Cuarentenas previas, encuentros al aire libre y cenas en pareja: así pasarán la Navidad los epidemiólogos
Media docena de expertos en salud pública explican con cuántas personas se reunirán y sus medidas de precaución de cara a las fiestas
Llevan casi un año apareciendo en prensa, radio y televisión tratando de comprender la mayor pandemia de las generaciones vivas. Dando consejos, interpretando la curva y tratando de hacer predicciones sobre la evolución de un virus impredecible. Pero cuando llegan las Navidades, los epidemiólogos, como cualquiera, están atentos a las restricciones que propone el Gobierno para planear sus vacaciones. Y algunos incluso se pondrán límites que van más allá de las medidas de las autor...
Llevan casi un año apareciendo en prensa, radio y televisión tratando de comprender la mayor pandemia de las generaciones vivas. Dando consejos, interpretando la curva y tratando de hacer predicciones sobre la evolución de un virus impredecible. Pero cuando llegan las Navidades, los epidemiólogos, como cualquiera, están atentos a las restricciones que propone el Gobierno para planear sus vacaciones. Y algunos incluso se pondrán límites que van más allá de las medidas de las autoridades sanitarias.
EL PAÍS ha preguntado a media docena de expertos en salud pública cómo van a pasar las fiestas, qué precauciones tomarán, si cambiarán de comunidad o si mezclarán burbujas. Como dice Andrea Burón, una de las portavoces de la Sociedad Española de Salud Pública, lo que hagan ellos no tiene por qué ser “un modelo a seguir”. Pero, a tenor de las respuestas, si los españoles les imitasen, el temido repunte post-navideño no sería ni mucho menos inevitable.
Desde las cuarentenas previas, a la restricción de grupos, pasando por eliminar cualquier celebración. Así pasarán las navidades los epidemiólogos.
¿Con cuántas personas celebrará la Navidad?
El más radical de los consultados es Jesús Molina Cabrillana, secretario de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene: “Con mi pareja y punto. No voy a cenar con mi familia. Los veré puntualmente en espacios abiertos, pero no haré celebraciones como otros años”.
La tendencia es escoger un grupo muy reducido y pasar las fiestas con él con determinadas precauciones. Andrea Burón cambiará de comunidad para ver a sus padres y convivirá con ellos unos días. Se convertirán en su unidad de convivencia. “Una vez que estemos con ellos daremos paseos, pero no quedaremos con amigos”, señala. Eso sí, 10 o 14 días antes de visitarlos ella y su pareja harán un autoaislamiento durante el cual limitarán al máximo el contacto social para evitar el contagio.
Algo parecido hará Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid. En su caso, todavía no ha decidido con quién pasará las fiestas. Cuenta que entre sus hijos, pareja y una tía que tiene en Madrid, serían nueve. “Legalmente podríamos juntarnos, pero serían muchos núcleos familiares. Tendremos que evaluarlo. Eso sí, unos días antes intentaremos limitar las relaciones sociales para evitar riesgo de contagio. Quizás los hijos se hagan una prueba de antígenos el día antes”, explica.
Medidas de precaución durante las celebraciones
Quienes van a tomar precauciones de aislamiento previo no van a aplicar ninguna precaución especial en las comidas o cenas. “La idea es intentar garantizar que llegamos en condiciones de no ser infecciosos en ninguna cena”, señala Artalejo. Ana María García, catedrática de Salud Pública de la Universidad de Valencia, que limitará las celebraciones a comer un día con sus padres, tampoco tomará especiales medidas de ventilación —”son mayores y frioleros”— ni comerá al aire libre y su estrategia se basa más en prevenir antes: “Estoy viviendo toda la pandemia en una urbanización con teletrabajo y poca interacción social”. Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología, tratará de cambiar cenas por comidas para intentar que sean al aire libre, si el tiempo lo permite, además de procurar frecuentar lo menos posible a personas no convivientes. Antoni Trilla, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Barcelona, comerá tan solo con su mujer, su hijo y la pareja de este, manteniendo bastante distancia y con la mascarilla en todo momento, salvo para el momento de comer. “Es algo que llevamos haciendo todo este tiempo de forma natural”, asegura. Por su puesto, ninguno de los consultados acudirá a ningún tipo de celebración si tiene síntomas, aunque sea leves, de covid.
¿Qué no hará que solía hacer?
Casi todos los epidemiólogos que han participado en este artículo prescindirán de celebraciones con un buen número de familiares. Artalejo no se desplazará a Galicia, que es su costumbre habitual. Burón eliminará comidas que cada año tiene con amigos y compañeros de trabajo, además de algún viaje que suele hacer en esta época. Trilla relata que en condiciones normales se habría juntado con más familia, pero “este año superaría el número permitido”. “Nos felicitaremos las Navidades y ya lo haremos otro año”.
Aunque, como recordaba Burón, los epidemiólogos no tienen por qué ser ejemplo de nada —igual que hay neumólogos que fuman—, las conductas que describen los consultados son prudentes, con una celebración austera, mucho más reducida que otros años, pero sin renunciar necesariamente a comidas, ir a ver a los familiares más cercanos o, por qué no, reunirse con algún allegado, que es lo que seguramente se tendrá que considerar la pareja de un hijo.
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