Las nuevas semanas de la moda son virtuales
Tokio está celebrando su pasarela bianual en streaming y con realidad aumentada. México busca formatos interactivos para hacerlo el próximo mes y muchas firmas de prestigio, como Chanel, están investigando otras alternativas tecnológicas. ¿El aislamiento social cambiará para siempre el ritual de los desfiles?
Hace tiempo que la discusión está sobre la mesa. El verano pasado, los organizadores de la semana de la moda de Estocolmo anunciaron que dejaban de hacer desfiles tradicionales; el esfuerzo logísitco que suponen tiene consecuencias ambientales y, en su lugar, anunciaron un nuevo modelo que “encaje con las necesidades del actual paradigma de cambio”, contaban desde la organización.
La crisis del coronavirus ha acelerado dicho cambio. ...
Hace tiempo que la discusión está sobre la mesa. El verano pasado, los organizadores de la semana de la moda de Estocolmo anunciaron que dejaban de hacer desfiles tradicionales; el esfuerzo logísitco que suponen tiene consecuencias ambientales y, en su lugar, anunciaron un nuevo modelo que “encaje con las necesidades del actual paradigma de cambio”, contaban desde la organización.
La crisis del coronavirus ha acelerado dicho cambio. Armani fue el primero en cancelar su desfile en abierto el 24 de febrero y retransmitirlo en streaming para editores y compradores. En París, los diseñadores chinos no pudieron acudir a presentar sus colecciones; muchos lo hicieron con videos explicativos que enviaron personalmente a la prenda. Cuando terminó esta semana de la moda, el 3 de marzo, Louis Vuitton, la última marca en desfilar, ya tenía preparada su nueva colección en formato virtual, para que todos aquellos que no pudieran acercarse a los showrooms de la firma tuvieran la posibilidad de apreciar las prendas en detalle desde sus casas. «En otras circunstancias habríamos tardado dos años en implementarlo», comentaba el CEO, Michael Burke, al diario WWD.
Dos semanas más tarde el mundo está en cuarentena, y todas las firmas internacionales han cancelado la presentación de su líneas crucero (previstas en abril y mayo en distintas ciudades del globo) debido a la incertidumbre. Chanel, la última en hacerlo, afirma en la nota de prensa que está «evaluando posibles alternativas para presentarla en un formato diferente». La emergencia global ha acelerado el debate y la industria busca alternativas que le permitan mantener su ritmo sin la presencia física de sus trabajadores.
La semana de la moda de Tokio se está celebrando ahora mismo en streaming. Cada marca decide cómo plantear su show a través de la web oficial del evento. Algunos lo harán en formato lookbook, otros con un video en directo e incluso algunos echarán mano de la realidad aumentada y la virtual para presentar sus propuestas. En México se plantean hacer algo similar con su fashion week, prevista entre el 30 de marzo y el 2 de abril. «Apostamos por formatos disruptivos de contenido digital en beneficio de todos los diseñadores, creativos, socios patrocinadores, empresarios y consumidores de la moda mexicana”, acaban de comunicar desde la organización.
Más allá del ya tradicional desfile en directo a través de las redes sociales, las posibilidades son infinitas, y la realidades virtual y aumentada se perfilan como las dos alternativas más pujantes. El diseñador afincado en Londres Steven Tai lleva tres temporadas lanzando un lookbook digital que permite girar las imágenes o hacer zoom en las prendas. La creadora de Hong Kong Anaïs Joudan ha optado por modelos digitales (es decir, avatares) con ropa digitalizada, zapatillas Nike Air Max incluidas. Y el próximo 1 de abril dará comienzo una pasarela en China, patrocinada por la revista WWD, que mostrará el trabajo de marcas sostenibles en formato íntegramente digital utilizando aplicaciones interactivas como Zoom. «Esta crisis ha hecho que la industria reflexione sobre el impacto ambiental de las pasarelas tradicionales», afirman.
Lo cierto es que los showrooms de realidad aumentada llevan tiempo funcionado. Son la alternativa que evita desplazamientos y gastos innecesarios en muestras y prototipos. De igual modo, gran parte de las marcas mantienen la tradición de los trunk shows: presentaciones a puerta cerrada (como solían ser los desfiles hasta bien entrado el siglo XX) que ya no solo se hacen de forma tradicional, también en vídeo o a través de videoconferencias. Ahora el sector se ve obligado a abordar un tema, el de las semanas de la moda, que, aferrado al peso del rito y la tradición, posponía indefinidamente. Quién sabe si estamos presenciando un verdadero cambio de paradigma.