Judith Joy Ross, la fotógrafa que capta en sus retratos la vida cotidiana
Por su objetivo han pasado de activistas antiguerra a políticos. La Fundación Mapfre inaugura el 24 de septiembre una retrospectiva que repasa su trayectoria.
Dice Judith Joy Ross (Hazleton, Pensilvania, 75 años) que en la retrospectiva que el 24 de septiembre se inaugura en la Fundación Mapfre de Madrid (donde permanecerá hasta el 9 de enero de 2022) los visitantes “van a ver retratos de gente que no conocen”. Ella tampoco sabía nada de esas personas antes de fotografiarlas. “Excepto de mi hermano Edward y su compañero de piso en París, Seydou”, puntualiza. “Son estadounidenses que se ocupan de sus asuntos cotidianos. Me atrajo fotografiarlos e...
Dice Judith Joy Ross (Hazleton, Pensilvania, 75 años) que en la retrospectiva que el 24 de septiembre se inaugura en la Fundación Mapfre de Madrid (donde permanecerá hasta el 9 de enero de 2022) los visitantes “van a ver retratos de gente que no conocen”. Ella tampoco sabía nada de esas personas antes de fotografiarlas. “Excepto de mi hermano Edward y su compañero de piso en París, Seydou”, puntualiza. “Son estadounidenses que se ocupan de sus asuntos cotidianos. Me atrajo fotografiarlos en circunstancias que expresaban preguntas que yo tenía sobre la vida: a los niños de Eurana Park los saqué cuando estaba de luto por la muerte de mi padre y necesitaba recordar la inocencia, los retratos del Memorial de Vietnam los hice para enfrentarme al sacrificio de aquella guerra terrible…”. Ante su objetivo han pasado figuras anónimas y miembros del Congreso, pero su forma de abordarlos es siempre la misma: “Me acerco con entusiasmo y una preciosa cámara de fuelle de 8×10, una buena combinación”. En el más de medio siglo que lleva dedicada a la fotografía, esta reconocida retratista –su obra, casi siempre en blanco y negro, está en el MoMA– no ha variado su método.
¿Nunca utiliza una cámara digital?
Creo que soy demasiado mayor para aprender nuevos métodos. Tengo 75 años y la cámara de fuelle me fascina, no tengo ningún interés en cambiarla hasta que se cree algo igual de mágico. Mucha gente no sabe que con estas cámaras tú ves el mundo al revés. Es asombroso. Pero no puedes confundir belleza con contenido, hay que luchar para lograr una buena fotografía.
¿Por qué se hizo fotógrafa?
Mi sueño desde niña era ser artista. Tras mi primera clase de fotografía en la Escuela de Arte me di cuenta de que el mundo real que veía con la cámara, no el de la imaginación, era la mayor fuente de significado para mí.
¿Y qué la llevó a los retratos?
Hago retratos porque busco expresar qué significa ser una persona. Para hacer una foto tengo que superar mi timidez, porque si llevas un equipo que pesa 13 kilos tienes que involucrar al retratado, crear la imagen juntos.
Hoy en día se comparten más retratos que nunca a través de redes y móviles. ¿Eso cambia la forma de ver un trabajo como el suyo?
Es interesante, pero no conozco la respuesta. Debe haber megatones de imágenes maravillosas y terribles en internet, y en mi móvil recibo a veces fotos de mi familia y amigos, de naturaleza, mascotas… Cuando miro los viejos álbumes familiares con las imágenes pegadas me parece que a menudo trascienden con el paso del tiempo. Es algo de lo que te das cuenta cuando te haces mayor.
Comenzó a trabajar en los años setenta, entre protestas y movimientos civiles. ¿Cómo influyó esa atmósfera en su obra?
Llegué a Chicago la noche de los disturbios de la Convención Demócrata, el Black Power y el feminismo estaban creciendo, y fue muy alentador. Recuerdo que llevaba faldas muy cortas en aquella época y me sorprendió toda la atención masculina no deseada que recibí.
¿El movimiento feminista influyó en su obra en aquel momento?
Entonces apoyé y entendí a fondo el movimiento contra la Guerra de Vietnam y el Black Power, pero el movimiento feminista no fue tan importante para mí. Pero, desde luego, conocí y conozco bien todo acerca de ser discriminada por ser mujer.
Sus últimas series tratan sobre el futuro del planeta. ¿Por qué habla ahora de la lucha medioambiental?
En las imágenes en color The Devil Today and Reading to Dogs abordé el cambio climático, y el activista Josh Fox y el actor Mark Ruffalo las usaron para protestar contra el fracking de gas. Lamentablemente, eso continúa en Pensilvania, y con Trump la minería de carbón resucitó en mi ciudad. Ahora fotografío árboles. Es lo más cerca que estaré nunca de la religión.