Cuatro días sin corazón

Tras varios días parado por un infarto, el corazón de un joven estadounidense vuelve a latir sin intervención médica

Una intervención divina o un milagro. Así es como definen los médicos y sus padres el caso de Daniel Walter, un joven estadounidense cuyo corazón se paró mientras hacía deporte y volvió a latir cuatro días después sin ayuda de los médicos cuando esperaba un trasplante.

La sorprendente historia comenzó el pasado 19 de enero, cuando Daniel Walker, de 17 años, terminaba su clase de gimnasia en el instituto. Hacía carrera continua y cuando estaba a punto de acabar, su corazón se paró. Walter tenía una malformación congénita que causó la obstrucción de su arteria coronaria, reduciendo al 10%...

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Una intervención divina o un milagro. Así es como definen los médicos y sus padres el caso de Daniel Walter, un joven estadounidense cuyo corazón se paró mientras hacía deporte y volvió a latir cuatro días después sin ayuda de los médicos cuando esperaba un trasplante.

La sorprendente historia comenzó el pasado 19 de enero, cuando Daniel Walker, de 17 años, terminaba su clase de gimnasia en el instituto. Hacía carrera continua y cuando estaba a punto de acabar, su corazón se paró. Walter tenía una malformación congénita que causó la obstrucción de su arteria coronaria, reduciendo al 10% la capacidad del corazón. Por eso se paró.

Daniel fue trasladado inmediatamente a un hospital, luego a otro y finalmente al Presbyterian Hospital Columbia de Nueva York. Allí le conectaron a una máquina que suplía las funciones de su corazón, que continuaba parado, mientras aparecía un donante. Sin embargo, no fue necesario. Cuatro días después de su accidente, el corazón de Daniel comenzó a latir de nuevo, sin que los médicos del centro sepan dar una causa.

“He sido cirujano durante 10 años y esta es probablemente una de las cosas más increíbles que he visto”, ha declarado el docto Abeel Mangi, uno de los médicos encargados del caso de Daniel. Incluso va más allá: “Es un milagro, no hay otra forma de explicarlo”, dice Mangi, que admite que el equipo médico tenía muy pocas esperanzas de que Daniel se recuperara sin un corazón nuevo.

Mientras, los padres del chico, lo achacan a la intervención divina. “Dios se giró, puso su mano sobre mi hijo y lo recargó”, ha declarado William Walter, el padre de Daniel.

Dos días después de que el corazón comenzara a latir de nuevo, los doctores han podido reparar en gran medida la malformación del órgano y han conseguido que ahora funcione al 60% por lo que no será necesario el trasplante.

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