Una eco isla al sur de Gran Bretaña

La Isla de Wight, famosa en los sesenta por sus conciertos, quiere convertirse en autosuficiente energéticamente. Más de 20 empresas energéticas británicas y extranjeras se han unido para lograr este objetivo en 2020

Al sur de Gran Bretaña hay una isla poco más grande que Mallorca, conocida porque fue el lugar de retiro favorito de la Reina Victoria, donde además murió la gran precursora del Imperio Británico. También se conoce por haber albergado a finales de los sesenta tres grandes festivales hippies con Jethro Tull, Jimi Hendrix y Bob Dylan, entre otros. Hoy este lugar verde, capaz de representar la tierra soñada de grandes monarcas y jóvenes irreverentes, se quiere convertir en una isla energéticamente autosuficiente. Más de 20 empresas energéticas británicas y extranjeras se han instalado en l...

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Al sur de Gran Bretaña hay una isla poco más grande que Mallorca, conocida porque fue el lugar de retiro favorito de la Reina Victoria, donde además murió la gran precursora del Imperio Británico. También se conoce por haber albergado a finales de los sesenta tres grandes festivales hippies con Jethro Tull, Jimi Hendrix y Bob Dylan, entre otros. Hoy este lugar verde, capaz de representar la tierra soñada de grandes monarcas y jóvenes irreverentes, se quiere convertir en una isla energéticamente autosuficiente. Más de 20 empresas energéticas británicas y extranjeras se han instalado en la isla de Wight para lograr este ambicioso objetivo en 2020. Entre las compañías internacionales involucradas en el proyecto están IBM, Cable & Wireless, Toshiba y Miyako.

La Eco isla fue presentada en la Cámara de los Comunes el pasado 15 de noviembre como "la vanguardia de la Gran Bretaña ecológica del futuro". Y es que esta pequeña isla quiere convertirse en un referente en la agenda ecológica británica. No se trata sólo de llegar a generar su propia electricidad sino que aspira a actuar también como laboratorio de ideas ecológicas a exportar fuera de sus reducidas fronteras. Tiene una extensión de 350 kilómetros cuadrados y es aproximadamente un tercio más grande que Mallorca, con 210 kilómetros cuadrados. Su aspiración es instalar paneles solares en los tejados de todas sus casas, pues la Isla de Wight es uno de los lugares más luminosos del Reino Unido. También harán un esfuerzo para aislar mejor los hogares y ya están estudiando cómo hacer un uso más eficiente de la energía geotérmica, eólica y de las mareas.

El consumo eléctrico de la isla era en 2008, cuando nació el concepto de la Eco isla, de 588 gigavatios por hora. Para lograr el objetivo de la autosuficiencia y generar esta potencia con energías renovables los responsables del proyecto han calculado que la isla tiene que producir 50 megavatios de energía offshore (con aparatos instalados en el mar), 50 megavatios con nuevos sistemas onshore (instalados en tierra) y 50 megavatios procedentes de "una variedad de instalaciones a escala doméstica", según explica un portavoz del proyecto Eco isla.

"De entre los sistemas onshore nos estamos planteando generar 22,5 megavatios con energía eólica; 15 megavatios con energía fotovoltaica; 7,4 del reciclaje de residuos, y 6 megavatios de la biomasa", dice la misma fuente. "En cualquier caso hemos aceptado que la viabilidad económica de algunas tecnologías puede variar en los próximos años y también estamos abiertos a que nueva tecnología entre en el proyecto".

Si uno pasea por el puerto de la Isla de Wight con un ojo puesto en las naves industriales y otro en el mar se da cuenta del gran número de iniciativas distintas que hay puestas en marcha. La aspiración de convertirse en una Eco isla está logrando modificar el tejido empresarial de la zona. "La crisis no sólo no afectará al proyecto sino que éste ha sido concebido como una solución económica para la isla. La Eco isla ya está creando puestos de trabajo y está atrayendo a muchas empresas", asegura Stuart Love, responsable de economía y medio ambiente en la isla.

Por ejemplo, los largos barcos de la empresa Blade Runner Shipping están especializados en transportar las hélices de los molinos de viento para su instalación en el mar. En las costas de la isla se están construyendo dos granjas de molinos offshore. Por eso, en Wight también está presente la multinacional eólica Vestas. Esta empresa con presencia en España que construye turbinas para molinos de viento tiene en el lugar una sede desde dónde diseña sus turbinas.

South Boats, otra compañía afincada en el puerto, se ha especializado en construir barcos resistentes para encargarse del mantenimiento de los molinos de viento marinos. "Estos barcos son suficientemente robustos como para acercarse a la base de los molinos si el mar está picado. Su proa está hecha de un material especial que no daña la base de los molinos si la roza", comenta Derek Hughes, el director de producción, mientras muestra sus barcazas.

Mirando hacia el mar con prismáticos se puede divisar también una baliza amarilla. Aunque es común ver boyas en el mar, ésta es especial. Al contrario que el resto, está llena de cables y sensores y está coronada por un pequeño molino de viento. La Isla de Wight pretende que la energía de las mareas juegue un papel importante en su misión de ser energéticamente autosuficiente y esta baliza envía a tierra la información sobre el movimiento de las olas en este punto concreto de la costa. Este proyecto, en el que está involucrada la Unión Europea, pretende obtener así información sobre cómo funcionan las mareas. Entre los proyectos de la Eco isla, uno de los más innovadores es crear el llamado Solent Ocean Energy Centre, que ayudará a desarrollar y probar tecnología para aprovechar la energía de las mareas, más constante y previsible que el viento o el sol, en la costa sur y en la costa este de la isla.

Entre tantos proyectos públicos y privados, Stuart Love, el responsable de economía y medio ambiente en la Isla de Whight, no es capaz de dar una cifra concreta de cuánto costará el proyecto total. Del sector privado, Love calcula que ya se ha logrado recaudar 200 millones de libras (unos 235 millones de euros) pero la financiación proviene también de la Unión Europea, de los fondos de la propia isla y del gobierno británico.

La Isla de Wight, al sur de Gran Bretaña, no sólo quiere generar su propia electricidad sino que aspira a actuar también como laboratorio de ideas ecológicas a exportar fuera de sus fronteras.MARUXA RUIZ DEL ÁRBOL

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