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El homenaje a Italia de Damiani, la firma de joyas independiente que no renuncia a su carácter familiar

Es una de las pocas marcas capaces de seguir creando alta joyería para mercados internacionales sin renunciar a su carácter familiar

Cuando Giorgio Damiani era pequeño y los demás niños jugaban con mecanos o piezas de construcción, él lo hacía con piedras, algunas tan valiosas que acababan formando parte de las alhajas que diseñaba su padre. Fue ahí, como él mismo cuenta sentado en un hotel de Roma la tarde antes de la presentación de su nueva colección de alta joyería, titulada Ode All’Italia, cuando tuvo su primer encuentro con un negocio que había fundado su abuelo, que su progenitor continuó pero que él ha llevado por todo el planeta.

El nombre de la nueva colección pues, no es casual: es una invitación a preservar en piezas únicas la esencia atemporal del país donde nació la firma a la que ha dedicado toda la vida. “Todos los hermanos estábamos llamados a heredar esta vocación, pero todo se precipitó porque mi padre falleció en un accidente de automóvil y de pronto tuvimos que tomar las riendas”, explica el Damiani mayor; por ahí andan también el mediano, Guido, quien se hace cargo de las estrategias de marketing más innovadoras y Silvia, la pequeña, que es presidenta de una de sus filiales, Venini, especializada en cristal de Murano. Pero es Giorgio el que ha convertido el mandato casi dinástico en un proyecto cuyas joyas son valoradas por los coleccionistas por su altura artística, pero también su enorme portabilidad: “Es algo a lo que efectivamente ponemos una atención maniaca, porque creemos que una mujer cuando compra una pieza de alta joyería tiene que estar cómoda al ponérsela”.

Y eso es lo que caracteriza esta colección, que representa las sensaciones, recuerdos y atmósferas que se pueden vivir en Italia: desde las propuestas de Luci del mare, que representan los destinos bañados por el Mediterráneo mediante turmalinas Paraiba hasta el homenaje a las ciudades del Grand Tour (Roma, Florencia, Venecia e incluso Milán), en el que cobran protagonismo piedras inesperadas como el ópalo o el zafiro estrellado. Porque si la casa Damiani ha sido históricamente reconocida por su capacidad para crear prodigios con diamantes, ahora también demuestra su saber hacer con las piedras de colores: en la línea Paesaggi dell’anima consigue expresar las colinas llenas de flores, los brillantes picos alpinos, los majestuosos volcanes y los plácidos lagos del país se representan con gemas cuidadosamente escogidas por sus artesanos de Valenza, ciudad desde la que la familia sigue defendiendo la independencia de la firma: “No hay nada de malo en que los grandes grupos adquieran firmas si eso significa salvar su legado y el trabajo de la gente. Nosotros estamos muy muy en forma”, dice risueño. 

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