WWF advierte del peligro de las fumigaciones masivas contra el mosquito del Nilo que afectarían al entorno de Doñana
La organización ecologista pide a la Junta de Andalucía “rigor científico” en sus actuaciones y que se limiten a los entornos urbanos
Las fumigaciones masivas planteadas por la Junta de Andalucía para acabar con el mosquito que trasmite el virus de la fiebre del Nilo son “ineficaces y puede tener consecuencias negativas e indeseables sobre la biodiversidad e incluso afectar a la calidad del agua en un ecosistema tan sensible como el estuario del Guadalquivir y el entorno de Doñana”, advierte la organización ecologista WWF este sábado en un comunicado. El mosquito culex ha...
Las fumigaciones masivas planteadas por la Junta de Andalucía para acabar con el mosquito que trasmite el virus de la fiebre del Nilo son “ineficaces y puede tener consecuencias negativas e indeseables sobre la biodiversidad e incluso afectar a la calidad del agua en un ecosistema tan sensible como el estuario del Guadalquivir y el entorno de Doñana”, advierte la organización ecologista WWF este sábado en un comunicado. El mosquito culex ha causado un brote de meningoencefalitis vírica que afecta a 14 localidades de Sevilla, entre ellas la capital de la provincia, por el que han fallecido tres personas y, actualmente, afecta a 21, de los cuales 11 están hospitalizados y cuatro de ellos permanecen en la UCI, según los últimos datos de la Consejería de Salud y Familias. El pasado martes la Junta anunció que realizará fumigaciones con drones de los pantanales y arrozales del Guadalquivir para evitar la propagación del mosquito, plan para el que licitará un contrato de emergencia de 100.000 euros.
“Las fumigaciones masivas en las marismas es una medida que no entra dentro de la lógica ni la mesura para enfrentar una enfermedad que es estable en la zona desde 2010, cuando se detectaron los primeros casos en explotaciones equinas en las provincias de Sevilla, Cádiz y Málaga y desde 2016 aparecieron los primeros casos en humanos, como recoge un informe de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Sabemos que el mosquito culex tienen un área de acción aproximada de un kilómetro, por lo que sería suficiente fumigar los núcleos urbanos y periurbanos”, ha afirmado este sábado Juan José Carmona, portavoz de WWF en Doñana.
WWF exige a la Junta, que a pesar de tener conocimiento de la existencia del virus desde hace una década no ha planteado un protocolo de actuación hasta ahora, “máxima cautela y rigor científico” en la lucha contra el virus del Nilo occidental y que cuenten con la opinión de los expertos para elaborar el plan de erradicación. Hasta el momento, los Ayuntamientos afectados, especialmente Coria del Río y La Puebla del Río, han pedido a la Junta un plan general para atajar la enfermedad y se han reunido con representantes de la Consejería de Agricultura, la Diputación de Sevilla y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. El último encuentro, de carácter técnico, fue el pasado miércoles.
“Han creado una mesa técnica y no han invitado a la Estación Biológica de Doñana (EBD), donde hay un equipo de expertos que conocen mejor que nadie la marisma y todo lo relacionado con la enfermedad del virus del Nilo”, lamenta Carmona. La Junta de Andalucía ignoró los informes técnicos elaborados en 2011 y 2014 por la EBD para frenar la aparición de brotes del virus del Nilo.
“La fumigación masiva en espacios naturales no resolvería el problema sanitario centrado en la zona urbana, sino que generaría impactos negativos sobre otras especies, ecosistemas y las actividades económicas del Bajo Guadalquivir”, ha afirmado el portavoz de WWF. La organización ecologista ha solicitado a la Junta participar en las futuras reuniones que se celebren para atajar el problema y que participe también el equipo de expertos liderado por Jordi Figuerola de la Estación Biológica de Doñana.
“Hemos pasado de una situación donde no había ningún tipo de control a querer fumigarlo todo y eso no es necesario. Lo primero que se tendría que haber hecho es una investigación entomológica y usar larvicidas, pero para eso habría que haber empezado en marzo, lo que permitiría acabar con las larvas, algo que podría hacerse el año que viene. Ahora ya es tarde porque hay una población de mosquitos adultos y no hay más remedio que usar pesticidas en los entornos urbanos para controlar el problema, pero no tiene sentido fumigar espacios naturales que están a 20 kilómetros de los focos”, ha aclarado Jordi Figuerola, experto en zoonosis de la EBD.
Según WWF, el cambio climático está detrás de la llegada a España de enfermedades como el virus del Nilo occidental, ya que el aumento de las temperaturas juega un papel muy importante en su propagación de este patógeno, que viaja hospedado en aves migratorias. “Pedimos máxima prudencia. El riesgo está especialmente en las zonas urbanas. Ni los arrozales ni la marisma son el problema, tampoco existe una plaga de mosquitos en estas zonas. De hecho, se han registrado casos de zoonosis en equinos en municipios alejados de los arrozales de Doñana (como Nerva, Gibraleón o San Bartolomé de la Torre)”, ha añadido Juan José Carmona.