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La plantilla de Google acusa a la empresa de crear un programa para espiarles

La plantilla de Google acusa a la empresa de haber desarrollado una herramienta de vigilancia interna que, aseguran, va a usarse para controlar los intentos de los trabajadores de organizarse para debatir y protestar sobre derechos laborales.

La plantilla de Google acusa a la empresa de haber desarrollado una herramienta de vigilancia interna que, aseguran, va a usarse para controlar los intentos de los trabajadores de organizarse para debatir y protestar sobre derechos laborales, según recoge Bloomberg.

Los empleados aseguran haber descubierto un equipo empotrado dentro de la compañía que estaba creando la nueva herramienta para para el navegador Chrome personalizado que todos los empleados tienen instalados en sus ordenadores. Estas preocupaciones se plasmaron en un memorándum interno al que accedieron tres empleados de la...

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La plantilla de Google acusa a la empresa de haber desarrollado una herramienta de vigilancia interna que, aseguran, va a usarse para controlar los intentos de los trabajadores de organizarse para debatir y protestar sobre derechos laborales, según recoge Bloomberg.

Los empleados aseguran haber descubierto un equipo empotrado dentro de la compañía que estaba creando la nueva herramienta para para el navegador Chrome personalizado que todos los empleados tienen instalados en sus ordenadores. Estas preocupaciones se plasmaron en un memorándum interno al que accedieron tres empleados de la multinacional que han quedado en el anonimato. La plantilla no está autorizada a hablar con la prensa.

Esta herramienta, según este documento, avisa automáticamente cuando algún empleado crea un evento en el calendario con más de 100 participantes o más de 10 salas. La explicación más plausible, según este memo, sería que esta herramienta constituye “un intento de la cúpula de enterarse de forma inmediata de cualquier intento de organización por parte de los empleados".

Un portavoz de Alphabet aseguró que estas “afirmaciones sobre la operación y su propósito son categóricamente falsas”. Este es un recordatorio en forma de ventana emergente (pop up) "que pide a la plantilla que sea consciente antes de agregar reuniones a los calendarios compartidos por un número alto de trabajadores”. Así, según la compañía, esta extensión es la consecuencia de un alza del spam proveniente de eventos en los calendarios corporativos y no recopila Información de identificación personal, ni obstaculiza su uso.

Esta polémica constituye un capítulo más en la creciente tensión entre la cúpula de la compañía y los empleados de rangos superiores. Los empleados de la filial suiza de Google están tratando de constituir un comité de empresa. El pasado 21 de octubre, la plantilla organizó una reunión con este objetivo y, según Bloomberg, la empresa trató de detener (sin éxito) su celebración.

En Pittsburgh, unos 90 empleados de HCL America, una subcontrata de Google, votaron a finales de septiembre favor de sindicarse y entrar a formar parte del poderoso United Steel Workers (USW). El resultado no fue, eso sí, unánime, con 49 votos a favor y 24 en contra. Estos trabajadores, eso sí, representan una parte menos que ínfima de la fuerza laboral subcontratada en la sombra de la compañía (135.000 empleados externalizados frente a los 115.000 de nómina. Algunos de estos trabajadores se quejaron recientemente a The Guardian de los bajos salarios, los escasos tiempos de descanso, falta de respuesta de la dirección y una constante sensación de precariedad.

En el último año y medio, buena parte de la plantilla ha protestado además por la forma en que ha reaccionado la dirección a la hora de lidiar con las quejas de acoso sexual y contra algunos proyectos internos, como un motor de búsqueda con mecanismos de censura ideado para China y un contrato alcanzado con el Pentágono para analizar imágenes captadas por drones.

El memorándum interno recogido por Bloomberg sugiere que esta nueva extensión de Chrome está destinada a ayudar a los empleados de Google a que apliquen las nuevas "directrices de la comunidad", que desalientan a los empleados a debatir política, un cambio de su cultura abiertamente famosa. Una portavoz de la empresa explicó en agosto que la compañía también estaba desarrollando una herramienta para permitir a los empleados marcar publicaciones internas problemáticas y crear un equipo de moderadores para monitorear conversaciones en los chats de la empresa.

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