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Sexo, ‘set’ y partido: los romances más apasionados salidos de las pistas de tenis

Con motivo del estreno de la nueva película de Zendaya, ‘Rivales’, sobre un fogoso trío amoroso entre jugadores de tenis, repasamos los casos en los que la pasión de las grandes figuras del circuito profesional ha superado, y por mucho, a la ficción más ardiente

Carlos Moyá y Flavia Pennetta. La italiana, ganadora del US Open, fue la primera novia conocida del tenista mallorquín hasta que este comenzó a salir con la actriz Carolina Cerezuela, madre de sus tres hijos. Una vez rota su relación, la jugadora se explayó en la televisión transalpina sobre lo vehemente de su romance con Moyá. “Con él era sexo libre, no practicábamos la abstinencia”, reveló, asegurando que reservaban una habitación compartida en los torneos para dar rienda suelta a la pasión y que también mantuvieron relaciones “en los vestuarios y en las gradas”.JONATHAN WOOD / GETTY IMAGES (Getty Images)
Boris Becker. Acuñado como el 'caso del cuarto de las escobas', la imagen pública del ganador de seis Grand Slam jamás volvió a ser la misma tras protagonizar una polémica que llenó durante meses las páginas de la prensa sensacionalista. Corría el año 1999 y mientras su primera esposa, Barbara, embarazada de siete meses, estaba ingresada en el hospital sufriendo contracciones, Becker decidió darse una vuelta por Londres para despejarse. En el célebre restaurante Nobu se encontró con la explosiva modelo rusa Angela Ermakova y, tras una conversación de “cinco minutos”, tuvieron sexo esporádico en el cuarto de las escobas. Ocho meses después, Ermakova comunicaba a Becker que estaba embarazada de una niña. Barbara rompió el matrimonio al conocer el suceso y, pese a que el tenista negó durante meses que fuera el padre de la criatura, acabó reconociéndola como suya. Actualmente Anna, como se llama la joven, es toda una celebridad televisiva en Alemania. En la imagen, Boris y Barbara Becker en 1997.Ullstein bild / Getty Images
Billie Jean King. La legendaria jugadora, una de las más laureadas de la historia y figura pionera en la lucha por los derechos de las mujeres, protagonizó uno de los mayores escándalos en el deporte de principios de los ochenta. La que había sido su asistente personal, 'manager' y confidente en la última década, Marilyn Barnett, la chantajeó amenazándola con hacer público que también habían mantenido una relación amorosa durante varios años pese a que la tenista estaba casada desde 1965 con el abogado Larry King (en la imagen, ambos en 1966). Finalmente, Barnett la demandó exigiendo una pensión mensual y Billie Jean reconoció en una rueda de prensa su romance, alegando que había sido un “error”. La campeona admitió su homosexualidad en 1998 y se ha convertido en todo un icono LGTB+. Charlie Ley / GETTY IMAGES
Nick Kyrgios. El chico malo más famoso del tenis actual persigue la polémica tanto en la tierra batida como fuera de ella. Pese a que actualmente mantiene una relación con la modelo Costeen Hatzi (en la imagen, juntos en 2022), el australiano no tuvo reparos en admitir que solía tener sexo con las fans del tenis “al menos una vez por semana” y que sus favoritas son “las europeas del este”. Tan disoluto como su juego, Kyrgios reconoce que durante un partido contra Roger Federer en la Laver Cup de 2022 quedó tan prendado de una espectadora en las gradas que no pudo volver a concentrarse en el encuentro. “Estaba siendo muy superior a Federer, pero yo solo pensaba en que quería invitarla a tomar una copa”, evocó.Quinn Rooney / Getty Images
Novak Djokovic. El tenista más laureado de todos los tiempos estuvo a punto de ser víctima de un caso de extorsión sexual en el año 2021. La modelo Natalija Scekic reveló en la prensa serbia que le habían ofrecido 60.000 euros por seducir al deportista, grabarlo con una cámara oculta y usar el vídeo sexual como chantaje a cambio de no arruinar su imagen y su matrimonio. Casado con su novia desde el instituto y madre de sus dos hijos, Jelena Ristic (en la imagen, juntos en Roland Garros en 2023), la pareja se ha visto rodeada en varias ocasiones por rumores de crisis a causa de las supuestas infidelidades de Nole. Clive Brunskill / GETTY IMAGES
Steffi Graf y Andre Agassi. Verano, 1992. El melenudo y talentoso estadounidense Andre Agassi lucha por ganar su primer torneo de Wimbledon con una motivación extradeportiva en mente: conocer a Graf, la gran dominadora del tenis femenino. 'A priori' sus personalidades son opuestas: ella, cerebral y discreta; él, apasionado y excéntrico. Sabedor de que la tradición del certamen londinense dice que los vencedores del torneo deben bailar juntos en la gala de celebración, Agassi se va a Harrods en la víspera de su final parar comprarse un esmoquin con el que deslumbrar a la alemana. Pero el baile se cancela aquel año y su romance no fructifica hasta siete años después, en Roland Garros. Hoy, Graf y Agassi conforman uno de los matrimonios más estables y admirados del deporte mundial. En la imagen, la pareja en Roland Garros en 2009.LAURENT ZABULON / GETTY IMAGES
