que renovarlo. El nuevo órgano, que estará compuesto por solo ocho purpurados, contará con dos miembros procedentes de...
La Iglesia española sigue ganando peso en la sala de mandos del Vaticano y sus órganos: tanto ejecutivos como consultivos. El reputado consejo de cardenales que creó el papa Francisco a su llegada para sentar las bases de la reorganización de la curia y crear la nueva Constitución Apostólica, conocido entonces como C9 (era nueve cardenales) terminó su mandato y había que renovarlo. El nuevo órgano, que estará compuesto por solo ocho purpurados, contará con dos miembros procedentes de la Iglesia española. Entre ellos, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, miembro del nuevo Consejo de Cardenales, tal y como informó el Vaticano este martes en uno de sus boletines diarios.
El cardenal español Fernando Vérgez acompañará a Omella en el consejo cardenalicio. El purpurado español es el presidente de la Pontificia Comisión para el Estado de la Ciudad del Vaticano y presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. El tercer cardenal que ha incorporado el Papa para la renovación del órgano es el brasileño Sérgio da Rocha, de Salvador de Bahía.
También forman parte de este grupo el secretario de Estado, Pietro Parolin, y los cardenales Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinsasa; Oswald Gracias, arzobispo metropolitano de Bombay, y Seán Patrick O’Malley, arzobispo metropolitano de Boston. Además, el consejo cuenta con los cardenales Gérald C. Lacroix, arzobispo de Quebec, y Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo. Se retiran el alemán Reinhard Marx, arzobispo de Múnich; el exgobernador del Estado de la Ciudad del Vaticano, Giuseppe Bertello, y el hondureño Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, que acaba de cumplir los 80 años.
El peso de la Iglesia española ha crecido en los últimos tiempos con los nombramientos de Francisco en dicasterios como la Congregación para la Doctrina de la Fe (Luis Ladaria) o la Secretaría Económica (Maximino Caballero). Otro prefecto importante en el Vaticano es el comboniano Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidentedel Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso desde 2019 y hombre de confianza de Francisco. Ayuso es experto en Estudios Islámicos y su papel ha sido fundamental en el proceso ecuménico que ha desarrollado en los últimos años el Papa, con especial mención al Documento sobre la Fraternidad Humana, firmado 2019 con el gran imán de Al-Azhar.
El papel del nuevo consejo está por determinar, ya que las grandes reformas que se había propuesto desarrollar Francisco a su llegada, más allá del debate que puede suscitar su funcionalidad, están ya ejecutadas o diseñadas. La Constitución apostólica entró en vigor el pasado junio y, fundamentalmente, consiste en una descentralización del poder, especialmente el que ejercía hasta ahora la Secretaría de Estado. La punta de la pirámide pasa a ser el dicasterio para la Evangelización de los pueblos, que otorga un espíritu de misión a la curia, tal y como explica el preámbulo del documento. Además, este espacio se abrirá de forma estructural a laicos y mujeres, que ya no tendrían ningún impedimento formal para presidir los grandes ministerios.
Otra de las grandes reformas fue la de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que también ve reducido su peso. El antiguo Santo Oficio divide ahora en dos su estructura (la parte doctrinal y la que se ocupa de juzgar los delitos de abusos a menores) y asumirá en su interior a la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, “cuya tarea es asesorar y aconsejar al pontífice y proponer las iniciativas más adecuadas para la protección de los menores y las personas vulnerables”.
Más allá de las reformas, el Papa ha utilizado también este consejo como órgano consultivo para temas espinosos como el debate sobre el diaconado femenino o los sínodos. De hecho, el Vaticano afronta ahora un complejo debate con la Iglesia alemana, que discute desde hace tiempo sobre una necesaria apertura hacia la mujer, los homosexuales y el fin del celibato. El nuevo consejo tendrá, probablemente, un papel importante en la fundamentación de una discusión que algunos ven como la posible antesala a un cisma en la Iglesia católica.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.