EE UU planea reforzar con una tercera dosis la inmunización de ancianos y sanitarios
El calendario no se ha establecido aún, pero la campaña podría empezar en otoño, con el mismo tipo de vacuna administrado anteriormente
EE UU planea volver a vacunar con una nueva dosis a los ancianos que viven en residencias y a los trabajadores sanitarios previsiblemente este otoño, mientras los científicos aún discuten la pertinencia del pinchazo de refuerzo, ha informado este sábado el diario The New York Times, citando a fuentes de la Administración de Joe Biden. El calendario aún no se ha establecido, pero se calcula que la campaña podría empezar en octubre. Lo...
EE UU planea volver a vacunar con una nueva dosis a los ancianos que viven en residencias y a los trabajadores sanitarios previsiblemente este otoño, mientras los científicos aún discuten la pertinencia del pinchazo de refuerzo, ha informado este sábado el diario The New York Times, citando a fuentes de la Administración de Joe Biden. El calendario aún no se ha establecido, pero se calcula que la campaña podría empezar en octubre. Los primeros beneficiarios, a los que se añadiría población perteneciente a grupos vulnerables, recibirían una dosis extra de la misma vacuna que les fue administrada anteriormente.
Este viernes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas inglesas; la autoridad sanitaria federal) recomendaron una dosis adicional a las personas inmunodeprimidas (pacientes oncológicos, trasplantados o enfermos de VIH, entre otros casos) al menos 28 días después de completar la pauta, dado que “[los receptores] no siempre generan adecuados niveles de protección tras recibir el doble pinchazo de una de las dos vacunas con ARN mensajero”, es decir, las de Pfizer-BioNTech y Moderna. El día 12, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en sus siglas en inglés) autorizó la tercera dosis de Pfizer y Moderna para las personas con un sistema inmune debilitado. EE UU tiene una reserva de al menos 100 millones de dosis, lo que facilitará la inmunización complementaria.
Los planes de la Administración demócrata deberán superar obstáculos prácticos, el primero de ellos alcanzar el punto de inflexión que la variante delta del coronavirus, dominante en el país, ha provocado, con los hospitales de Estados como Texas, Luisiana y Misisipi desbordados de pacientes, la mayoría de ellos no vacunados. El hecho de que el sistema de rastreo y notificación de casos sea dispar territorialmente también complica los planes. El promedio de nuevos casos ha superado el 66% en los últimos 14 días, mientras las muertes se han disparado hasta un 116% en el mismo periodo, según los datos compilados por el diario.
Como sucede en otros muchos países, cualquier debate acerca de la dosis de refuerzo provoca suspicacia, ya que, según los funcionarios citados por The New York Times, podría interpretarse como un menoscabo de la efectividad de la pauta prescrita, con la correspondiente señal de desconfianza para la población, máxime cuando el negacionismo vacunal es un fenómeno muy reseñable en EE UU. Además, el hecho de plantearse una tercera dosis cuando muchos países no han iniciado aún sus campañas de vacunación multiplica el riesgo de nuevas variantes que podrían saltar a EE UU y sortear la eficacia de las vacunas distribuidas. La Organización Mundial de la Salud ha propuesto una moratoria de la dosis de refuerzo hasta finales de septiembre, para impulsar la vacunación en los países más rezagados. Una petición desoída por la Unión Europea al considerar que no hay datos que justifiquen la conveniencia de una dosis complementaria, si bien países como Francia y Alemania han anunciado su intención de reforzar la vacunación de personas mayores y otros grupos vulnerables el mes que viene.
Las autoridades sanitarias de EE UU siguen muy de cerca la experiencia de Israel, que ya administra dosis adicionales a la población de más de 60 años y hace dos días anunció que pronto serán beneficiarios igualmente los mayores de 50 años, recuerda el diario. Por el momento, el Reino Unido permanece a la expectativa, aunque con planes para inocular la tercera dosis a los británicos de más de 50 años.