Enrique Cerezo: “En la vida, si no tienes ego es que no tienes de nada”
El productor, distribuidor y presidente del Atlético de Madrid comenzó su carrera como meritorio de cámara en 1967 con ‘Un millón a la basura’
La del presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo (Madrid, 73 años), ha sido y es una vida de cine. Productor, distribuidor y exhibidor, es dueño de más de 8.000 títulos, muchos de los cuales ofrece en su plataforma FlixOlé. Goles y pelis son el pan suyo de cada día.
Pregunta. Empezó poniendo pelis en el colegio de los claretianos de Segovia. Curiosa manera de iniciar una carrera cinematográfica…
Respuesta. Sí. L...
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La del presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo (Madrid, 73 años), ha sido y es una vida de cine. Productor, distribuidor y exhibidor, es dueño de más de 8.000 títulos, muchos de los cuales ofrece en su plataforma FlixOlé. Goles y pelis son el pan suyo de cada día.
Pregunta. Empezó poniendo pelis en el colegio de los claretianos de Segovia. Curiosa manera de iniciar una carrera cinematográfica…
Respuesta. Sí. Luego acabé el bachillerato y tenía que elegir carrera, y me gustaba mucho el cine. Vine a Madrid, pero entrar en la Escuela de Cine era complicadísimo, y me dijeron que había otra forma de empezar, que era hacer de meritorio en las películas. Y así lo hice. Fui a ver a Pedro Masó y me dijo que iba a empezar una película titulada Un millón en la basura. Y ahí perdí la virginidad del cine.
P. Y ya empezó a trabajar con gente ilustre.
R. Lazaga, Alfredo Landa, Antonio Ferrandis, Sacristán…
P. Con Lazaga hace Vente a Alemania, Pepe, mito celtibérico.
R. Y Qué hacemos con los hijos, con Paco Martínez Soria, y también mucho wéstern en Madrid y en Almería, y muchas películas americanas, y así pasaba la vida.
P. Vente a Alemania, Pepe cuenta una historia que hoy se repite: los españoles que se van porque no pueden trabajar en España…
R. La gente que se iba a Alemania en aquella época hacía trabajos que no querían los alemanes. Y la película lo contaba; era simpática y noble. La gente se iba a buscar trabajo y cuando agarraba un poco de dinero, volvía para casa.
P. El otro día, en Ginebra, me llevó en taxi Manolo, un gallego que lleva allí desde 1971. Nunca quiso la nacionalidad suiza, y repetía que como España, nada. ¿Qué tendrá España?
R. Pues que se vive muy bien. Que teóricamente hay pocos problemas. Y que no hemos tenido terremotos ni tsunamis ni cosas de esas, solo en Lorca. Y fuegos, pero esos los provoca el hombre.
Hubo una España, para algunos políticamente muy mala y para otros mejor, en la que hubo una picaresca y una forma de hacer que a mí me parecía maravillosa
P. ¿Sigue reinando la picaresca en España?
R. No, pero hubo una España, para algunos políticamente muy mala y para otros mejor, en la que hubo una picaresca y una forma de hacer que a mí me parecía maravillosa, y ahí tienes la película Los tramposos, también de Lazaga, que te contaba eso de la picaresca y que era noble. Un país donde te podían quitar la camisa, pero nunca te faltaban al respeto. Incluso el que se sentía engañado se reía porque el engaño era noble.
P. Hombreee…
R. El engaño puede ser noble.
P. Dicho groseramente, que te la metan doblada pero con arte.
R. Eso. Bueno, es que en el timo de la estampita, la cosa era saber quién era el tonto, el de la estampita o el que se la compraba. Y quién era el malo.
P. Es una forma de verlo.
R. Pero llegaron el móvil e internet y el mundo cambió.
El mundo está en una deriva donde no eres nadie sin un móvil
P. ¿A mejor o a peor?
R. El mundo está en una deriva donde no eres nadie sin un móvil de estos [saca un teléfono inteligente]. Y eso puede ser bueno si te quedas tirado de noche en el campo, pero también puede ser peligroso.
P. A usted la picaresca le ha afectado. La piratería, que tanto ha combatido, también lo es, ¿no?
R. Una cosa es que vayas por la calle y te quiten la cartera y otra cosa es que unas empresas roben a gran escala. Y la tecnología y la digitalización están a favor de la piratería. Con internet todo es fácil para los piratas. Y vosotros, los medios, decíais que no se podían poner puertas al campo y tal… y mira, luego lo habéis sufrido.
P. Estoooo, cambiemos de tema. ¿Quién le peina ese pedazo de onda en el pelo? Es casi irreal.
R. Pues yo mismo cada mañana; tiro de cepillo así y se queda.
P. Es difícil dejar de mirarla. Oiga, a usted, ¿la simpatía le sirve de arma en sus negocios?
R. Hombre, en una reunión siempre es mejor decir simpáticamente lo que otros no se atreverían a decir. A veces, te ganas a la gente diciéndole las cosas como son. Por ejemplo, no es fácil llegar a una reunión y decirle a alguien: “Usted es un sinvergüenza”.
P. ¿Usted lo hace?
R. Si le dices “oye, tú es que tienes un poco de no sé cuántos y eres no sé qué y tal y cual”, pues el tío va y se descojona.
La tecnología y la digitalización están a favor de la piratería
P. Cuando se descojonó la gente fue cuando dijo en una entrevista aquello de “a mí no me gusta ni el VAR del fútbol ni el bar de beber”.
R. Me la hizo una periodista que no estuvo muy brillante. Y, por hacer una broma, todo el mundo pensó que estaba borracho.
P. ¿Y estaba?
R. Es difícil verme borracho, porque casi no bebo.
P. ¿Es más difícil gestionar los egos de los futbolistas o los de los actores?
R. Todos tenemos nuestro ego. Y en la vida si no tienes ego es que no tienes de nada. Los futbolistas son chavales de 24 o 25 años admirados cada domingo por miles de personas. El ego de los actores es más parsimonioso. Hacen dos o tres películas o series al año y dependiendo de los estrenos van sacando su ego.
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