Síndrome premenstrual y presión estética: por qué es tan común sentirse mal con el propio cuerpo antes de la regla

Hablamos con expertas sobre los motivos por los que la autopercepción y el estado de ánimo cambian drásticamente durante los días previos a la menstruación

Para muchas mujeres el síndrome premestrual es sinónimo de baile de hormonas y de cambios en el estado de ánimo.Maria Korneeva (Getty Images)

Cuando quedan pocos días para volver a tener la regla; los cambios de humor hacen todo más complicado, la fatiga y el cansancio están presentes y, probablemente, se pierde seguridad en una misma porque muchas mujeres no se encuentran cómodas en su propio cuerpo. Esta sensación de querer envolverse en un edredón gigante y no ser vista por nadie puede ser una consecuencia del llamado síndrome premenstrual o SPM: “Engloba el conjunto de síntomas físicos y psicológicos que ocurren hacia el final de la fase lútea del ciclo, es decir, generalmente en los días previos al inicio de la menstruación. Se estima que entre el 50% y el 80% de las personas con la regla presentan algún síntoma relacionado con el SPM”, afirma la ginecóloga y obstetra Lorena Serrano.

A esto se le añade la presión estética a la que están sometidas las mujeres, que en muchas ocasiones se sienten obligadas a encajar en unos estándares de belleza prácticamente imposibles. Según un estudio realizado por Dove, El verdadero estado de la belleza: un informe global, casi 2 de cada 5 de las mujeres encuestadas renunciarían a un año o más de sus vidas si pudieran alcanzar su ideal apariencia o tamaño de cuerpo. No es de extrañar, por tanto, que existan trastornos de la conducta alimentaria y otros como la dismorfia corporal que, según Laura Jorge, (@ljnutricion), dietista y nutricionista especializada en salud hormonal de la mujer y fundadora del centro de nutrición y psicología Laura Jorge, es una enfermedad mental que afecta a casi un 3% de la población y que no permite dejar de pensar en supuestos defectos de la apariencia a los que el resto no da importancia o ni siquiera percibe. Este conflicto con la propia imagen puede agravarse en los días previos a la regla, ya que el estado emocional también puede intervenir en la forma que se tiene de percibirse a una misma: “Debido a los cambios hormonales se pueden sufrir cambios en el estado de ánimo, algo que, junto con los cambios físicos que sentimos estos días, puede hacer que se experimente una especie de dismorfia corporal”, explica.

El silencio, una cuestión recurrente

“Trenzas… o bien tiene la regla o bien ha pasado algo gordo. Siempre hace algo diferente cuando tiene el período, tiene muy mal síndrome premenstrual. Mamá lo llamaba su crisis mensual de confianza”, dice Fleabag al ver a su hermana, que suele llevar su melena suelta y sin ningún adorno, peinada con un par de trenzas de raíz. Esta serie creada por Phoebe Waller-Bridge, que lleva el mismo nombre que la protagonista, ha ganado cuatro premios Emmy. Lo que más suele resaltarse sobre ella es el tratamiento real y natural de temas menos expuestos, como el deseo sexual femenino o la menstruación. Esto permite que muchas personas se sientan acompañadas y comprendidas en relación a asuntos que no suelen comentarse tan abiertamente.

Efectivamente, como muchas otras de las problemáticas y vicisitudes que tienen que ver con problemas generalmente femeninos, el síndrome premenstrual está poco visibilizado tanto en la vida cotidiana como a nivel clínico y divulgativo. “A pesar de que, afortunadamente, existe un mayor interés por la salud menstrual, todavía a día de hoy existe estigma asociado al SPM que dificulta su divulgación adecuada. Muchas personas no están completamente informadas sobre sus síntomas ni sobre cómo manejarlos”, comenta Lorena Serrano, que enumera algunos de ellos: hinchazón abdominal, sensibilidad y tensión mamarias, fatiga, dolores de cabeza, cambios en el apetito y problemas gastrointestinales. En cuanto a los síntomas psicológicos, destaca la depresión o el ánimo más decaído, cambios de humor más frecuentes y dificultad para concentrarse.

Cómo paliar los síntomas

Ofreciendo más información acerca de las transformaciones físicas y psicológicas que se atraviesan durante el ciclo se reduciría en cierta medida la sensación de insatisfacción. Igualmente, en un plano práctico, existen ciertas pautas que pueden ayudar a sentirse mejor: “Lo ideal es llevar una alimentación equilibrada, rica en vitaminas, minerales, antioxidantes y adaptada a nuestras necesidades. También es importante amoldar la actividad física a nuestro nivel de energía en ese momento y practicar actividades que aporten paz y relajación, como puede ser leer, pintar o escuchar música”, aconseja Laura Jorge.

“Creo que si desde pequeñas nos explicaran el baile de hormonas que sufrimos cada mes y las consecuencias emocionales que tiene podríamos entender por qué hay días en los que queremos comernos el mundo y otros en los que no tenemos ganas de nada”.

Además de esto, desde un punto de vista más emocional, Lorena Serrano propone practicar un ejercicio de autoconocimiento y de autocompasión. Para ello, es esencial entender el ciclo y los posibles síntomas del síndrome premenstrual: “Cuando nos notamos más ansiosas de lo normal el simple hecho de entender que estamos en los días antes de la regla y que en cierta medida a todas nos puede ocurrir puede ser tranquilizador en los casos leves”, comenta. Sin embargo, advierte, también es importante pedir ayuda si estas sensaciones son desbordantes e impiden hacer vida normal e interfieren en el plano laboral, relacional o de la autopercepción.

Al igual que la hermana de Fleabag, que tenía la necesidad de reinventarse cuando iba a venirle la regla porque se sentía insegura consigo misma, muchas otras personas sufren esa pequeña crisis de confianza que, en realidad, tiene nombre y apellidos y podría reducirse con más divulgación al respecto y menor presión estética: “Creo que si desde pequeñas nos explicaran el baile de hormonas que sufrimos cada mes y las consecuencias emocionales que tiene podríamos entender por qué hay días en los que queremos comernos el mundo y otros en los que no tenemos ganas de nada”, reflexiona Laura Jorge.

Tal vez así, aunque las consecuencias derivadas del síndrome premenstrual persistan —y también la pequeña dismorfia corporal que puede conllevar— el proceso se comprende y se consigue quitarle hierro: el pelo graso, la cara triste, la hinchazón abdominal, la retención de líquidos, las ojeras, la piel seca y todo aquello que culturalmente se presenta como algo menos atractivo y que en realidad también forma parte del cuerpo de las mujeres y es parte de un ciclo natural.

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