¿Sufres hipocondría digital? Puede afectar a la salud mental
Googlear en busca de las causas de ese mal que se aqueja nunca es buena idea, pero a veces puede conllevar un problema de cibercondría que afecta (de verdad) a nuestro estado mental.
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Un dolor de cabeza, una consulta en Google sobre los síntomas y, en menos de cinco minutos, la conclusión a modo de autodignóstico de que se tiene un tumor cerebral. Así podría resumirse el proceso que sigue un cibercondríaco. El trastorno no existe como tal reflejado por los manuales de psiquiatría, pero la existencia del término es oficial, lo recogen los diccionarios y no resulta difícil comprender a qué hace referencia: hipocondría en la era digital.
El fácil acceso a cualquier tipo de información ha propiciado que hipocondríacos y demás personas con alcance a la red acudan a los buscadores para saber más sobre ese mal que aquejan. Los datos dicen que, a la hora de buscar diagnóstico a las dolencias que se padecen, Google es la segunda fuente de referencia por detrás de los médicos (en un 43%, según datos de toda Europa arrojados por Ipsos) y la mitad de los españoles (49%) reconoce haber acudido al buscador para informarse sobre salud, aseguraba en 2017 Eurostat. ¿Cuándo se convierte esta conducta en un problema de verdad y qué riesgos conlleva practicarla?
“El chequeo en internet es una de las soluciones propias de esta época que buscan las personas hipocondríacas”, cuenta a S Moda Francesca Román, directora de Centrum Psicólogos. “Antes de contar con esta herramienta, usaban otras vías para hacer estas consultas, como revistas de salud, enciclopedias o, los que superaban el miedo a acudir al médico por si este confirmaba su supuesta enfermedad, recorrían la distancia que hiciera falta para ir a las consultar en busca de una reafirmación”. Ese temor y la creencia de que la vida está en peligro ante cualquier síntoma físico se multiplican por culpa de internet. “Ante tal cantidad de entradas y datos dispares que se alcanzan inmediatamente, la persona que padece hipocondría sesga la información y presta especial atención a la información que parece confirmar lo que le interesa. El cuadro de ansiedad anticipatoria bajo la idea de ‘dios mío, me muero’, llega mucho antes con internet, por lo que se genera más miedo y más ansiedad que aumentan en un periodo muy corto de tiempo”, explica Román, que reconoce recibir muchas consultas sobre esta patología en las que los propios pacientes excusan que no deberían haber buscado en la red.
A sabiendas de que no es lo recomendable, se hace. Pero el problema es serio cuando la búsquedas se dan de manera compulsiva. “El criterio para detectar la hipocondría, en este caso aplicada al plano digital, es cuando esta búsqueda es continua y el cuadro ansioso que conlleva interrumpe la normalidad de la actividad diaria y las actividades laborales, académicas o de ocio se ven significativamente afectadas por esta conducta”, señala la psicóloga Román. Si en mitad de la jornada laboral ando consultando páginas médicas, si no puedo dormir porque tengo pensamientos obsesivos con eso que me pasa o si estoy viendo una serie con mi pareja y no puedo evitar parar para chequear con doctor Google mis síntomas.
“Cuando los pacientes que lo padecen acuden a consulta médica vienen más alarmados de lo habitual, dando explicaciones y respuestas a sus propias preguntas y buscando casi más una corroboración que una consulta real”, explica el doctor José Francisco Vargas González, médico de familia del Hospital Vithas la Salud, Granada. La recomendación médica ante esto es que, si se busca en internet, se trate de mantener este pensamiento: “Que tenga presente que la salud es más compleja de que aparece en la mayoría de páginas y que recuerde que la recomendación es siempre consultar con un profesional con experiencia. Debe dejarse aconsejar y ponerse en manos de los profesionales, que son quienes realmente saben y conocen, que escuchen”, apunta el doctor Vargas. Y para esos mismos profesionales, otra recomendación: “Generar al paciente la confianza necesaria”.
“Si es muy grave y recurrente, siempre aconsejo que acudan a un profesional”, dice Francesca Román. Que para combatirlo de raíz recomienda hacer un trabajo psicoterapéutico para “además de tratar los síntomas presentes, buscar el origen de donde vino y repararlo tanto como se pueda. Generalmente se gesta en algo que ocurrió de pequeños, alguna enfermedad propia o cercana. O porque se haya criado con padres o personas hipocondríacas, ansiosas y que hayan generado miedos e inseguridades en ellos”.
Un último apunte del médico a tener en cuenta: “Internet no es el peligro en sí mientras se sigan las indicaciones del profesional sanitario, que maneja la información completa. Puede resultar peligroso si se utiliza para diagnosticar y automedicarse”, concluye Vargas González.