Estados Unidos permitirá la venta libre de audífonos sin receta
Biden celebra que las personas con problemas de oído puedan ahorrarse los gastos de prescripción
Estados Unidos permitirá la venta libre de audífonos sin receta y sin necesidad de costosas consultas médicas, según ha anunciado este martes el regulador, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Es una medida que venía siendo demandada desde hace mucho tiempo por asociaciones de personas con problemas auditivos y que permitirá mejorar el acceso a estos dispositivos.
Se espera que la nueva regulación, que ...
Estados Unidos permitirá la venta libre de audífonos sin receta y sin necesidad de costosas consultas médicas, según ha anunciado este martes el regulador, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Es una medida que venía siendo demandada desde hace mucho tiempo por asociaciones de personas con problemas auditivos y que permitirá mejorar el acceso a estos dispositivos.
Se espera que la nueva regulación, que entra en vigor en dos meses, abarate los audífonos por una doble vía. Por un lado, ahorrando a los afectados por sordera moderada o leve las costosas consultas médicas ahora requeridas. Por otro, fomentando la competencia y la innovación entre los fabricantes, que podrán vender a través de cualquier canal, incluido internet, y no depender solo de ganarse el favor del otorrino para que prescriba sus productos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que impulsó la medida, ha celebrado la decisión: “Para millones de estadounidenses, los audífonos y la visita al médico para que se los receten son demasiado caros. En la orden ejecutiva que emití el año pasado para aumentar la competencia en sectores clave y reducir los costes, pedí a la FDA que por fin los audífonos fueran de venta libre”, ha señalado en un comunicado.
La FDA calcula que unos 30 millones de estadounidenses pueden beneficiarse del uso de audífonos, pero muchos de ellos no lo hacen por el coste, tanto del aparato en sí como también del examen médico, la prescripción y el ajuste por parte de un otorrino, servicios normalmente no cubiertos por los seguros médicos. Entre los adultos de 70 años o más con pérdida de audición que podrían beneficiarse de los audífonos, menos de uno de cada tres (el 30%) los ha utilizado alguna vez, según estudios a los que remite la FDA. Incluso menos adultos de 20 a 69 años (aproximadamente el 16%) que los necesitarían los han llegado a utilizar. La pérdida de audición entre los mayores puede provocar deterioro cognitivo, depresión, aislamiento y otros problemas.
Más competencia
”Los estadounidenses”, dice Biden, “podrán comprar audífonos más asequibles sin receta en farmacias y tiendas de todo el país. Esta medida cumple mi compromiso de reducir los costes para las familias estadounidenses, proporcionando casi 3.000 dólares de ahorro a las familias estadounidenses por un par de audífonos y dando a la gente más opciones para mejorar su salud y bienestar”.
Según la FDA, la norma está diseñada para garantizar la seguridad y la eficacia de los audífonos de venta libre, al tiempo que pretende estimular la competencia y la innovación, proporcionando a los consumidores con pérdida auditiva de leve a moderada “un mejor acceso a dispositivos que satisfagan sus necesidades y sean menos costosos que las opciones actuales”, asegura el regulador.
”Cuando son muy pocas las empresas que dominan, los consumidores estadounidenses pagan costes más elevados. Por fin estamos construyendo una economía que funcione para las familias trabajadoras”, sostiene el presidente.
La categoría establecida en la norma se aplica a determinados audífonos destinados a personas de 18 años o más que tengan una pérdida auditiva de leve a moderada. Los audífonos que no cumplen los requisitos de esa categoría (por ejemplo, porque están destinados a una discapacidad auditiva grave o a usuarios menores de 18 años) seguirán requiriendo prescripción.
La FDA también regula con detalle los requisitos que deberán cumplir los audífonos y a los que tendrán que adaptarse los fabricante. Eso permitirá aclarar las diferencias entre los dispositivos médicos y otros productos de consumo que funcionan como amplificadores de sonidos.