Carla Antonelli solicita la baja del PSOE por los retrasos en la tramitación de la ‘ley trans’
La socialista fue la primera y hasta ahora única mujer transexual en ocupar un cargo parlamentario en España
La herida abierta dentro del movimiento feminista, los socios de Gobierno y de forma interna en el PSOE por la llamada ley trans ya no solo es teórica o verbal. Este martes, la socialista Carla Antonelli ha solicitado la baja del partido, por la mañana. Antonelli, la primera y hasta ahora única mujer transexual en ocupar un cargo parlamen...
La herida abierta dentro del movimiento feminista, los socios de Gobierno y de forma interna en el PSOE por la llamada ley trans ya no solo es teórica o verbal. Este martes, la socialista Carla Antonelli ha solicitado la baja del partido, por la mañana. Antonelli, la primera y hasta ahora única mujer transexual en ocupar un cargo parlamentario en España como diputada de la Asamblea de Madrid (2011-2021), ha pedido salir de la militancia por “la profunda decepción y vacío con el proceder en la ley integral trans y LGTBIQ+”. La normativa, que lleva una tramitación agitada desde el inicio, ha tenido su último movimiento este martes en la Cámara baja, donde debía decidirse si el plazo de enmiendas en el que se encuentra ahora se ampliaba. La quinta prórroga—si bien solo dos de ellas se han producido después del rechazo a las enmiendas a la totalidad el 6 de octubre en pleno— a propuesta de PP y PSOE, que tienen mayoría, se produjo en la Mesa del Congreso sin apenas debate. El movimiento ha provocado el enfado de Unidas Podemos, aunque entre sus representantes en ese órgano, la vicepresidenta tercera del Congreso, Gloria Elizo, no se pronunció, y el secretario Gerardo Pisarello estaba ausente, según fuentes parlamentarias.
Ese último retraso ha sido, según Antonelli, “la gota” que ha “colmado” el vaso, lo cuenta al teléfono y lo ha hecho público en un comunicado en su página de Facebook y, resumido, en Twitter. “Para los que se preguntan por qué hoy, no es únicamente por esta maniobra de ampliar los plazos de enmiendas, es un cúmulo de todo lo que ha estado ocurriendo y ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida en un partido donde he estado de una forma u otra 45 años”, dice. Ese “cúmulo de todo” es la “convicción” de que este retraso servirá para “recortar la ley” y aplazarla: “Lo que la lleva al próximo año ya inmersos en las elecciones autonómicas y municipales, que será otra de las posibles argumentaciones para nuevos retrasos y en un suspiro hacia el fin de la legislatura”.
”Estoy muy preocupada porque hoy el PSOE y el PP han decidido retrasar la ley trans poniendo en riesgo su aprobación antes de final de año. Voy a seguir dejándome la piel porque las personas trans y la comunidad LGTBI no pueden esperar más para el reconocimiento de todos sus derechos. No vamos a aceptar ni un solo ningún retroceso en derechos respecto a la ley pactada después de una negociación muy dura en el seno del Gobierno y nos vamos dejar la piel para cumplir ese compromiso”, ha advertido la ministra de Igualdad, Irene Montero, en el Senado. La secretaria de Estado del departamento, Ángela Rodríguez, se ha mostrado crítica y ha pedido avanzar en la tramitación: “No podemos entender este retraso ni las dudas que ahora le aparecen a la otra parte del Gobierno. Nos gustaría que enmendáramos esta situación, creemos que estamos a tiempo, que se puede agilizar la aprobación de la norma y mantener el acuerdo político que existe en el Gobierno”.
Desde la sala de prensa del Congreso, la diputada de los comunes Aina Vidal ha querido mandarle un mensaje de apoyo a Antonelli y ha subrayado que “lo que ella defiende son los derechos humanos y eso es lo que está en juego con la ley trans. No me cabe duda de que la ley trans será ley”, ha reivindicado.
La prórroga (que se realiza de forma semanal) no era algo que hubiese quedado descartado después del cisma que generó la tramitación de urgencia del texto, pedida al Congreso por el propio Gobierno. La secretaria general del grupo parlamentario socialista, Isaura Leal, ha explicado este martes que la voluntad de su partido es que el proyecto sea “mejorado” en su contenido y pueda ampliar los apoyos parlamentarios “por el bien de los derechos que se van a reconocer en la ley”.
Para esto se necesita tiempo, señala, y los grupos están inmersos esta semana en la negociación presupuestaria. Leal ha apelado también al compromiso del presidente con la norma y niega el retraso en la tramitación, un asunto sobre el que Podemos ya hizo notar su “preocupación” el lunes. A entender de la formación de Ione Belarra, la dilación de los plazos amenaza con impedir la aprobación de la ley antes de fin de año —un compromiso adquirido entre los socios— e incluso que pueda ver la luz en esta legislatura.
