Exteriores afirma que no le constan familias españolas en procesos de vientres de alquiler atrapadas en Ucrania

Una asociación asegura que una pareja con un bebé va a bordo de un convoy que salió este viernes de Kiev para poner a salvo a un grupo de españoles y que otra está en un hospital con una recién nacida prematura

Dos enfermeras con bebés nacidos de vientres de alquiler, en mayo de 2020 en Kiev.SERGEY DOLZHENKO (EFE)

La guerra en Ucrania coloca en el limbo a decenas de familias españolas que están inmersas en procesos de vientres de alquiler en ese país, práctica ilegal en España que supone que una mujer geste un hijo para terceras personas. En los últimos días, han logrado regresar parejas con bebés recién nacidos, pero ahora el tráfico aéreo está cerrado. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores explica que ya no queda ninguna familia española en esta situación de la que tenga constancia la embajada en el país. No ofrece información ...

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La guerra en Ucrania coloca en el limbo a decenas de familias españolas que están inmersas en procesos de vientres de alquiler en ese país, práctica ilegal en España que supone que una mujer geste un hijo para terceras personas. En los últimos días, han logrado regresar parejas con bebés recién nacidos, pero ahora el tráfico aéreo está cerrado. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores explica que ya no queda ninguna familia española en esta situación de la que tenga constancia la embajada en el país. No ofrece información del convoy que este viernes salió de Kiev rumbo a la frontera con Polonia con el objetivo de poner a salvo a un grupo de españoles, en el que la asociación Son nuestros hijos asegura que viaja una pareja con un bebé recién nacido. El ministerio se remite a las declaraciones que está previsto que realice el ministro, José Manuel Albares, este sábado. La situación llena de incertidumbre el futuro inmediato de las mujeres que están embarazadas ahora mismo en medio de una guerra que ha causado ya más de un centenar de muertos y abre incógnitas para las familias españolas inmersas en estos procesos. Si bien esta práctica no está permitida en España, sí lo está en países como Ucrania.

La asociación Son nuestros hijos también afirma que está en contacto con una pareja que está actualmente en Ucrania, en un hospital que cuenta con un búnker en el que protegerse. El bebé nació prematuro y necesita una incubadora, según esta organización. Ana Miramontes, abogada y miembro de esta asociación, explica que las dos mujeres que dieron a luz a estos niños se encuentran “bien, dentro de las circunstancias que las rodean”. Otras familias que están pendientes de viajar a Ucrania ante el próximo nacimiento de los niños viven pegadas a las noticias, conviviendo con el miedo. Igual que quienes tenían en mente iniciar este proceso en el país. Según la agencia Surrobaby, hay unas 300 familias españolas ya inmersas en algún punto del mismo.

Muchas parejas recurren a esta práctica cada año en lugares donde sí está permitido, como Ucrania. Los niños vuelan desde allí hasta España con pasaporte ucranio, pero dada la situación actual, ahora mismo lo están haciendo con salvoconductos, según explica Miramontes. El proceso de filiación debe realizarse en España. “Hasta donde yo sé, [las familias españolas con bebés ya nacidos allí] están pudiendo salir. Las autoridades españolas las han protegido, las han atendido y ayudado a estar a salvo mientras no han podido salir”, apunta la abogada. Es el caso de la pareja que partió de Kiev a bordo de un convoy este viernes. También señala que están pendientes de cómo evoluciona la situación de la familia que permanece en el hospital porque no puede emprender aún el viaje. “Están en contacto con las autoridades para poder desplazarse cuando se pueda. No quieren salir del lado de su hija y, dentro de las circunstancias, están donde necesitan estar. Se sienten muy bien atendidos”, añade la abogada. Exteriores no responde al respecto.

Miramontes también menciona la “angustiosa” situación de las familias con embarazos ya en curso. “Hay un momento en el que, aunque quieran hablar con las mujeres que les están ayudando y que forman parte de sus vidas de manera indiscutible porque están gestando un hijo para ellos, no hay manera de localizarlas. Es una angustia constante porque además desearían ayudarlas a ellas y a sus familiares y se sienten impotentes por no poder hacerlo”, prosigue. “Y luego están los procesos de espera”, dice, de parejas a quienes asedia “la incertidumbre” por no saber qué va a ocurrir en cuestión de horas, si las mujeres y sus familias estarán bien. Tampoco si ellos o los bebés podrán viajar, ni cuándo podrán hacerlo.

No hay un plan predefinido, dice Miramontes. La situación cambia en solo cuestión de horas. “Ahora mismo el aeropuerto está cerrado e ir por carretera es muy arriesgado, con lo cual habrá que ver en cada caso. Yo sé de alguno en que la gestante ha mandado un mensaje diciendo: ‘No te preocupes, mientras yo pueda y esté con vida cuidaré de este bebé para vosotros, estemos tranquilos y todos seguros y en paz’. Hasta ese límite de generosidad se ha notado en todos los que están involucrados”, señala la abogada.

Vanesa Martínez, española que espera el nacimiento inminente del bebé en Ucrania, pensaba viajar la próxima semana al país, según ha explicado a Europa Press. Ahora es inviable. El parto de la niña está previsto para el 13 de marzo, pero está en riesgo de parto prematuro, según la citada agencia. “El Gobierno no nos da ninguna solución y somos ciudadanos españoles”, se ha quejado. Dice que se ha puesto en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores y con la empresa a través de la cual gestionaron el proceso, con quienes no han podido hablar. Un abogado con el que están en contacto les explica que las opciones son reclamar desde España un salvoconducto especial, o bien para que el padre viaje a Ucrania, o para que la niña viaje hasta aquí desde Ucrania.

Miramontes cuenta que “es un momento de muchísimo desconcierto y confusión”. Cada caso es diferente. “Hay mujeres [que están embarazadas] a cuyos maridos han llamado a filas, algunas que tienen hijos y padres mayores y no quieren dejarlos atrás, otras que están buscando un lugar seguro para quedarse. Y hay zonas en que se sienten más seguras que deambulando por el país buscando una salida”, explica la abogada.

Varias asociaciones con las que se ha puesto en contacto este periódico han rehusado hacer declaraciones, pero algunas de ellas confirman la angustia de las parejas que están inmersas en el proceso. “Las familias recurrentes a la gestación subrogada en Ucrania estamos muy conmocionadas. Sufrimos y tememos por las gestantes que coengendran a nuestros hijos y por sus familias. Pedimos a España y Europa que estén con el pueblo de Ucrania en la defensa de su vida y derechos humanos”, tuiteaba este jueves Apingu, la plataforma para la protección de la infancia nacida en Ucrania y Georgia gracias a esta práctica.

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