Tommy Hilfiger: “Muchos pierden el rumbo porque no saben quiénes son; nosotros lo tenemos claro y lo aceptamos”
La marca se prepara para celebrar su 40 cumpleaños. El diseñador celebra varias décadas agitando las referencias ‘preppy’ y deportivas que le han convertido en sinónimo de estilo estadounidense
Tommy Hilfiger (Elmira, Nueva York, 73 años) estaba obsesionado con los deportes que practicaban sus compañeros cuando iba al instituto. Él era demasiado bajo y menudo para que le quisieran en ningún equipo, pero se compró una chaqueta varsity y descubrió el poder transformador de una prenda: cuando paseaba con ella por las calles de su ciudad era percibido como un atleta. Aquella lección se le quedó grabada y la tuvo presente cuando fundó su marca homónima, hace 40 años. Por un lado de forma literal, al apelar al imaginario deportivo, y de otra más metafórica, recurriendo a la ropa como herramienta de expresión para plasmar sueños y anhelos.
En la sede neoyorquina de la marca en la avenida Madison, el diseñador pasea entre percheros de los que cuelga su nueva colección. Al día siguiente la presentará en un desfile en el Oyster Bar de la estación Grand Central. Es el primero que organiza en dos años y con él dará un giro a su modelo de negocio. Pionero en adoptar en 2017 el see now, buy now (poner a la venta la colección justo tras el desfile), ahora escoge combinar dos velocidades: los diseños de pasarela llegarán a las tiendas siguiendo el calendario tradicional, en otoño, pero el centenar de celebridades invitadas lucirán piezas de una colección cápsula disponible inmediatamente.
Dedica esta colección a Nueva York, ¿la ciudad le sigue inspirando?
Es mi hogar. Es donde empecé mi empresa hace casi 40 años. Siempre ha sido una referencia, podría decirse que es donde se desarrolló el ADN de Tommy Hilfiger por primera vez.
¿Y cómo hace para seguir recurriendo a las mismas referencias, pero a la vez conectar con las nuevas generaciones?
Siempre tienes que pensar qué será lo próximo. La comunicación es importante, pero necesitas partir de un buen producto, al público no se le puede engañar. Hay muchas cosas ahí fuera, así que también es imprescindible diferenciarse, construir una imagen, algo que sea verdaderamente tuyo, diferente de la competencia. Mientras nosotros permanezcamos coherentes con quiénes somos y confiemos en ello, seguiremos siendo una marca potente. Me parece que muchos pierden el rumbo porque no saben realmente quiénes son, nosotros lo tenemos claro y lo aceptamos.
Fue de los primeros en adoptar el modelo see now, buy now o en probar el metaverso. ¿Hacia dónde irá ahora?
Me gustaría seguir desarrollando la marca hacia una firma de estilo de vida global, así que quizá en un futuro cercano empecemos a hacer productos para casa. Miramos mucho a la industria de la belleza y tendremos el lanzamiento de un nuevo perfume.
Beyoncé fue imagen de una de sus fragancias hace 20 años, contó con Gigi Hadid cuando estaba empezando, con Zendaya antes de que se convirtiera en la estrella estratosférica que es hoy… Tiene buen ojo para anticiparse.
Cuando ya son estratosféricos no puedes tocarlos, así que tienes que adelantarte. Ahora hemos fichado a Sofia Richie, en este caso porque conocemos a su familia. Cuando tenía 17 años su padre [el músico Lionel Richie] me llamó y me dijo: “A mi hija le encantaría ser modelo”, así que le dimos su primer trabajo. Quizá aún sea un poco pronto para ella, pero en 2025 será la chica de moda. Con Gigi fue parecido, somos amigos de sus padres. Con Zendaya colaboramos justo antes de que se convirtiera en el icono que es hoy. Con Britney Spears, cuando casi no era famosa. Luego hay otros que ya triunfaban cuando les llamamos, como el piloto Lewis Hamilton o Rafael Nadal. Con Bowie e Iman trabajamos en los noventa, que ya eran famosísimos, dios del rock y diosa de la moda, pero nunca habían posado juntos en una campaña publicitaria.
Mencionaba el Nueva York de sus inicios, en los años setenta, ¿qué echa de menos de aquello?
Solía caminar por estas calles, buscando máquinas de coser, una fábrica en la que producir, tejido vaquero, botones, cremalleras o cualquier oportunidad. Quería saberlo todo del negocio de confección antes de lanzar mi propia marca, así que trabajé para otros, me despidieron, aprendí. Nunca me rendí, pero tuve muchos altibajos en esa época. Eran además los tiempos de Studio 54, así que también me lo pasé bien.
Le gusta rodearse de jóvenes creativos, ¿cómo ve el panorama para los que están empezando?
Lo tienen difícil porque hoy hace falta mucho dinero, para hacer campañas, para el marketing, para comprar inventario, para abrir una tienda… No creo que sea un buen momento para los diseñadores jóvenes.
Usted hizo que todos le conocieran con una provocadora valla publicitaria en Times Square. Hoy eso sería inviable.
No, hoy sería demasiado caro para cualquiera.
¿Qué le mantiene activo?
¡Todo! Si amas la vida, el cielo es el límite. Muchos no están contentos porque no saben qué quieren hacer o quiénes son. Mientras que si estás satisfecho con quién eres en tu vida, te sientes bien y tienes confianza, puedes seguir adelante. Es un regalo estar en una situación que te hace feliz, porque es lo que la mayoría busca en su vida, felicidad.