El socio minoritario del Gobierno rechaza, además, reabrir el debate sobre el derecho a la autodeterminación de género recogido en la ley. La portavoz del partido Alejandra Jacinto recordó que esta cuestión “ya estaba acordada”. “Pensamos que esto es marear la perdiz cuando lo que tenemos que hacer es aprobar leyes que garanticen derechos, en este caso de las personas trans”, advirtió el lunes.
“No estamos en el tiempo de definir los contenidos de unas posibles enmiendas. Hemos de seguir hablando con los grupos parlamentarios”, ha rechazado especificar Leal en rueda de prensa. La situación ha generado malestar en Unidas Podemos, que traslada su “enfado” con el PSOE. Fuentes del grupo consideran que el partido está jugando “a que caiga la ley” en un ejercicio de “filibusterismo parlamentario denigrante” y piden a los socialistas que sean “claros” sobre si quieren la norma o no.
Pero el PSOE tiene también que gestionar su propia división interna. En septiembre, cuando el Ejecutivo solicitó esa vía para acelerar su aprobación, ya hubo parte del partido que expresó su disconformidad. Lo hicieron en privado, pero también en público, como contó Carmen Calvo, exvicepresidenta y ahora presidenta de la Comisión de Igualdad donde se debate la norma, en una entrevista en El Mundo.
Parte del socialismo, y el Partido Popular, consideran que la ley trans requiere continuar con el debate, sobre todo y principalmente por la autodeterminación de género, que una persona pueda cambiar el sexo en el registro civil solo con su voluntad; opinan que esto podría vulnerar los derechos de las mujeres, de los menores, o las leyes vigentes que las protegen. Otra sección del PSOE, junto a Unidas Podemos y los partidos minoritarios, creen que la normativa se puede mejorar con las aportaciones de todos los grupos, pero que no hay posibilidad de inseguridad jurídica ni del sistema para las mujeres ni los niños ni niñas. Esa división, convertida no solo en incendio político externo sino interno en el partido socialista, es desde hace meses de difícil contención.
Antonelli, en su texto y por esa división, también al teléfono, recuerda el camino de esta ley, que empezó con el propio PSOE: “No han sido suficientes un 40º congreso del partido para reafirmar lo que ya había avalado el 39º, que consagraron ambos el compromiso de una legislación integral hacia el colectivo, desde la autodeterminación y despatologización, si, así es, sin más. Algo que nosotros mismos llevamos al Congreso de los Diputados en 2017, siendo incluso más progresista que el texto actual en lo que respecta al cambio registral de nombre y sexo, que incluía a las personas no binarias y no excluía a los menores en ninguna franja de edades, además de la garantía en las tarjetas de residencia de personas extranjeras. No ha sido suficiente tampoco el haberlo llevado en el programa electoral, ni que dicho compromiso se reflejara en el discurso de investidura del Gobierno de coalición por el propio presidente del Gobierno en diciembre de 2019″.
Desde entonces, para la ya casi exsocialista, el debate en torno a la legislación “se ha convertido en una dantesca pesadilla, de transfobia, exclusiones, humillaciones internas y externas” que, según afirma, se debe a “una absurda guerra de cuotas de espacio y poder de personas con nombres y apellidos, hasta el punto de renegar y desdecirse de lo que nosotras mismas habíamos redactado y escrito, o incluso llevado a las comunidades autónomas como Madrid”. Una comunidad que tiene aprobada desde 2016 la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación, llevada a la Asamblea por el PSOE autonómico.
Antonelli cita a Amelia Valcárcel, a Alicia Miyares, y también a Carmen Calvo. Y asegura que fue su posición contraria al argumentario de estas últimas lo que la “dejó fuera en los siguientes comicios”. Pide a los miembros de su partido alineados con esta idea sobre los riesgos para las mujeres de la ley que “recapaciten”. “Invoco al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para que vuelva a poner la ley en su sitio, como hizo en su momento, que cierre los plazos de enmiendas y se continúe su trámite de urgencia, por la palabrada dada y el compromiso adquirido. Porque el socialismo si no es valiente no es socialismo, tal como decía Pedro Zerolo, y para que la ley integral trans y LGTBIQ+ sea Ley”, añade en el comunicado.
Por todo lo anterior, dice que prefiere “ir por la calle y mirar de frente” a sus “compañeras/os/es trans que agachar la cabeza de la vergüenza por haberles traicionado”. “Y lo que es peor, haberme traicionado a mí misma, que es cuando ya nada queda y la vida pierde su sentido”, concluye.