Baja participación en la campaña de test masivos de Hong Kong por el recelo ante la involucración china
Menos de un 10% de los habitantes del territorio se han inscrito, en plena crisis política y con llamadas al boicot de organizaciones prodemocráticas
Hong Kong comenzó este martes una campaña de testeo masivo para detectar casos de covid-19 entre su población. Sin embargo, apenas se habían inscrito 650.000 personas, menos de un 10% de los 7,5 millones de habitantes del territorio. Esta reducida participación está motivada por la desconfianza hacia el Ejecutivo local, así como a la polémica que ha despertado la iniciativa. La involucración de China continental ha llevado a algunas organizaciones prodemocráticas a organizar un boicot en su...
Hong Kong comenzó este martes una campaña de testeo masivo para detectar casos de covid-19 entre su población. Sin embargo, apenas se habían inscrito 650.000 personas, menos de un 10% de los 7,5 millones de habitantes del territorio. Esta reducida participación está motivada por la desconfianza hacia el Ejecutivo local, así como a la polémica que ha despertado la iniciativa. La involucración de China continental ha llevado a algunas organizaciones prodemocráticas a organizar un boicot en su contra.
El programa dio comienzo a primera hora de la mañana en 141 centros repartidos por los 18 distritos del territorio. Las citas, que deben realizarse de antemano a través de Internet, se han escalonado para evitar aglomeraciones. Esta medida reproduce el protocolo de acción de las autoridades chinas, que en los últimos meses han llevado a cabo pruebas generalizadas en la ciudad de Wuhan, foco original del virus y sin nuevos positivos desde el pasado 18 mayo, y en Pekín, después del rebrote localizado en un mercado mayorista de la capital en junio.
A las cuatro de la tarde, 82.000 individuos se habían sometido al examen, según Patrick Nip Tak-kuen, secretario de Servicio Civil. El representante añadió que aunque en principio la campaña durará una semana, podría prolongarse una segunda en función del número de participantes. Carrie Lam, la jefa del Ejecutivo hongkonés, y los miembros de su equipo fueron los primeros en recibir el hisopo. “Todo el procedimiento es seguro, simple, cómodo y rápido”, aseguró, llamando a la población a inscribirse.
Sin embargo, no todo el mundo coincide con ella. El objetivo de su Administración es frenar una tercera oleada de covid-19 que tomó forma a finales de junio y que obligó a reimponer ciertas medidas de distanciamiento social. Hong Kong, no obstante, apenas ha registrado una media de 17 contagios diarios a lo largo de la última semana; por lo que algunos expertos han puesto en duda la efectividad de la medida. En su opinión, sería más beneficioso destinar el coste total del operativo, 150 millones de dólares hongkoneses (16 millones de euros), a la inversión en rastreadores. Hong Kong acumula 4.810 casos de coronavirus, con 89 víctimas mortales (1,8%), 4.342 pacientes recuperados (90,2%) y 379 todavía activos (7,8%).
La campaña, además, se ha politizado. La participación de 220 trabajadores sanitarios y herramientas técnicas procedentes de China continental ha llevado a algunas organizaciones prodemocracia a temer por la seguridad de los datos biométricos de los participantes en las pruebas. Por ello, han lanzado varias campañas en su contra. Esta reacción se enmarca en la profunda crisis social que desde hace más de un año sacude a la excolonia británica, tras el estallido de multitudinarias movilizaciones prodemocráticas. A finales de mayo, Pekín impuso una nueva Ley de Seguridad Nacional que ha sido recibida como un golpe casi definitivo al sistema de derechos y libertades imperante en el territorio.
Para más inri, estos testeos masivos llegan apenas dos meses después de que el Ejecutivo pospusiera un año las elecciones al Parlamento, aduciendo que la pandemia suponía un riesgo que impedía su celebración. “No entiendo por qué el Gobierno permite que miles de personas se hagan la prueba en los mismos lugares en los que la gente votaría. Si se nos permite hacer cola para hacernos un test, ¿por qué no podemos hacer cola para votar?”, afirmaba un ciudadano en declaraciones recogidas por el diario local South China Morning Post.
Todo apuntaba a que la oposición iba a apuntarse unos resultados históricos en dichos comicios, los cuales deberían haber tenido lugar este mes, e incluso contemplaban la posibilidad de que por primera vez se hicieran con el control de la cámara. En las elecciones municipales de noviembre del año pasado ya registraron una victoria aplastante sobre el bloque prochino.