La nueva carretera general de Menorca siembra la discordia

Una plataforma ciudadana pide modificar el proyecto para reducir su impacto en el paisaje

El proyecto de construcción de la nueva carretera general de Menorca, que impulsa el general retirado Luis Alejandre, en su papel político de consejero de Movilidad, amenaza con marcar una doble fractura: una en el territorio, que quedará atravesado por sus rotondas gigantes a dos alturas, y otra en la propia sociedad, por la contestación que suscita entre una parte de la población. Una nueva plataforma, Ciudadanos para un diálogo sobre la carretera general, se ha movilizado esta semana para pedir a las autoridades un pacto que mitigue la huella de asfalto en el paisaje de la isla, declarada r...

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El proyecto de construcción de la nueva carretera general de Menorca, que impulsa el general retirado Luis Alejandre, en su papel político de consejero de Movilidad, amenaza con marcar una doble fractura: una en el territorio, que quedará atravesado por sus rotondas gigantes a dos alturas, y otra en la propia sociedad, por la contestación que suscita entre una parte de la población. Una nueva plataforma, Ciudadanos para un diálogo sobre la carretera general, se ha movilizado esta semana para pedir a las autoridades un pacto que mitigue la huella de asfalto en el paisaje de la isla, declarada reserva de la biosfera por la Unesco.

“Rogamos al presidente del Consell Insular de Menorca [Santiago Tadeo] que abra el diálogo antes de que los hechos sean irreversibles”, reclama el colectivo, impulsado por ciudadanos que confiesa tener opiniones diversas pero que coincide en su disconformidad con el plan de desarrollo viario. Piden que el proyecto de la nueva carretera sea reconsiderado en sus partes más polémicas: rotondas, ancho y ocupación territorial.

El grupo propone cambiar rotondas, desvíos y cruces

La plataforma, que funciona ajena a las formaciones políticas y entidades de activismo tradicional, encuadra a más de 70 profesionales, creadores, intelectuales, comerciantes, científicos y empresarios de la isla. El lunes, en una sesión de presentación y debate, desgranaron sus propuestas para cambiar rotondas, cruces y desvíos que, según ellos, pueden desgarrar y fragmentar distintas zonas de la isla. En las primeras filas estaban los escritores Pedro J. Bosch, Josep Maria Quintana y Fina Salord, los empresarios Carlos Sintes, Lluís Casals y Carles Anglés, el pintor Pepe Vives, el ingeniero Josep A. Fayas o el educador Jaume Mascaró.

Para intentar frenar una obra que creen no tendrá marcha atrás en la reducida y preservada isla, el grupo ha publicado un manifiesto para solicitar al poder insular, con mayoría absoluta del PP, que atienda a razones, negocie y modere el volumen de la nueva carretera. El primer tramo del proyecto, que va de Mahón a Alaior, está a punto de ser adjudicado.

El primer tramo
está a punto de
ser adjudicado

El Consell de Menorca asegura que ha reducido más de un tercio la incidencia paisajística del proyecto y reitera que es necesario por razones de seguridad, modernidad y progreso, además de para no perder una inversión del Estado de más de 30 millones de euros en diez kilómetros.

La actual carretera Mahón-Ciutadella, que cruza entre sus dos cabos la isla de Menorca, de este a oeste, la usan 20.000 coches en verano y un poco más de la mitad (12.000) en invierno, cuando hay pocos turistas.

El presidente del Consell, Santiago Tadeo, ha celebrado la voluntad de consenso del colectivo, pero ha insistido en que la obra, tal como ha quedado finalmente el proyecto, va a tener un impacto mucho menor que el inicialmente previsto.

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