Lavar mucho el pelo o no enjuagarlo antes de entrar al agua: los mayores errores que cometes con tu pelo en verano
La técnica de cepillado, el uso de herramientas térmicas y la rutina de lavado marcan la diferencia en los cuidados de la melena cuando el calor aprieta. Expertos nos dan las claves para estrenar otoño con la cabellera intacta
En un mundo perfecto, al salir del agua del mar o la piscina, el cabello quedaría brillante, suave y sedoso. Pero la cruda realidad es que queda apelmazado, reseco, con las puntas abiertas y el tono desgastado. Los repetidos baños de sol agreden el cabello y cada septiembre toca sanear. Los ataques a los que se enfrenta vienen por tantos frentes que es difícil controlarlos. El calor, el sol, la arena, el cloro, el sudor, la sal y el viento son enemigos con los que tenemos que lidiar. “En verano el pelo se deteriora un 80% más que en invierno. El calor debilita sus proteínas y hace que pierda su fuerza y elasticidad; los rayos UV dañan la cutícula, la capa externa que lo protege, y lo dejan seco, quebradizo, con las puntas abiertas y a tope de frizz. El sol decolora el cabello y la arena actúa como un abrasivo que, al mezclarse con el sebo y el sudor, origina fricción y lo deja áspero y difícil de manejar. La sal del agua, además de absorber la humedad natural, se acumula en el cabello y provoca sensación de rigidez y opacidad. Las piscinas no son mejores porque el cloro es muy oxidante y causa daños significativos: elimina los aceites naturales y provoca virajes de color, sobre todo en los rubios que adquieren tonos verdosos. Por último, las fuertes rachas de viento, tan comunes en la playa, levantan la cutícula, aumentan la fricción y producen enredos y roturas. El proceso de desenredado, además, suele causar más daño y rotura”, explica Teresa Climent, licenciada en Farmacia y Technical Manager de Nuggela & Sulé. Con tantos frentes abiertos, ¿queda algún margen de maniobra para salvar nuestro pelo? Sí, aunque asociamos la mayoría de los cuidados a tratamientos en peluquería, hay muchos matices que marcan la diferencia: desde el corte, la nutrición y la frecuencia de lavado, hasta la forma del cepillado o cómo dormimos. Expertos peluqueros enumeran los errores más frecuentes.
Dejar el corte para septiembre
Las melenas largas sufren más las agresiones en plena ola de calor. “Si antes de vacaciones ya notas el pelo seco, lo ideal es sanearlo un poquito para evitar que esté más dañado a la vuelta. Con cortar las puntas uno o dos centímetros es suficiente. Otra opción para las más atrevidas es hacer un cambio de look veraniego y elegir un corte fresco, más corto de lo habitual, cómodo y de fácil mantenimiento”, dice Joao Soares, del equipo de estilistas de Maison Eduardo Sánchez. Los expertos coinciden en que un corte a tiempo evita que los daños se extiendan a toda la melena, facilita el peinado, permite que los protectores solares penetren mejor y estimula el crecimiento. María Roberts, CEO de Studio25 recalca “más allá del largo, lo que prima es la salud y el brillo del cabello. Si queremos conseguir un largo XXL, lo que tenemos que hacer es cortar las puntas de forma regular cada dos o tres meses como máximo, dar forma a la parte frontal y crear volúmenes que armonicen el rostro. Si hablamos de un corte midi o bob, el mantenimiento de las puntas es aún más frecuente para mantener la forma”.
Si no tienes flequillo, no lo hagas ahora
Hacerse un flequillo por primera vez durante los meses de verano no es lo más recomendable. Con tanta playa, piscina, salitre, calor y sudor se ensucia rápido y tiende a descontrolarse. “La humedad potencia el rizo y el encrespado y llevar el flequillo bien peinado en esas condiciones es misión imposible. Las que ya tienen flequillo son conscientes de que en verano su mantenimiento se multiplica. Lo ideal es lavarlo todos los días, aunque solo sea esa parte, y secarlo bien. Los cabellos lisos u ondulados, hay que secarlos en la dirección natural de su caída. El truco es controlar bien el aire y el calor del secador para que no se infle y pierda naturalidad. Si es rizado, lo mejor es aplicar un producto de styling y dejarlo secar al aire, o secarlo con difusor sin recurrir a peines que rompen el rizo”, aconseja Joao Soares. Mª José Llata, presidenta de Intercoiffure España y directora de Peluquería Llata Carrera apostilla “si quieres flequillo, lo ideal es optar por un estilo largo que puedas retirar del rostro y no exija mucho trabajo para que quede bien. Tener el flequillo más largo en verano es un poco más fácil para las personas que tienen un poco de textura. Además, cuando el calor y la humedad aumentan, el flequillo tiende a encoger y conviene no cortarlo mucho”.
