La OMS estudia por segunda vez si declara la viruela del mono emergencia internacional, con España como el país con más casos
Los contagios notificados en el mundo se han multiplicado por cuatro en un mes, hasta 16.000, aunque casi todos son leves
Con España como país más afectado, con cerca de 3.400 casos confirmados, el brote de la viruela del mono en desarrollo desde hace más de dos meses sigue expandiéndose por el mundo. Ya son más de 16.000 los contagios registrados en casi 80 países y territorios, unos datos que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a convocar este jueves la segunda reunión de expertos para evaluar otra vez si la situación actual constituye “una emergencia de salud pública de importancia internacional”. Este es el mayor nivel ...
Con España como país más afectado, con cerca de 3.400 casos confirmados, el brote de la viruela del mono en desarrollo desde hace más de dos meses sigue expandiéndose por el mundo. Ya son más de 16.000 los contagios registrados en casi 80 países y territorios, unos datos que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a convocar este jueves la segunda reunión de expertos para evaluar otra vez si la situación actual constituye “una emergencia de salud pública de importancia internacional”. Este es el mayor nivel de alerta recogido por el Reglamento Sanitario Internacional.
En la primera reunión, celebrada el pasado 23 de junio, los expertos de la OMS consideraron que era pronto para dar este paso, que supondría dar a la viruela una consideración que actualmente solo tienen el coronavirus y la polio. Las tres razones que les llevaron a adoptar esta decisión fueron la levedad de la gran mayoría de los diagnósticos, la escasa transmisión del virus fuera de los grupos con prácticas de riesgo —hombres que mantienen relaciones con hombres en ambientes donde es frecuente el contacto estrecho con múltiples parejas y desconocidos— y el crecimiento sostenido pero no exponencial de casos.
En las cuatro semanas transcurridas, los casos se han cuadriplicado en el mundo al pasar de 4.000 a 16.000 y el número de países afectados prácticamente se ha duplicado, hasta casi 80. Si este crecimiento justifica un cambio de posición de la OMS, cuya decisión se conocerá en los próximos días, es algo que debaten ahora los expertos convocados por el organismo. El comunicado publicado tras la primera reunión estableció ocho puntos sensibles a los que se iba a prestar especial atención para valorar la evolución del brote. Si se producían “uno o más de ellos”, puntualizaba el texto, estaría justificada la declaración de la emergencia internacional.
La reunión se produce en la misma semana en que España ha iniciado la vacunación de aquellas personas que lo solicitan y cumplen los requisitos (hombres que han mantenido prácticas de riesgo o pueden estar expuestos al virus), aunque la campaña se ve ralentizada por el escaso número de dosis disponibles. España ha accedido por el momento a 5.000 unidades y espera recibir más en los próximos meses dentro de la compra conjunta de la Unión Europea (160.000 dosis hasta el momento).
La opinión de los expertos consultados es que, pese al incremento de contagios, no se dan las condiciones para declarar la emergencia internacional por las mismas razones que no lo hizo la primera reunión de la OMS. “Los casos siguen subiendo y las medidas adoptadas para el rastreo de contagios e inmunización no han tenido efecto, pero no creo que se cumplan los puntos establecidos por la OMS para dar el paso”, opina Carlos Maluquer de Motes, profesor de virología molecular de la Universidad de Surrey (Reino Unido) y experto en viruela.
“El brote actual es un problema de salud pública muy importante que merece una estrecha vigilancia y el desarrollo de medidas. Pero esta estrategia que deben seguir los países poco cambiaría con una declaración internacional, ni parece que sea necesario un salto cualitativo como el dado en la covid a nivel internacional”, defiende Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la OMS.
Los siguientes son los ocho puntos analizados por los expertos de la OMS:
1. Evidencia de un aumento en la tasa de crecimiento de los casos en los grupos afectados actualmente o en otros.
Cuando se celebró la primera reunión, en el mundo se estaban notificando unos 223 positivos al día, según las informaciones ofrecidas por los gobiernos y recopiladas por EL PAÍS. Actualmente, son 647 y la tendencia es al alza. En términos relativos, sin embargo, el crecimiento tiende a ralentizarse y los casos han pasado de doblarse cada 8 o 10 días a cada 14. Estos datos, en todo caso, están afectados por los retrasos de notificación, ya que mientras algunos gobiernos informan diariamente sobre los nuevos positivos, otros apenas lo hacen una vez a la semana.
La gran mayoría de los contagios, más del 90%, siguen produciéndose con las llamadas prácticas de riesgo. Pero a medida que crece el número de contagios, también se amplía el perfil de los afectados. Según el último balance de la situación epidemiológica publicado por el Instituto de Salud Carlos III, fechado el pasado día 19 de julio con datos de 2.622 pacientes, 25 de ellos eran mujeres y 11 menores de 20 años. De los 1.317 positivos sobre los que había información sobre la posible fuente de exposición al virus, “77 casos comunicaron la exposición durante actividades de ocio (no sexual) y 18 exposición en el entorno familiar”, es decir, un 7,2% de los contagios se habían producido en otros ambientes.
