La maternidad que se tragó un sofá
La alemana Martha Mechow se ha convertido en una interesante exploradora del feminismo y la maternidad gracias a su ópera prima, ‘Losing Faith’
Losing Faith, ópera prima estrenada este año de la actriz y dramaturga alemana Martha Mechow, se abre con una secuencia misteriosa. Se trata de un plano fijo en el que vemos a una mujer tirada en un sofá mientras un bebé dormita en su balancín cerca de ella y al fondo, en una mesa, una niña pequeña subida en una silla se distrae pintando. Las luces y sonidos —que parecen los gemidos de un orgasmo— llegan de la televisión; es tarde y el aparato está encendido, fuera hace frío. La hija mayor le pide a la madre que se acerque a ella y mire lo que hace. La mujer responde que en 10 minutos, ...
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Losing Faith, ópera prima estrenada este año de la actriz y dramaturga alemana Martha Mechow, se abre con una secuencia misteriosa. Se trata de un plano fijo en el que vemos a una mujer tirada en un sofá mientras un bebé dormita en su balancín cerca de ella y al fondo, en una mesa, una niña pequeña subida en una silla se distrae pintando. Las luces y sonidos —que parecen los gemidos de un orgasmo— llegan de la televisión; es tarde y el aparato está encendido, fuera hace frío. La hija mayor le pide a la madre que se acerque a ella y mire lo que hace. La mujer responde que en 10 minutos, que ahora solo tiene ganas de “caer al suelo como una alfombra”. Por sus palabras y por cómo se mueve, sentimos que no puede con su alma. Está tan cansada que por arte de magia acaba desapareciendo, engullida por el sofá. Ya no hay madre, solo un sofá vacío, una niña reclamando atención y un bebé.
Segundos antes de esta fuga, durante los títulos de crédito, caía la nieve sobre la fachada del edificio y de fondo se escuchaba la retransmisión de unos premios que podrían ser los Oscar y en los que una mujer que podría ser una actriz agradece entre sollozos el enorme “sacrificio” de su madre. Con tan solo 26 años, Mechow se ha convertido en una interesante exploradora del feminismo y la maternidad gracias a una película-fábula extraña, rabiosa y fascinante. Después del prólogo del sofá, la historia continúa unos años más tarde, cuando la hija pequeña, Filippa, viaja a Cerdeña en busca de su hermana mayor, Furia, que ha huido a esa isla italiana para vivir en comuna junto con un grupo de mujeres-brujas que ponen en práctica nuevas formas de familia y maternidad. Con un discurso que por momentos recuerda a Los idiotas (1998), de Lars von Trier (o la disfuncionalidad como programa revolucionario), Mechow se mueve entre el cine y la performance para indagar en la noción de maternidad desde perspectivas alejadas de estereotipos.
Losing Faith está llena de ideas preciosas, como el impagable relato que hace un niño de un parto desde el otro lado del cordón umbilical o la reflexión alrededor de Jane Austen de la joven Filippa. Todo para lograr entender lo que los personajes llaman “el nudo heterosexual” y que esta película, llena de bailes y alegre frescura, logra desenredar sin proclamas facilonas ni imágenes precocinadas. Y de fondo, la gran culpa: la maternidad como ausencia. Porque todas hemos deseado alguna vez que nos trague el sofá.