Aclarar el pelo antes de vacaciones
La idea de lucir una melena surfera con mechones estratégicamente soleados es tentadora, pero los expertos desaconsejan aclarar en vacaciones. “Al contrario de lo que se pueda pensar, si ya se es rubia lo recomendable es apostar por un rubio más oscuro porque la exposición solar, el cloro y el salitre son aclarantes. Recomiendo evitar los rubios dorados y miel que son los que más viran hacia tonos indeseados. Los rubios beige y platino sobreviven mejor. Si aún así se quiere aclarar el cabello, lo más suave y respetuoso es el tinte y resulta ideal para bajar uno o dos tonos, no más. Para aclarar más hay que realizar una decoloración previa, y después matizar el color. Pero la decoloración sensibiliza el cabello y en verano no es lo más recomendable porque añade estrés adicional. Tampoco recomiendo los tintes superaclarantes que dejan unos rubios amarillos nada bonitos. La camomila puede aclarar un cabello natural claro, pero en los oscuros deja reflejos naranjas o rojizos”, afirma el peluquero Eduardo Sánchez del salón Maison Eduardo Sánchez. ¿Y los baños de color? “Son la alternativa a los tintes y funcionan bien cuando no hay canas. La técnica tono sobre tono logra reavivar el color del pelo sin dañar su base ni su estructura. Si hay canas, se puede dar tinte solo en la raíz y trabajar con baños de color medios y puntas”, dice María Roberts.
No proteger del sol, la sal o el cloro
Hubo una época en la que nadie se metía en el agua del mar o la piscina sin usar un gorro de baño. No llevarlo deshidrata, causa daños y afecta al tono de la melena, pero estos accesorios han caído en desuso. “Antes de entrar al agua, se recomienda enjuagar el cabello con agua dulce y extender un acondicionador o aceite protector. Después de nadar, vuelve a enjuagar el cabello con agua dulce para eliminar residuos de cloro o sal”, explica Mª José Llata. Si vas a estar mucho tiempo al aire libre es imprescindible bloquear la radiación solar. “Los rayos actúan de forma muy similar a la decoloración del cabello y dañan el pelo seco. Por eso, el uso de un protector solar capilar es imprescindible. Además, las nuevas fórmulas hidratan, nutren y acaban con el encrespamiento. Es recomendable redoblar los esfuerzos con algo tan simple como un sombrero, gorra o pañuelo de seda o con forro de seda para preservar la hidratación de las hebras”, afirma Teresa Climent de Nuggela & Sulé.
Lavar mucho y nutrir poco
Las vacaciones son sinónimo de relax y, en ese contexto, las rutinas de belleza se simplifican. “Podemos maquillarnos y peinarnos menos, pero no podemos dejar de utilizar mascarilla o acondicionador en cada lavado, y más si estamos en la playa. Aunque nos gusten las ondas surferas que deja el agua del mar de forma natural, hay que aclararlo siempre con agua dulce e hidratarlo sin parar. Siempre que puedas evita los lavados diarios que hinchan el pelo, fuerzan la cutícula hacia arriba y lo debilitan. Además, si lo lavas todos los días, le quitas los aceites y las proteínas naturales que necesita”, dice Eduardo Sánchez. Pese a todos los consejos, cada septiembre las peluquerías reciben a personas con el pelo quemado, reseco y con tonalidades que van del amarillo pollo al rubio verdoso. Para evitarlo, la experta Teresa Climent recomienda utilizar un champú específico para cabello teñido y realizar dos champunadas. “La primera es suficiente si el cabello no está muy sucio. Pero si ha estado expuesto a protectores solares, texturizantes y baños de sol es recomendable hacer dos champunadas con un producto suave e hidratante que ayude a mantener el equilibrio del cuero cabelludo y evite la sequedad”.
Además, en verano el cabello necesita hidratación continua. Por eso, utilizar acondicionador después de cada lavado y mascarilla una o dos veces por semana es básico. “Una o dos veces a la semana podemos hacer un tratamiento de prelavado, aplicando una mascarilla nutritiva antes del lavado normal y dejándola actuar de medios a puntas con el cabello húmedo y enrollado en una toalla para reforzar la nutrición”, aconseja María Roberts.
