“Tus ojos te hacen juego con el jersey”: Amelia Dimoldenberg, la reportera que ha hecho del flirteo el arma de su periodismo pop
La presentadora del programa de entrevistas de YouTube ‘Chicken Shop Date’ será la embajadora de redes sociales y corresponsal de la alfombra roja de los premios Oscar. Descubre por qué Hollywood la adora
Cuando el movimiento Ask her more hizo que los reporteros tuvieran que cambiar las clásicas preguntas centradas en moda a pie de alfombra roja por otro tipo de temáticas, muchos se preguntaron cuáles eran entonces las nuevas normas de esas minientrevistas a la entrada de los eventos. Mientras que figuras como la icónica Joan Rivers hicieron de la ironía más despiadada la máxima a la hora de interrogar a las celebridades (...
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Cuando el movimiento Ask her more hizo que los reporteros tuvieran que cambiar las clásicas preguntas centradas en moda a pie de alfombra roja por otro tipo de temáticas, muchos se preguntaron cuáles eran entonces las nuevas normas de esas minientrevistas a la entrada de los eventos. Mientras que figuras como la icónica Joan Rivers hicieron de la ironía más despiadada la máxima a la hora de interrogar a las celebridades (Mariah Carey recuerda cómo la cómica, al hacer alusión a su peso en una entrevista previa a los Oscar, se vio obligada a actuar en la ceremonia con nuevos miedos como compañeros de actuación), asistimos al regreso del sentido del humor. En España ha sido Susi Caramelo la responsable de que las risas acompañen a las preguntas a las que los famosos han de atender en galas y estrenos, y en el mundo angloparlante el poder de las carcajadas se ha instalado en las presentaciones de la mano de un icono del universo digital: la británica Amelia Dimoldenberg.
Tonteo, frituras, incomodidad y risas: la receta Dimoldenberg
Hace 10 años, la londinense creó Chicken Shop Date, un show de YouTube que podría ser definido como una suerte de First Dates, en el que la presentadora queda con celebridades de la talla de Jennifer Lawrence, Rosalía o los Jonas Brothers para probar pollo frito en diferentes enclaves de Londres mientras los entrevista. Cansada de comprobar que las preguntas que muchos medios hacen a los famosos son prácticamente idénticas, decidió entrevistar a las celebridades como si se encontraran en una cita. ¿El porqué de las cunas del fried chicken como enclave de los encuentros? Alguien le recomendó que eligiera un lugar en el que jamás tendría una cita, y pensó que un restaurante de pollo frito sería el sitio idóneo. El resto es historia, frituras y mucho humor. La gente adora observar cómo las celebridades se enfrentan a su bizarra actitud, pues ver a figuras acostumbradas a desenvolverse en entrevistas carentes de aristas responder a sus insólitas preguntas, enfrentarse a su descarado flirteo y mantener el tipo ante los silencios incómodos, una de las mayores pesadillas ante las cámaras, resulta tan inquietante como atrayente. Figuras como Chelsea Handler, Ziwe e incluso David Broncano han hecho que las entrevistas dejen de ser un paseo por las nubes para las celebs al hacer de los zascas parte del espectáculo, y Dimoldenberg ha logrado conseguir una voz propia que ha cautivado por igual a las celebridades y a los fans de su formato, que demuestran con su apoyo que el postureo y el buenrollismo dejan ahora paso a una nueva forma de entrevistar.
“Chicken Shop Date es el nombre de mi canal de YouTube, que creé durante mi primer año estudiando periodismo de moda en Central Saint Martins. Mi tutor lo detestaba. Tuve mi primera cita en un restaurante de pollo frito a los 17 años. El programa comenzó en 2011 como una columna en una revista juvenil improvisada llamada The Cut. Entonces, le pedía a un amigo que hiciera fotos mientras yo entrevistaba a diferentes artistas londinenses, y tres años después, di el salto al vídeo. Elegí YouTube como plataforma porque me gustó que no hubiera que pagar ni suscribirse para ver el contenido. Durante los siguientes años, el programa se fue haciendo más popular”, escribía Dimoldenberg en The Guardian.
