La policía busca a un hombre de 26 años en Málaga tras dar una paliza a su exnovia, una menor de 16
El joven agredió a la chica después de que esta le dijera que quería romper, según ha explicado su familia. La ruptura es un momento de riesgo en la violencia machista
La Policía Nacional investiga en Málaga a un hombre que ha dado una paliza a su expareja, una chica de 16 años. Los primeros datos de la investigación apuntan a que ella había cortado la relación, algo que él no habría aceptado. El hombre, de 26 años, la golpeó repetidamente tras encontrarla con sus amigas en una de las calles de su barrio, El Palo, al este de la capital. El investigado se encuentra en busca y captura por este asunto, según han explicado fuentes policiales.
Los hechos ocurrieron el pasado sábado...
La Policía Nacional investiga en Málaga a un hombre que ha dado una paliza a su expareja, una chica de 16 años. Los primeros datos de la investigación apuntan a que ella había cortado la relación, algo que él no habría aceptado. El hombre, de 26 años, la golpeó repetidamente tras encontrarla con sus amigas en una de las calles de su barrio, El Palo, al este de la capital. El investigado se encuentra en busca y captura por este asunto, según han explicado fuentes policiales.
Los hechos ocurrieron el pasado sábado, justo un día después de que ella le comunicara que daba por finalizada la relación. La ruptura es un momento especialmente delicado en lo referido a la violencia machista. Cada vez que una mujer entra en una comisaría para denunciar un posible caso de maltrato, se le pregunta si ha anunciado a su pareja que va a separarse. El cuestionario policial para valorar el riesgo de las mujeres incluye una advertencia que llevan haciendo los jueces casi desde el principio: cuando ellas dicen que se marchan, el peligro de agresión aumenta.
El hombre se acercó a los alrededores de la casa de la adolescente, en el barrio de El Palo. “Le partió una rama en la cabeza y tiene dos vértebras dañadas”, ha explicado la madre de la menor en La Sexta. “Él le dijo que si no era para él, no era para nadie”, ha señalado la mujer, que ha hecho un llamamiento para que cualquier persona que tenga información sobre el agresor la comunique para que puedan arrestarlo.
La chica quedó malherida en una zona apartada —un pequeño túnel bajo la carretera— hasta que pudo salir de allí. Un hombre la encontró y la ayudó a llegar hasta la comisaría de la Policía Local en El Palo. Más tarde fue trasladada al Hospital Regional de Málaga, donde estuvo un día ingresada.
Los agentes aún no han podido tomar declaración a la víctima, algo que harán en los próximos días, ya que la menor todavía no se encuentra con fuerzas para acudir a hacerlo. La investigación, que lidera el Grupo de Menores (GRUME) de la Policía Nacional, continúa abierta para dar con el paradero del agresor.
El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas. No deja rastro en la factura, pero hay que borrarla del registro de llamadas del teléfono móvil. Los menores también pueden dirigirse al teléfono de la Fundación Anar 900 20 20 10 y los ciudadanos que sean testigos de alguna agresión deben llamar al 112. Además, las mujeres en riesgo pueden enviar un mensaje de alerta por la aplicación para móviles Alertcops, que activa una geolocalización que recibirá la policía. También está disponible un sistema de chat de asistencia psicológica (en los teléfonos 682 91 61 36 y 682 50 85 07).
La violencia machista en la adolescencia
El estudio se realizó con una muestra de 13.267 adolescentes de 14 a 20 años y compara la situación con la de los informes anteriores, de 2013 y 2010. Entre estos años, se produjo un incremento de la violencia de género en las parejas adolescentes que el estudio achaca al despegue de las redes sociales que transformó tanto la forma de relacionarse de los adolescentes como la de ejercer violencia. No obstante, a partir de 2013, algunas actitudes hacia las chicas, como “controlarla a través del móvil”, “usar sus contraseñas para controlarla” y “usar sus contraseñas para suplantar su identidad”, tuvieron menor incidencia a pesar de que el uso de las nuevas tecnologías es ahora mucho mayor.
Las formas de violencia más comunes dentro de la pareja, según las chicas, son las de abuso emocional, ya sea insultar o ridiculizar, o el control abusivo (“decidir hasta el más mínimo detalle”), según dicen haber sufrido el 17% de las encuestadas. Como ya sucedía en 2010, siguen siendo más las que reconocen haber sufrido violencia que los que admiten ejercerla. Por ejemplo, solo el 3% de los chicos dice haber presionado para involucrar a una chica en conductas sexuales en las que ella no quería participar, frente al 11,1% de las que confesaron haberse visto en esa situación. Al preguntar por la relación con el chico que ejerció la violencia vivida, solo el 17% de las adolescentes afirma que es su pareja actual frente a casi el 21% de los varones.
Información de Cristina Saldaña.