Seguir usando herramientas térmicas
Las herramientas calientes dañan siempre el cabello, pero en verano lo empeoran todo más. “Es recomendable minimizar el uso de secadores, planchas y rizadores para evitar el daño adicional por calor. En el interior del cabello hay agua, y bastan 100oC para que entre en ebullición. Sometido a temperaturas de hasta 230oC, el pelo hierve y las microburbujas que se producen explotan, rompen la fibra y abren las puntas. La agresión que supone el uso de planchas y secadores, sumada a las propias del verano, implica un desgaste enorme. Por eso, en esta época del año lo mejor es dejar que la melena descanse y, si se usan, siempre con un protector térmico”, aclara Teresa Climent. Tan importante es utilizar protectores como aplicarlos con generosidad. “Separa pequeñas secciones de cabello y rocía cada una de ellas de arriba abajo con dos o tres pulverizaciones. Cuando termines, peina para distribuir bien la fórmula. Estos productos son inútiles si no los aplicas en todo el cabello”, dice Eduardo Sánchez.
Ni recogidos muy tirantes, ni pelo suelto
Todos los expertos consultados son unánimes: los recogidos súper apretados son causa de rotura y caída. Populares en redes sociales, forman parte del fenómeno del clean look que consiste en dejar el rostro despejado y limpio. Un peinado muy socorrido tanto para ocasiones especiales como para salvar un bad hair day cuando no hay tiempo de lavar ni peinar. Cuentan con millones de adeptas y en numerosos tutoriales de TikTok podemos ver cómo peinan, repeinan y tensionan el cabello con el objetivo generar un efecto lifting en el rostro. La experta Mª José Llata advierte “sabemos que nos estamos pasando si el recogido provoca dolor de cabeza, picor, enrojecimiento, irritación en el cuero cabelludo o sensación de alivio al soltarlo. Esto ocurre porque los folículos pilosos están siendo sometidos a una gran tensión que los daña. Por eso, es mejor hacerlos de forma puntual, y alternarlos con otros recogidos de acabado más natural. Por ejemplo, al hacernos la típica coleta, lo ideal es dejarla más suelta y atarla con gomas gruesas o coleteros de tela que no rompan el cabello”. La experta tampoco recomienda abusar del cabello suelto, y menos en la playa. “La melena suelta tiende a enredarse con facilidad y, en la playa puede haber mayor fricción con la arena y la sal. Por eso, recomiendo las trenzas suaves, que mantienen el cabello controlado y libre de enredos”. Los expertos también recomiendan los recogidos suaves para ir a dormir “con el calor es habitual ir a dormir con el pelo húmedo después de una ducha fresquita, pero esto puede provocar la aparición de hongos. Es mejor dejar que se seque al aire y hacer una trenza relajada con un coletero suelto”, indica el peluquero Juan Diego Teo.
Cepillados bruscos con el pelo mojado
El cabello mojado es más débil y no soporta los cepillados enérgicos sin control. “Siempre tenemos que cepillar en seco, de medios a puntas, nunca desde la raíz, arrastrando los nudos hacia el final del pelo para evitar que se parta. Lo mejor es desenredarlo antes de entrar a la ducha, durante el lavado aplicar una mascarilla nutritiva y cuando salgamos, desenredar con los dedos retirando el exceso de agua a toquecitos con una toalla. Los cepillos desenredantes no deben tener bolitas en las puntas, porque favorecen la rotura. Si queremos cepillar, la mejor forma de hacerlo es aplicando un acondicionador sin aclarado para facilitar el proceso y utilizar un cepillo de púas flexibles y lisas, sin dar tirones, empezando por las puntas y subiendo hacia arriba”, apunta María Roberts.
No beber agua y descuidar la alimentación
La experta de Nuggela & Sulé, Teresa Climent habla claro “la dieta influye un el 30% en la salud y apariencia del cabello, y en verano hay que cuidarla para compensar todas las agresiones. Recomiendo beber agua de forma regular y priorizar los alimentos hidratantes que son la solución natural para mantenerlo fuerte y radiante. Bebe mucha agua e incluye aguacates, nueces y semillas, pescados grasos como las sardinas o el atún, vegetales de hoja verde, frutas cítricas y huevos”. ¿Y sus peores enemigos dietéticos? “Conviene evitar el alcohol, las bebidas con cafeína, los alimentos muy salados, las grasas saturadas y los azúcares refinados”, concluye Climent.