Paula Badosa y Stefanos Tsitsipas. Quizá el suyo sea el romance entre tenistas más mediático y atractivo desde los tiempos de Graf y Agassi y, a tenor de todos los titulares que han generado en el último año, podría incluso superarlo. La española y el griego han sido blanco de las críticas por un supuesto bajón en su rendimiento deportivo a causa de su relación, con un especial ensañamiento machista en el caso de la catalana. Badosa reconoció en EL PAÍS que le dolía escuchar cómo la culpabilizaban: “Puedo llegar a entender que somos personajes públicos y que estamos expuestos, pero al final somos dos niños de 25 años y todo esto es delicado, porque es una relación inocente; nos hemos conocido y ha surgido, y que la gente vaya por ahí diciendo cosas es bastante grave, porque están cargándose la carrera de alguien que lleva toda su vida dedicándose a lo suyo”. En la imagen, los tenistas en Nueva York en 2023.Jean Catuffe / GETTY IMAGES (GC Images)
Roger Federer y Mirka Vavrinec. Pese a que la figura de Mirka en las gradas ha acompañado a los fans del tenis durante las dos décadas de dominación del inolvidable campeón suizo, pocos saben que ella también fue tenista profesional con una corta carrera lastrada por las lesiones. Ambos se conocieron muy jóvenes, compartiendo delegación en los Juegos de Sídney, y el flechazo fue inmediato. Pese a que ninguno consiguió medalla aquel verano, en su última noche en la villa olímpica certificaron el comienzo de su historia de amor dándose su primer beso.Theo Wargo / Getty Images
Francesca Schiavone. La italiana, que tocó la cima en su carrera profesional al alzarse como vencedora de Roland Garros en 2010, ha sido muy abierta a la hora de derribar el mito de que la abstinencia sexual favorece un mejor rendimiento de los deportistas en las previas de sus encuentros. “Para una mujer, el sexo antes de un partido no solo está permitido, es fantástico. Aumenta tu nivel de hormonas y eso te da ventaja en todos los puntos”, ha declarado. Tanto es así que Schiavone fue pillada en una ocasión ligando con alguien del público durante uno de los descansos de sus partidos. En la imagen, la tenista en Roland Garros en 2010.Benjamin Solomon / Getty Images
Pam Shriver y Don Candy. Quien fuera inolvidable pareja de dobles de Martina Navratilova —ganaron más de una veintena de trofeos juntas— decidió contar en 2022 la influencia abusiva y los maltratos que su entrenador de la época ejerció sobre ella. Shriver calificó de “inapropiado y dañino” el romance que mantuvieron cuando la tenista ni siquiera había cumplido la mayoría de edad y Candy tenía 50 años. Desde entonces, la deportista clama poner fin a una problemática “que ha dañado a varias generaciones de mujeres” y trabaja con la WTA para ofrecer protección y consejo a las tenistas jóvenes que quieran denunciar los abusos de sus entrenadores. En la imagen, Shriver y Candy en 1980.Fairfax Media / Getty Images
Chris Evert y Jimmy Connors. Su amor semiadolescente comenzó en 1974 sobre la hierba de Wimbledon (en la imagen, ambos con sus trofeos), cuando se alzaron campeones de sus respectivos cuadros y dejaron las primeras muestras de su dominio futuro. A pesar de que llegaron a estar comprometidos, su 'affair' apenas duró unos meses y no guardaron demasiado cariño entre ellos. Al año siguiente, el propio Connors se presentó junto a otra mujer en mitad del partido de semifinales de Wimbledon que disputaba Evert cuando ni siquiera habían roto su relación oficialmente. “Lo vi en las gradas con otra chica y me quedé desconcertada. Cometí una doble falta y perdí la concentración”, reconoció la tenista, que acabó perdiendo el encuentro. En la imagen, la pareja en Wimbledon en 1974.Bettmann Archive / GETTY IMAGES
Flavia Pennetta y Fabio Fognini. A pesar de que la ruptura con Carlos Moyá supuso un duro varapalo para la tenista —“lo dejé todo a un lado por él, era mi pasión y le di todo”—, la italiana volvió a encontrar el amor en las pistas junto a su compatriota Fabio Fognini. Hoy están felizmente casados y tienen tres hijos en común. Sin embargo, el deportista de San Remo asegura que no quiere que sus retoños sigan los pasos de sus padres en el circuito: “Es una vida muy dura”. En la imagen, juntos en 2016 en Roma.Dennis Grombkowski / GETTY IMAGES
Alex de Miñaur y Katie Boulter. “Lo bueno es que nos entendemos el uno al otro. El tenis es una vida muy estresante y siempre es genial tener una pareja con la que contar y que pueda ayudarte aquí y allí”, manifestó el jugador australiano, actual número 11 del mundo en el 'ranking' ATP, y novio de la tenista británica (también en el top 30) durante los últimos cuatro años. Su química como pareja la han trasladado también dentro de las pistas, ya que han llegado a jugar juntos el dobles mixto en Wimbledon sin demasiado éxito. Eso sí, su fama sigue creciendo y el tabloide 'The Sun' ya los describe como “los nuevos Beckham”.Mike Hewitt / Getty Images
Gael Monfils y Elina Svitolina. Otra de las parejas más consolidadas y célebres del circuito es la formada por el francés y la ucrania, que comenzaron a salir en 2019. Se casaron dos años después y en 2022 tuvieron a su primera hija, llamada Skai. En palabras del propio Monfils, la dificultad de conciliar su carrera profesional con la paternidad, unida a la juventud de su esposa —ocho años menor que él— le ha hecho plantearse una retirada a corto plazo: “Es muy duro estar tan lejos de mi hija. Es un sacrificio que no quiero hacer. Estar siete semanas sin verla es demasiado difícil”.Sarah Stier / Getty Images