Famosos ‘millennial’: llorar las penas con ironía a la vista de todos

Telenovelas voluntarias: Rosalía compartiendo memes tras publicarse las imágenes de C. Tangana y Berta Vázquez juntos o la foto con mensaje de Cazzie David a su ex y nueva pareja de Ariana Grande, Pete Davidson, son los últimos ejemplos de que la era de la privacidad ha muerto.

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La invitación a contar intimidades en redes sociales está ahí. Desde Facebook preguntando si quieres compartir tu situación sentimental, a plataformas como los Stories de Instagram que viven de la inmediatez y pretenden colarse en un plano cada vez más personal. Millennials y centennials han interiorizado este modelo y airean, con más o menos soltura, los pormenores de sus vidas. Cuando además los protagonistas del relato son famosos, la expectación aumenta a niveles de viralidad y las opiniones proliferan. Rosalía publicando un meme dirigido a ‘un ex’ tras hacerse públicas unas imágenes de C. Tangana besándose con Berta Vázquez o Cazzie David con un post a modo de “¿qué me he perdido?” después de que su ex novio, Pete Davidson, y Ariana Grande hayan iniciado una intensa campaña amorosa en Instagram, son las últimas pruebas de que “la frontera entre el mundo público y privado se va desdibujando y la red social se ha convertido en una extensión de nosotros mismos”, explica Guillermo Fouce, Doctor en Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, a S Moda.

Reacciones impulsivas nacidas de esa necesidad social de compartir y expresar emociones que, según Fouce, en estos tiempos «pasa por la red». Aunque nunca lo han confirmado como tal, precisamente el intercambio de comentarios en redes entre Rosalía y Antón Álvarez (C. Tangana), sus Stories de Instagram juntos y las dos colaboraciones musicales que han hecho (Antes de morirme y Llámame más tarde) habían llevado a muchos a dar por sentada la relación entre ambos artistas. Una historia que ahora podría darse por finalizada, también gracias a internet. Las imágenes del cantante junto a la actriz Berta Vázquez en el Primavera Sound, seguidas de dos publicaciones que Rosalía intercalaba con agradecimientos y promoción de su último single, Malamente, daban la voz de alarma. El meme «cuando tu ex se está ahogando» y la imagen de portada del tema Bad News de Kanye West, con un corazón roto, suscitaban la pregunta: ¿le está lanzando shade? 

La expectación por este tipo de relatos que sus propios protagonistas elaboran y convierten en noticia sin necesidad de intermediarios -nada de revistas o televisores-, llegan directos a los terminales y ese escaparate más amplio y accesible es el que los convierte en más atractivos. «Sublimar o imaginar la vida del otro es una fenómeno propio de nuestro tiempo, que pasa en general y que capta mucho nuestra atención», dice el profesor de psicología. Así se explica el auge del shipping (la obsesión por emparejar a dos personajes públicos o de ficción), que tras la última edición de Operación Triunfo con ‘Almaia’ y ‘Aiteda’, ha alcanzado su máxima expresión. Con el caso de Rosalía y Tangana ya hay bandos.

Misma situación con el trío Cazzie David-Pete Davidson-Ariana Grande. Cazzie, creadora de la web serie Eighty-Sixed junto a Elisa Kalani e hija de Larry David, y Pete Davidson, parte del elenco de Saturday Night Live, han estado juntos hasta mediados de mayo. Una relación que han compartido abiertamente a través de Instagram hasta que él anunciaba que ya no lo estaban en una entrevista con People. Días después, el actor y la cantante Ariana Grande empezaban a publicar imágenes juntos y comentarios que dejaban clara su relación, bendecida, entre otros, por la cuenta oficial de Netflix en Instagram, que firmaba «LOVE» (amor) en una de las publicaciones de la cantante. ¿La respuesta de Cazzie? Un post días después con una imagen de ella de safari en la que escribía: «He estado en África, ¿qué me he perdido?». Amy Schumer, Lorde o Tallulah Willis se posicionaban en su equipo dejándole comentarios de alabanza tipo: «¿Qué te parece que este sea mi nuevo fondo de pantalla?».

Todo tiene repercusión. Como explica Guillermo Fouce, esta se da a varios niveles: «En primer lugar, sobre uno mismo. Soy la imagen que proyecto y lo que publico la define, así como define mi intimidad, que se pierde«. Y también sobre terceros: «Esa información que se publica, a veces guiados por el enfado u otros sentimientos, afecta a otros y, en ocasiones, puede llegar a ser dañina para ellos. Como casos de venganza que van más allá y derivan en acoso”. En general hay poca consciencia de los efectos de estos mensajes.

Son varios los estudios que demuestran cómo las redes sociales han modificado definitivamente la forma de las relaciones de pareja en estas generaciones. Según un estudio de Pew Research Center, el 45% de los usuarios de Internet con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años con relaciones serias, dicen que Internet ha tenido un impacto en ella. Este acentúa a menudo los problemas de inseguridad. En 2014, el Departamento de Psicología de la Northwestern University señalaba que aquellos que están menos seguros de su relación son quienes más tienden a visibilizarla en redes, precisamente lo opuesto a lo que se percibe cuando estas estas imágenes que rezuman felicidad saltan en nuestro muro. Y aparecen también nuevos conceptos, como el micro-cheating (micro-cuernos), para referirse a esos actos que navegan en la zona gris de la infidelidad como el intercambio de determinados mensajes o interacciones con dudosas intenciones que se dan dentro de la red social pero que afectan en un plano real (Pew Research Center apunta que el el 8% de los millennials con pareja dice haber estado molesto por algo que la otra persona ha hecho online).

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