La pesadilla de las pastillas para dormir

Hacen falta diagnósticos precisos y más higiene del sueño, señalan los expertos en el Día Mundial del Sueño.

¿Conllevan los fármacos para dormir tantos riesgos como los cigarrillos? Esto es lo que dijo hace unos días el director de una provocativa investigación que indica que quienes consumen estos medicamentos, incluso en pequeñas cantidades, tienen un riesgo casi cinco veces mayor de muerte y un 35 por ciento más de probabilidades de desarrollar un cáncer.

El estudio, que se publicó en el en el British Medical...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

¿Conllevan los fármacos para dormir tantos riesgos como los cigarrillos? Esto es lo que dijo hace unos días el director de una provocativa investigación que indica que quienes consumen estos medicamentos, incluso en pequeñas cantidades, tienen un riesgo casi cinco veces mayor de muerte y un 35 por ciento más de probabilidades de desarrollar un cáncer.

El estudio, que se publicó en el en el British Medical Journal, sigue la estela de otros anteriores que habían relacionado estas pastillas con mayor riesgo de mortalidad, al margen de otros efectos secundarios. Todos ellos dan en la línea de flotación de una sociedad donde el insomnio y el consumo de hipnóticos se ha disparado.

Los medicamentos que menciona la investigación publicada en la revista científica son los mismos que se utilizan en España, de forma que los resultados serían extrapolables, indica Diego García-Borreguero, presidente de la Sociedad Española del Sueño. A pesar de ello, García-Borreguero es cauteloso.

El estudio en cuestión presenta lagunas como el posible sesgo de la población investigada y el hecho de que no es posible determinar la causalidad de esta asociación. “Es un asunto que requiere atención. Hemos tendido a pensar que estos medicamentos eran relativamente inocuos, y este estudio pone las bases suficientes para que se hagan investigaciones más profundas”, señala.

Lo que queda claro es que el consumo de hipnóticos es una cosa seria y, sobre todo, que en gran medida podría evitarse: “El consumo disminuiría con diagnósticos más precisos”, señala Juan Pareja Grande, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quirón, en Madrid. Ejemplos de uso indebido de pastillas para dormir son personas que padecen el “síndrome de las piernas inquietas” –prevalente en un 6 por ciento de la sociedad- o con falta de lo que este especialista califica de “higiene del sueño” (ver el cuadro de más abajo).

García-Borreguero está de acuerdo. En su opinión, los médicos de atención primaria no tienen suficiente formación sobre trastornos del sueño. “En realidad, no tienen ninguna (formación), pero sí una presión asistencial grande”, señala. Sin formación y sin tiempo, la forma de resolver el problema de la falta de sueño de sus pacientes suele ser extender una receta, sin más.

¿Qué hacer? Por lo pronto, incrementar la higiene del sueño. Una asignatura pendiente en un país donde se tiende a tomar alcohol –lo que fragmenta el sueño–, acostarse a horas diferentes cada día o usar la cama para actividades que nada tienen que ver con el sueño. “Estos hábitos debilitan el marcapasos crono-biológico”, dice Pareja.

Nos acostamos tarde (sólo hay que ver los horarios de los programas prime time de la televisión) y nos levantamos prácticamente a la misma hora que los vecinos europeos. El resultado es un déficit de sueño a lo largo de la semana que antes se compensaba con la siesta y ahora intenta suplirse durmiendo más el fin de semana. Error.

Aunque se produce una cierta recuperación, no es una conducta adecuada. “Uno no se queda sin comer tres días y se atiborra al cuarto”, indica Pareja. Algo parecido sucede con la dinámica del sueño. Uno ha de dormir lo que necesite.

La crisis, como cabe esperar, ha empeorado las cosas. Pareja observa un incremento en el número de pacientes insomnes, por un lado, y también un cambio en el tipo de personas que acuden a su consulta. Cada vez más profesionales y empresarios reconocen que las circunstancias actuales dificultan su descanso nocturno.

¿Significa esto que hay que tirar las pastillas a la basura? “Hay pacientes con insomnio para los que la medicación está justificada porque son resistentes a cualquier otro tipo de tratamientos. La alternativa sería no tratarlos”, indica García-Borreguero.

El especialista indica que el Día Mundial del Sueño busca sensibilizar a la población sobre la importancia de dormir bien para la salud a largo plazo. Los riesgos de no dormir no son moco de pavo. A corto plazo, más cansancio y alteraciones de la concentración y memoria, por ejemplo. A largo plazo, la falta de sueño aumenta el riesgo de padecer diabetes y enfermedades cardiovasculares, entre otras cosas. Si se prefiere la versión literaria, Scott Fitzgerald lo resumía así: “No hay nada peor en este mundo que tratar de dormir y no conseguirlo”.

Los diez mandamientos para una buena higiene del sueño según World Sleep Day

1. Establece una hora fija para acostarte y levantarte

2. Si te echas la siesta, que no supere los 45 minutos.

3. Evita la ingesta excesiva de alcohol cuatro horas antes de irte a la cama, y no fumes.

4. Evita la cafeína seis horas antes de acostarte. Esto incluye café, té, muchos refrescos y también chocolate.

5. Evita comidas pesadas, picantes o dulces cuatro horas antes de acostarte. Un aperitivo ligero antes de irte a la cama es aceptable.

6. Haz ejercicio regularmente, pero no justo antes de irte a la cama.

7. Usa sábanas y mantas cómodas.

8. Encuentra una temperatura apropiada y mantén la habitación bien ventilada.

9. Bloquea el ruido molesto y tanta luz como sea posible.

10. Reserva la cama para el sueño y actividades sexuales, y evita usarlo para trabajo o actividades recreativas.

Natalia Martín Cantero es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es

Archivado En