Las comunidades podrán acortar hasta las ocho semanas el plazo entre dosis de la vacuna de AstraZeneca
La Comisión de Salud Pública acuerda rebajar el intervalo entre pinchazos para acelerar la vacunación en el grupo de 60 a 69 años
El intervalo entre dosis de la vacuna de AstraZeneca, hasta ahora estipulado entre 10 y 12 semanas, podrá ser más corto. La Comisión de Salud Pública, donde están representados el Ministerio de Sanidad y las comunidades, ha acordado que se pueda reducir hasta las ocho semanas este plazo para agilizar la vacunación en el grupo de 60 a 69 años, que se había quedado rezagado en la campaña vacunal a causa del amplio i...
El intervalo entre dosis de la vacuna de AstraZeneca, hasta ahora estipulado entre 10 y 12 semanas, podrá ser más corto. La Comisión de Salud Pública, donde están representados el Ministerio de Sanidad y las comunidades, ha acordado que se pueda reducir hasta las ocho semanas este plazo para agilizar la vacunación en el grupo de 60 a 69 años, que se había quedado rezagado en la campaña vacunal a causa del amplio intervalo entre dosis de su vacuna. Esto significa que las autonomías podrán administrar el segundo pinchazo entre 8 y 12 semanas después del primero. El acuerdo se ha incorporado a la última actualización de la Estrategia Vacunal, aunque, de facto, la mayoría de comunidades ya habían ido reduciendo este plazo entre pinchazos y, al menos Castilla y León y Cataluña, ya están pinchando la segunda dosis ocho semanas después de la primera.
A diferencia de las vacunas de ARN mensajero (Pfizer y Moderna), que requieren entre 21 y 28 días de espera entre dosis, el fármaco de AstraZeneca tienen un margen de administración mucho más amplio: entre cuatro y 12 semanas, según su ficha técnica. Al principio de la campaña vacunal, cuando las vacunas de AstraZeneca todavía llegaban a cuentagotas, la Comisión decidió administrar la segunda dosis tres meses después de la primera. “Se observó que había cierta respuesta de más eficacia en los sujetos después de ocho semanas. Y así, viendo que podía ser más eficaz y con la idea, en un contexto de pocas dosis, de conseguir que el mayor número de población tuviese algo de protección, se optó por escoger las 12 semanas”, aclara Ángela Domínguez, coordinadora del Grupo de Trabajo sobre Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología.
Ahora, sin embargo, el escenario ha cambiado. El auge de contagios entre la gente joven —la incidencia acumulada a 14 días se sitúa por encima de los 225 casos por 100.000 habitantes en España— y la amenaza del avance de la variante delta del virus, más contagiosa y que escapa a la primera dosis de la vacuna con más facilidad, obliga a acelerar la vacunación de los más vulnerables. En el grupo de 60 a 69 años, vacunado con AstraZeneca, el 42% todavía no ha recibido la segunda dosis. Según los datos de las autoridades sanitarias del Reino Unido, donde la delta es ya predominante, la eficacia de la vacuna con una dosis es del 35% ante esta variante, mientras que ante la alfa (linaje mayoritario aún en España), es del 50%. “Es muy importante reducir la brecha de desprotección en el grupo de 60 a 69 años. Dado el repunte de la incidencia, es conveniente acelerar el ritmo”, valora Daniel López-Acuña, exdirector de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud.
Muchas comunidades ya se han avanzado y han ido adelantando la vacunación alguna semana: Castilla y León y Cataluña, las que más, ya inyectan la segunda dosis a las ocho semanas de la primera. Asturias, Castilla-La Mancha, Andalucía, la Comunidad Valenciana o La Rioja, por ejemplo, a las 10 semanas. Madrid y Galicia, por su parte, lo hacen en la semana 11 y País Vasco, Aragón o Murcia se mantienen, en cambio, en los tres meses de intervalo entre dosis. Murcia ya había pedido al Consejo Interterritorial de Salud y a la Comisión que adelantara la segunda dosis de la vacuna de AstraZeneca y estableciese un criterio común para las comunidades.
Finalmente, en forma de nota dentro de la actualización número 8 de la Estrategia Nacional de Vacunación, la Comisión incorpora ese margen para que las comunidades puedan reducir el plazo entre vacunas. El documento admite que la finalidad es “poder completar la pauta de vacunación en esta población lo antes posible”, sobre todo, teniendo en cuenta el auge de la variante delta en España —según Sanidad, ya supone el 10% de las muestras secuenciadas, aunque la circulación es muy heterogénea—. Domínguez coincide: “Ahora tenemos la variante delta y varía mucho la efectividad si tienes dos dosis o una. Como la realidad que tenemos es esta variante, hay que usar la pauta clásica, que son las ocho semanas. Conviene asegurar que estas personas tengan las dos dosis cuanto antes”.