Greta Lee, nominada al Globo de Oro tras 20 años de carrera: “Ya había dicho adiós a este sueño y estaba en paz”
La actriz y embajadora de Loewe Perfumes se ha convertido en la gran revelación de la temporada de premios cinematográficos gracias al drama ‘Vidas pasadas’
Ella misma se había dado por vencida. Tras más de 20 años de carrera en Hollywood —”solo con oír el número me siento exhausta”, apunta entre risas—, dedicados a bregar contra la falta de oportunidades y los clichés de raza y de género, la posibilidad de escuchar su nombre como uno de los imprescindibles en las quinielas a ser nominada como mejor actriz en los próximos premios Oscar no deja de sorprenderla. De momento ya está entre la lista final de aspirantes a los Globos de Oro, a mejor actriz de drama. “Creo que de alguna forma ya había asumido que nunca iba a tener la oportunidad de interpretar un personaje como este. O, al menos, hasta quizá el final de mi carrera, por las diferentes desigualdades que hay en Hollywood. Así que estoy muy emocionada por poder tener esta oportunidad ahora”, confiesa al otro lado del teléfono Greta Lee (Los Ángeles, 40 años), la protagonista de una de las películas más aclamadas del año, Vidas pasadas (Past lives).
La sorpresa también dinamita la existencia de Nora, su personaje en la ópera prima de la directora Celine Song, que narra el reencuentro en las calles de Nueva York entre una aspirante a dramaturga y un amigo de la infancia procedente de su Corea del Sur natal. Un giro a los cimientos de la comedia romántica en la línea de clásicos como Antes del amanecer que pone de relieve temas como el sentido de la identidad o el choque cultural que experimenta cualquier migrante. Una circunstancia que Lee, cuyos padres se mudaron a Los Ángeles en la década de los setenta, conoce de primera mano. “Tuve que apelar a esa esencia de lo que supone vivir entre dos culturas, entre dos lenguas, entre dos mundos tan diferentes. Qué siente cualquier persona que se haya mudado lejos de casa en busca de una vida diferente y de poder cumplir sus sueños”, evoca la actriz.
Esa encrucijada entre realidades opuestas también ha supuesto un desafío para ella, viéndose acorralada, por ejemplo, entre las distintas convenciones de belleza de Oriente y Occidente. “Yo siempre era lo contrario de lo que se consideraba ideal: que si el color de mi piel, que si las pecas de mi cara… puedo señalar muchas cosas dolorosas sobre las que dijeron que no estaban en línea con ese supuesto ideal. Por eso estoy tan esperanzada de ver cómo los tiempos están cambiando”.
La propia Lee dice ser la prueba fehaciente de esa transformación al ejercer como imagen de la nueva fragancia unisex de Loewe, Aire Anthesis, perteneciente a la colección Botanical Rainbow. “Me emocionó que la marca quisiese mostrar mis pecas. El no llevar apenas maquillaje fue algo bastante radical para mí. Al principio me sentía muy expuesta, desnuda… pero también muy orgullosa”, y prosigue, “en este momento de vida, estoy contenta de poder anidar por fin en mi propia piel”.
Si la última campaña de la firma —en la que comparte protagonismo con la española Úrsula Corberó y el actor Stéphane Bak— reivindica la conexión simbiótica con el mundo natural, Greta Lee materializa a diario ese vínculo. Lejos de dejarse imbuir por el glamour deslumbrante de Hollywood, la actriz, conocida por ser toda una ‘robaescenas’ en series como Girls, Muñeca rusa o The Morning Show, reside junto a su marido y sus dos hijos en un antiguo rancho de cabras en un vecindario rural al este de la ciudad. Califica de “esencial” la presencia del entorno natural en sus vidas. “Soy como una especie de granjera y jardinera loca. Me encanta volver a replantar especies autóctonas y, aunque ahora mismo estamos lidiando con un problema de cerdos salvajes, me siento afortunada por tener la flora y la fauna tan integradas en mi día a día”.
Precisamente por esa “felicidad pura” que dice experimentar estos meses, Lee se niega a ceder ante la expectación creciente que existe sobre su presencia protagonista en la inminente temporada de premios que se avecina. El éxito de Vidas pasadas es una piedra más en el nuevo camino que filmes con vocación de diversidad e inclusión —tanto delante como detrás de las cámaras— trazan poco a poco en la industria, pero no hay espacio para la autocomplacencia: “Hay que luchar de manera activa para asegurarnos de que seguirán existiendo oportunidades para cineastas y repartos como estos”. Las dos décadas de trabajo que tanto críticos como académicos solían pasar por alto le impiden dar por sentado nada de lo que esté por venir en el horizonte. “Nunca esperé que me fueran a suceder este tipo de cosas. De alguna manera ya había dicho adiós a este sueño y había encontrado paz en el tipo de carrera que podía tener, así que abrazaré todo lo que ocurra. Que, por ejemplo, el público en Madrid esté viendo Vidas pasadas ya es todo un sueño hecho realidad”. Por si acaso, y ante los vaticinios sobre su futuro aceptando galardones, mejor que nadie despierte todavía a Greta Lee.