El caso de la jugadora de bádminton que gana ocho millones más que Carolina Marín (pese a ser peor)
Cuando la tricampeona mundial de bádminton ha anunciado que vuelve a la Liga Española, donde no cobrará, su homóloga india Pusarla Sindhu (segunda del mundo) sorprende posicionándose en el top 10 de deportistas mejor pagadas.
Carolina Marín es el nombre propio indiscutible del bádminton en España. Su oro olímpico en Río 2016, sus cuatro trofeos a nivel europeo y los tres a nivel mundial, han traído esta práctica a la conversación y la han coronado como uno de los iconos del deporte femenino en el país. A principios de este mismo mes hacía historia con su tercer título del mundo, disputado en Nankín (China) con la jugadora india Pusarla Sindhu. Y Forbes la incluía en su lista de 2018 de los ‘...
Carolina Marín es el nombre propio indiscutible del bádminton en España. Su oro olímpico en Río 2016, sus cuatro trofeos a nivel europeo y los tres a nivel mundial, han traído esta práctica a la conversación y la han coronado como uno de los iconos del deporte femenino en el país. A principios de este mismo mes hacía historia con su tercer título del mundo, disputado en Nankín (China) con la jugadora india Pusarla Sindhu. Y Forbes la incluía en su lista de 2018 de los ‘30 menores de 30‘ a los que no perder de vista en el ámbito del entretenimiento. Apenas tres semanas después, y para sorpresa general, Marín ha anunciado su vuelta a España sumándose de nuevo a Liga Nacional con su fichaje (a cero euros) por el club ibicenco Pitiús, que no cobra las entradas a sus partidos ni cuenta con patrocinios.
“Es como si Cristiano fichara por el Recreativo de Huelva”, decía bromeando Paco Ojeda, entrenador del antiguo equipo de Carolina en el que estuvo hasta los 14 (IES La Orden de Huelva) a El País. Aunque como explica Jaime Gómez de la Federación Española de Bádminton a S Moda, “no es exactamente comparable porque la competición a nivel europeo o mundial de bádminton no se da por equipos, sino de manera individual o en parejas”, el hecho de que Marín no vaya a recibir remuneración por ello sigue siendo sorprendente. Sobre todo si se tiene en cuenta que este titular convive durante los mismos días con otros que recogen que su más reciente rival, Sindhu, a quien también arrebataba el título en los pasados Juegos Olímpicos, tiene unas ganancias que multiplican por 17 las de Carolina.
La onubense, en datos de BWF World Tour, ha ganado en premios 459,454 dólares y, ella misma en el programa de Movistar+ La Resistencia, lo confirmaba respondiendo a la pregunta que David Broncano hace a todo sus invitados (“¿Cuánto dinero tienes en el banco?”) señalando la cantidad de 480.000 euros. Según el mismo ranking, Sindhu no la superaría con sus 449,208 dólares y a la cabeza de la lista y de ganancias en premios de esta modalidad estaría en realidad la jugadora china Tai Tzu-ying con 984,605 dólares. ¿Cómo se explica entonces que la deportista india aparezca séptima en la lista de de las 10 deportistas con más ingresos del mundo, con una cifra de 8,5 millones de dólares, superando incluso a la campeona mundial de tenis Simona Halep?
La respuesta está en los patrocinios. Como apunta la propia publicación, solo 500.000 dólares se corresponden a lo obtenido por Pusarla Sindhu por el juego en sí, los otros ocho millones de dólares provienen en exclusiva del sponsor de marcas como Bridgestone, Gatorade, Nokia, Panasonic o Reckitt Benckiser. Una diferencia entre ingresos y patrocinio que, precisamente por la abismal brecha salarial de género del deporte (solo el 0,4% del dinero en patrocinios es para deportistas femeninas) es más excepcional. Un ejemplo más cercano al patrón que se repite con las demás jugadoras de la lista sería el de Garbiñe Muguruza, en cuarta posición, cuyos ingresos por premios y patrocinios están más igualados: 5,5 millones de dólares en cada caso. “En India el patrocinio privado es muy importante y Sindhu ha sabido aprovechar muy bien su posición como segunda del mundo. También es un país con mucha más tradición en este deporte que el nuestro. Aunque Carolina tiene sus patrocinadores, no llega a ese impacto de India porque la realidad de cómo se vinculan los patrocinadores privados con los deportistas aquí y allí es muy distinta”, apunta Jaime Gómez.
En España, como apunta Gómez, “es difícil hacerse multimillonario con este deporte. Tienes que estar en el top 50 mundial y, si lo consigues, no será para tanto porque las marcas invierten menos”. Con respecto a los torneos es diferente, “ahora, a partir del 28 de agosto, va a tener lugar el Barcelona Spain Masters, uno de los más los más importante del mundo, que reparte 200.000 dólares en premios. Si eres uno de los mejores jugadores del mundo sí puedes hacer una importante bolsa, no para hacerte rico, pero sí para vivir bien. Un término medio en cantidad frente a otros deportes, aunque sigue sin ser comparable al tenis”. Véanse los 53 millones de dólares en total que se repartirán en el US Open desde el 27 de agosto, con un primer premio equitativo para jugadores individuales de 3,8 millones de dólares, que bate el récord histórico de cantidad en un premio femenino de este deporte.
El caso de Carolina Marín y Pusarla Sindhu presenta las dos cara de una misma realidad. Si ya la española lleva años apuntando en sus declaraciones que en China o Indonesia goza de fama absoluta al nivel de una celebridad, aquí parece que el mérito aún se queda en el reconocimiento en portadas de medios y en su labor dando visibilidad a un deporte que, hasta que apareció, resultaba ajeno a la mayoría. Ella misma lo subrayaba en 2016, después de Río, en una entrevista con Público: “Tras ganar tantos títulos me esperaba un cambio brutal en cuanto a los patrocinadores”. Aunque sus compromisos comerciales con algunas marcas sí son latentes, si ese cambio diferencial que la sitúe también entre las mejor pagadas llegará o no mientras entrena en Ibiza y tras haberse convertido por tercera vez en campeona mundial, es aún una incógnita.