Tan popular es su programa que Dimoldenberg ya es también una habitual como reportera en la alfombra roja de los eventos más exclusivos, donde ha hecho que el sentido del humor sea tan habitual como las grandes marcas. Sus dos entrevistas con Andrew Garfield se hicieron virales al ser la complicidad entre ambos tan palpable y llamativa que las redes sociales se encargaron de analizar cada fotograma mientras el resto del mundo se preguntaba si el tonteo es parte de una performance o si realmente sus entrevistas son la romcom que necesitamos. ¿Estamos de verdad viendo a personajes famosos ligar? ¿Es el canal de Dimoldenberg una ventana desde la que ver a celebridades en una cita, sin filtros ni guiones de por medio? En los premios GQ (2022) fue el propio Garfield quien se acercó a ella para mostrarle su admiración (”¿Sabes quién soy?”, le pregunto sorprendida antes de decirle que lleva tiempo intentando tener una cita con él), y en los Globos de Oro, el flirteo continuó hasta el punto de terminar hablando sobre la compatibilidad de sus signos zodiacales.
El arte de construir un camino propio
Como era de esperar, las marcas ya se han fijado en ella (ha sido embajadora de Coach y de Olay) y su show de YouTube ha sido tanteado por diversos canales televisivos, pero la británica ha preferido crear su propia productora, Dimz Inc, para asegurarse así de tener el absoluto control del contenido. Channel 4 no se mostró interesado en el programa, BBC Three quiso hacerse con los derechos del mismo y un tercer canal que no ha querido aclarar le ofreció 500 libras por los derechos. Rechazó ambas propuestas y no dejó que el “no” de Channel 4 le afectara. “En Dimz Inc. somos alérgicos a los contenidos genéricos. Hacemos contenido audiovisual original que subvierte la narrativa habitual y se adentra en diferentes temáticas desde un prisma diferente. Obsesionados con la cultura pop, tenemos en mente, ante todo, a nuestra audiencia para crear lo que busca explorando todas facetas de la vida dentro de nuestro catálogo”, reza la web de la productora, donde podemos ver todos sus trabajos, desde sus icónicas entrevistas de alfombra roja hasta su programa de cocina, Amelia’s Cooking Show. Además de contar con su productora, ya tiene incluso una agencia de representación en Estados Unidos.
La periodista confiesa que se encuentra en pleno WIP (Work In Progress) para conseguir mantenerse fiel a su personaje durante las entrevistas, pues en ocasiones no le es fácil mantener su pose de personaje borde y descarado cuando en el fondo, quiere caerle bien al entrevistado, un problema habitual entre los periodistas y que ella está solucionando ante la atenta mirada de los más de dos millones de suscriptores que tiene su canal.
Está escribiendo algunos guiones con los que está aprendiendo las mieles de la narrativa al tiempo que confiesa haber hecho alguna self tape (una autograbación de casting a distancia con la que los directores de casting hacen una primera selección) para interpretar diferentes papeles cómicos. Pero hasta que estos nuevos posibles caminos de su carrera se materialicen, su siguiente gran momento está bien cerca: Amelia Dimoldenberg será la embajadora de redes sociales y corresponsal de la alfombra roja de los premios Oscar. Como explica la propia revista digital de Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, A.frame, este puesto ha sido creado para “quien tenga unos vínculos fuertes con la industria del entretenimiento y las redes sociales”, un rol para el que sin duda la británica es perfecta. “Es un sueño hecho realidad. Estoy muy emocionada de poder hacer algo original y poner mi propio sello en los Oscar, crear momentos realmente increíbles y ofrecer entrevistas alucinantes: ¡se acerca una forma innovadora de hacer periodismo sobre la cultura pop! O eso espero, al menos… Estoy intentando no ponerme demasiada presión encima, pero quiero hacer un trabajo realmente bueno”, explica al medio.
La reina del DIY laboral está creando su propia trayectoria tras haber dado forma tanto al canal como al contenido con los que construir una carrera enfocada a cumplir sus sueños, transformar los formatos de entrevistas y por qué no, ligar con las celebridades más deseadas de Hollywood. Todo, sin perder su propia voz y alejándose de la figura de la reportera dicharachera y complaciente de antaño que en la actualidad, ha sido relegada por la ironía y la irreverencia.