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Julia Ducournau, directora de ‘Titane’: “El lugar de la creación es un lugar incómodo”

Tras el éxito mundial de ‘Titane’, la francesa Julia Ducournau regresa con ‘Alpha’ para luchar contra el miedo y el trauma por el sida

Julia Ducournau (París, 41 años) hizo historia: ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 2021, convirtiéndose en la segunda mujer cineasta en llevarse tan prestigioso premio a lo largo de siete décadas (solo lo había conseguido antes Jane Campion por El piano, en 1993, y compartido con un hombre). El premio tenía más mérito aún porque lo lograba con una película de puro body horror, Titane, en la que partía desde lo más físico y visceral para denunciar la violencia contra las mujeres y dinamitar la identidad de género. Cuatro años después de dar la vuelta al mundo con su protagonista adicta al titanio, la cineasta francesa regresó a La Croisette el pasado mes de mayo con su nueva película, Alpha, que el 14 de noviembre llega a los cines españoles tras inaugurar Sitges. En ella sigue retorciendo las convenciones del terror y del fantástico para, por un lado, reivindicar a una generación olvidada y silenciada por la pandemia del sida; y, por otro, hablar de la posibilidad de dejar ir y romper vínculos simbióticos.

“Alpha es una película en la que llevaba mucho tiempo trabajando, anterior incluso a Titane, pero la posponía porque quería ser más sabia, tener más experiencia”, explica. Y tras el éxito de su filme anterior, y con la experiencia ganada con Crudo, su primer largometraje, en el que también trataba la violencia contra las mujeres desde el cuerpo (siempre cuenta que la profesión de sus padres, médicos, ha impactado en su imaginario), se sintió con la fuerza de ir hacia otros territorios. “El lugar de la creación es un lugar incómodo: es donde se encuentran las cosas interesantes”, opina. Desde ahí imaginó en Alpha un virus que convierte a las personas infectadas en estatuas de mármol, “como sagradas”, dice la directora, sus músculos, huesos y sus órganos van petrificándose hasta fracturarse. Su protagonista, llamada Alpha, es una niña de 13 años que cree haberse infectado, con una madre médico (Golshifteh Farahani), dedicada a los cuidados de todos a pesar de haber sufrido toda la vida a un hermano (Tahar Rahim) adicto y enfermo. Aquí, más que antes, Ducournau tira de diálogos, de palabras… “Hay algo que nunca se ha dicho: cómo la sociedad trataba a los enfermos y a sus familias por vergüenza, por miedo”, expone. Y ante eso, “tienes que poner nombre a las cosas, es la única forma de romper el trauma. Fue muy difícil, porque siempre temo que las palabras reduzcan la intensidad emocional, o peor aún, la expliquen, pero quería que la película fuera extremadamente emotiva”.

Ducournau con su Alpha coincidió en Cannes con Carla Simón y su Romería, las dos desde sus perspectivas personales y cinematográficas, denuncian el mismo ostracismo. “Quizá haya algo generacional, de todos los que lo vivimos, y aunque no sea comparable, quizá la covid nos despertó algo. Y es como si ahora se hubiera abierto la compuerta y todo esto saliera. Me encanta cuando eso sucede, porque significa que, independientemente, todos sentimos la necesidad de hablar de ello. Hemos esperado 30 años para encontrar las palabras que expresen este sufrimiento”.

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