“Hay un crecimiento sostenido de casos que es previsible que se mantenga un tiempo más, pero la magnitud total es limitada. Hay otras enfermedades que tienen una magnitud mayor y más riesgo de contagio que no han merecido la declaración de la emergencia internacional”, sostiene Daniel López Acuña.
2. Diagnóstico de casos entre “trabajadores del sexo”.
Aunque hay poca información disponible sobre este punto, los estudios publicados por los distintos países europeos incluyen en algunos casos pacientes que declaran pertenecer a este grupo. “No sería sorprendente que hubiera casos dados los grupos de riesgo y el mecanismo de transmisión del virus, aunque no parecen tener un peso importante en el número total de casos y contagios”, defiende Daniel López Acuña.
3. Propagación significativa del virus en nuevos países, así como importantes incrementos en los endémicos.
Cada día que pasa se suma algún país a la lista de los ya afectados por el brote y ya son casi 80. La mayoría de ellos, sin embargo, registran los casos principalmente en personas procedentes de las zonas más afectadas. Los países en los que la circulación es comunitaria y los diagnósticos crecen con fuerza son una minoría. Estados Unidos y Brasil son los dos en los que más rápido están creciendo en términos relativos. El primero ya es el segundo más afectado del mundo, con cerca de 2.500 positivos este jueves, el doble que hace una semana. Brasil ha comunicado 598, casi el triple que hace siete días. Entre los países europeos más afectados, España es el que crece más rápido (unos 100 casos diarios), mientras en Alemania y Reino Unido se están identificando unos 70 al día.
En los países endémicos de África Occidental —la variante del virus de la viruela del mono causante del brote procede de esta zona, que es menos letal que la que circula por África central— también se está registrando un ligero incremento de diagnósticos, aunque muy alejado de las cifras europeas y americanas.
4. Incremento del número de diagnósticos en grupos vulnerables como personas inmunodeprimidas, incluidas casos de VIH sin tratamiento adecuado, mujeres embarazadas y niños.
La Comunidad de Madrid informó este jueves del caso de un bebé de siete meses, en lo que sería el contagio a una persona más joven de los registrados en España. Su evolución clínica es por el momento favorable. Las infecciones en niños, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas son los que más preocupan, porque la literatura científica recabada en los países endémicos muestra que son los que tienen más riesgo en padecer cuadros clínicos graves o mortales (para el feto en el caso de las embarazadas).
Aunque sí se ha producido un incremento de casos en menores y ya se han producido al menos una treintena (no todos los países informan de la edad de los enfermos), por ahora estos grupos no suponen un porcentaje significativo del total de casos y no se ha registrado ningún fallecimiento.
5. Incremento de la gravedad de los casos.
Los expertos descartan que esto se haya producido. “Los pacientes que hemos atendido presentan casos fáciles de resolver y no han requerido tratamientos ni cuidados especiales, incluso con erupciones más localizadas y menos extendidas de las que recoge la literatura. El mayor problema ha sido el intenso dolor y malestar que causa la erupción en las zonas perianales”, explica Santiago Moreno, jefe de enfermedades infecciosas en el Hospital Ramón y Cajal. Un total de 52 personas han sido hospitalizadas en España entre el 5 de mayo y el 16 de julio por la viruela del mono, un 3,9% de los 1.317 casos estudiados por el Instituto Carlos III. Este porcentaje se eleva al 8% en otros países europeos, aunque en la práctica totalidad de los casos el ingreso se produce para calmar el dolor.
6. Evidencias de que el virus se transmite y circula entre especies animales.
En los países endémicos de África, el reservorio del virus son pequeños mamíferos desde los que este salta a otras especies de mayor tamaño y al ser humano. El mayor temor es que esto ocurra también en los países hasta ahora libre del virus, lo que haría prácticamente imposible evitar que se convierta en endémico. Hasta el momento no hay ninguna evidencia de que esto haya ocurrido.
7. Cambios en el genoma del virus asociados a una mayor transmisibilidad, virulencia, escape a la respuesta inmunitaria o resistencias a los antivirales.
Los estudios genéticos realizados hasta la fecha muestran que el virus que circula actualmente acumula medio centenar de mutaciones respecto al secuenciado en 2018 en el Reino Unido, cuando el país sufrió un pequeño brote a partir de un caso importado de Nigeria. Algunos investigadores apuntan que esta cantidad es elevada para un virus ADN, de mucho mayor tamaño y estabilidad que los ARN, como el coronavirus. Sin embargo, ningún trabajo ha concluido que estos cambios den al virus una mayor contagiosidad o virulencia. Si ahora se transmite más, parece ser que se debe a que ha entrado en un nicho en el que le resulta mucho más fácil circular que a las mutaciones que ha sufrido.
8. Brotes causados por variantes del virus de mayor virulencia detectados en nuevos países fuera de África central y occidental.
Hasta el momento no hay noticia de brotes de estas características.