Una guía de uso para la Latinoamérica 4.0

En el abismo digital de Latinoamérica y el Caribe caben 300 millones de ciudadanos. Un ostracismo del nuevo motor de la economía que lastra una región castigada además por la recesión económica. Para paliar esta situación, la OCDE ha elaborado un manual de herramientas políticas que sirvan como pista de salida para el despegue digital. 448 páginas bajo el título ...

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En el abismo digital de Latinoamérica y el Caribe caben 300 millones de ciudadanos. Un ostracismo del nuevo motor de la economía que lastra una región castigada además por la recesión económica. Para paliar esta situación, la OCDE ha elaborado un manual de herramientas políticas que sirvan como pista de salida para el despegue digital. 448 páginas bajo el título Políticas de banda ancha para América Latina y El Caribe. Un manual para la economía digital que el organismo ha presentado ayer durante la reunión ministerial que se celebra en Cancún del 21 al 23 de junio.

El primer punto a atacar para lograr la meta, una LAC 4.0, es la falta de competitividad en el mercado de las telecomunicaciones. “El grado de competencia en los mercados de comunicación de la región de LAC tiende a ser menor que en los países de la OCDE, por lo que podría reforzarse una regulación que fomente activamente su desarrollo como instrumento para alcanzar los objetivos políticos”, se lee en el listado de los principales escollos a una política de digitalización de banda ancha extensiva. Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, señaló en una entrevista exclusiva a RETINA que los monopolios eran uno de los graves problemas para la evolución tecnológica de la región.

Una legislación encorsetada y fragmentaria, que no aborda Internet como conjunto sino como retales aislados entre sí; la escasez de incentivos para compañías nacionales e internacionales que puedan proveer de la infraestructura necesaria y la baja penetración de la banda ancha en las instituciones públicas (desde las escuelas hasta el gobierno) son las otras taras fundamentales que LAC debe resolver.

La receta para paliar el problema es holística. Afecta a todos los niveles e incide en la imposibilidad de llevarla a cabo solo como una iniciativa política. "Los responsables políticos y reguladores no pueden afrontarla en solitario, sino que necesitarán la ayuda de todos los actores pertinentes para tratar las cuestiones estructurales en su conjunto", indica el informe en su resumen de buenas prácticas a aplicar. Entre ellas, destaca la necesidad de reducir el desfase urbano y rural en la región, hasta el punto de animar a los estados a "establecer incentivos y financiar redes cuando los mercados no sean capaces de satisfacer la demanda por sí solos".

El estudio habla también de un concepto que se va extendiendo en paralelo a la transformación digital: la alfabetización digital. Y la conclusión es muy clara. Sin ella, es imposible incorporarse con efectividad a la nueva economía. "Más de la mitad de los jóvenes de 15 años de la región de LAC no han adquirido el nivel de competencias básico para una inserción satisfactoria en el mercado laboral. Esta brecha, tanto en las competencias básicas como en la alfabetización digital, impide que muchos de ellos participen plenamente en la economía digital, reduciendo sus posibilidades en el mercado de trabajo y debilitando la competitividad", puntualiza el manual en su primer capítulo. Poco después, en ese mismo capítulo, se lee: "Los resultados de los estudiantes en LAC muestran una mayor dependencia del contexto socioeconómico, y esta brecha de competencias supone un gran obstáculo para el desarrollo de empresas, la innovación y el crecimiento inclusivo en la región". Brecha que en disciplinas clave como es enorme. Por cada alumno que destaca en matemáticas en Latinoamérica y el Caribe hay 6,5 en un el promedio de los países de la OCDE.

Los gráficos que acompañan el manual vuelven a incidir en las brechas entre países. La diferencia entre conexiones de banda ancha doméstica por habitantes son gigantescas. La que media entre Trinidad y Tobago, a la cola de la lista, y Barbados, en la cabeza, es de un 2700%, de una conexión por cada 100 habitantes, a unas 27. La misma que en el acceso a banda ancha por el móvil: de la casi nula presencia en países como Nicaragua, Guatemala o Perú a niveles cercanos a la media de la OCDE, e incluso superiores, para naciones como Brasil, Costa Rica o Barbados.

Todas las facetas del problema tienen su capítulo. Uno de los claves es el noveno, dedicado a la fuerza de trabajo que tendrá que realizar esta transformación digital en la región. Y el problema se detecta ya en los datos que señalan qué porcentaje de escuelas tienen acceso a Internet. Para enseñanza primaria, solo un 40% (y de una muestra pequeña de países que la OCDE ya señala a tomar como precaución). Un porcentaje además que, desglosado entre lo urbano y lo rural, da otra cifra de enorme desigualdad: Una de cada diez escuelas rurales tienen acceso mientras que en las ciudades se eleva a cinco de cada 10.

La tendencia es clara. Con cada análisis —como ocurrió con el Informe de Ciberseguridad 2016 en la región que suspendió a la mayoría de los países— se ratifica que Latinoamérica necesita acelerar lo antes posible su transformación digital. Porque los efectos de llegar tarde pueden ser devastadores. En el capítulo 1 de este manual de prácticas para encontrar el camino a la economía 4.0, se lee "La brecha de competencias en LAC tiene profundas repercusiones en el mercado laboral. Si bien la falta de trabajo no es el problema más acuciante en la mayoría de los países de LAC, el peso del mercado laboral informal y la baja calidad y productividad de los puestos de trabajo constituyen las principales barreras al desarrollo".

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