Steve Horvath: “Me gustaría poder elegir si queremos morir, en lugar de estar prescrito por la naturaleza”

El experto en envejecimiento e investigador de la Universidad de California trabaja ahora para Altos Labs, la empresa financiada por millonarios como Jeff Bezos para estudiar cómo prolongar la vida

Steve Horvath, en una captura de pantalla extraída de YouTube, durante una charla Ted en la universidad de Berkeley.TEDxBerkeley

Steve Horvath (Fráncford, 1967) tenía 17 años cuando decidió que quería viajar por el espacio. No tardó en darse cuenta de que ir tan lejos como él pretendía, requiere, en el mejor de los casos, unos cuantos cientos de años. Necesitaba tiempo, mucho tiempo, así que cambió los viajes espaciales por un nuevo foco: el envejecimiento. El investigador de la Universidad de California en los Ángeles propuso en 2011 un método para medir la ...

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Steve Horvath (Fráncford, 1967) tenía 17 años cuando decidió que quería viajar por el espacio. No tardó en darse cuenta de que ir tan lejos como él pretendía, requiere, en el mejor de los casos, unos cuantos cientos de años. Necesitaba tiempo, mucho tiempo, así que cambió los viajes espaciales por un nuevo foco: el envejecimiento. El investigador de la Universidad de California en los Ángeles propuso en 2011 un método para medir la edad biológica a través de unos marcadores químicos en el ADN que modifican la expresión genética. El proceso, conocido como metilación del ADN, se bautizó como reloj de Horvath. El científico trabaja ahora para Altos Labs, empresa financiada por millonarios como Jeff Bezos, especializada en rejuvenecimiento y que ofrece grandes remuneraciones a sus investigadores. “Ya no estoy interesado en los viajes espaciales. No me iría, me gusta la Tierra, pero todavía quiero prolongar nuestra vida útil”, dice en una conversación por videollamada con EL PAÍS.

Pregunta: ¿Por qué nos fascina tanto el envejecimiento?

Respuesta: Por primera vez en la historia, podríamos tener un enfoque racional para hacer algo al contra ello. Las personas siempre han estado obsesionadas con el envejecimiento. En el pasado, las personas eran muy religiosas. ¿Por qué? Porque estaban preocupadas por la muerte y la enfermedad, y una vía para lidiar con esa ansiedad es la religión. Y luego, muchas se sentían impulsadas a alcanzar algún tipo de inmortalidad, por ejemplo, en el campo de batalla. Querían ser Alejandro Magno o Julio César porque querían que la gente los recordara. Es nuevamente un impulso contra la mortalidad. Gran parte del comportamiento humano en el pasado fue impulsado por esta preocupación.

P: ¿Y ahora?

R: Hoy sí vemos que es posible llevar a cabo intervenciones que extienden nuestros años saludables. Por ejemplo, muchas personas siguen a influencers en las redes sociales que les dan consejos sobre su estilo de vida, desde el ayuno intermitente hasta rutinas de ejercicio específicas. Aun así, todos entienden que el estilo de vida no conducirá a aumentos drásticos de años saludables. Igual ganas cuatro o cinco, pero no serán 50. Y muchas personas simplemente no pueden hacer ejercicio o llevar un estilo de vida saludable, por la razón que sea. Por eso les gustaría tener medicamentos que les ayuden.

P: ¿Es difícil estudiar el envejecimiento?

R: Muchos investigadores dicen que es la afección más difícil de todas, porque todos los órganos van cuesta abajo. El riñón, el cerebro, la piel, todo. Así que parece muy complejo. Pero yo tengo la opinión opuesta. Estudiarlo es notablemente fácil. Los procesos de envejecimiento están relacionados con procesos de desarrollo y son muy deterministas, podemos medirlos muy bien. Siento que llegaremos a entender bastante bien el envejecimiento.

P: ¿Es lo mismo edad biológica que edad cronológica?

R: Algunas personas parecen mucho mayores de lo que deberían ser, o, por el contrario, mucho más jóvenes. Por ejemplo, mi suegro tiene 92 años y cuando salimos de excursión camina más rápido que yo. Todos conocemos a una persona mayor que está muy en forma. Y, por el contrario, todos tenemos un amigo de nuestra misma edad cronológica, pero que sufre de muchas afecciones. Tu edad cronológica, la marcada por el calendario, no siempre refleja cuán en forma estás fisiológicamente

P: ¿Cómo se mide la edad biológica?

R: Hay muchas formas. Una, por ejemplo, se basa en la proteómica, medir las proteínas en la sangre. Pero en mi caso, nos enfocamos en las moléculas de ADN, porque creemos que estos cambios en el ADN son una de las causas fundamentales por las que envejecemos.

P: ¿Por qué?

R: Imagina una persona que vive en Valencia, con un clima perfecto, siempre está relajada y sin estrés, hace ejercicio, medita y lleva una dieta saludable. Esta persona aun así envejecerá y morirá. Y la pregunta es, ¿por qué sucederá eso, aunque haga todo “correctamente”? Y la respuesta es que hay un programa innato de envejecimiento. Está en todos nosotros. No podemos influir en él con el estilo de vida, ni reduciendo el estrés.

P: ¿Qué opina de la proliferación de empresas que ofrecen estimaciones de la edad biológica?

R: Fui a una conferencia donde un ponente que dijo que la mitad de todas las clínicas de longevidad y salud ahora miden la edad de metilación. Tuve dos emociones al respecto. Primero, estaba feliz porque ese era mi sueño en 2011, que la gente lo encontrara útil. También soy un gran creyente en capacitar a las personas para medir cosas y quiero que tengan acceso a esa información. La segunda emoción es el miedo a que algunas de las mediciones sean engañosas y cualquiera pueda ofrecer una medida de edad, aunque no esté científicamente validada.

Un individuo de 50 años que tiene una edad biológica de 60 no significa que su vida útil sea 10 años más corta

P: ¿Qué puede suponer?

R: Hay un gran peligro de que alguien vaya a una empresa, mida algo, luego obtenga una respuesta que no le guste, se deprima o se moleste. Imagina que tienes 50 años, mides tu edad biológica y te dicen que es de 60. Algunas personas, muy preocupadas, dirán: ‘Oh, dios mío, moriré rápidamente’. Esa es una de las razones por las que doy entrevistas, quiero decirle al público que cuando obtienes una estimación de edad biológica, no se traduce directamente a la expectativa de vida. Un individuo de 50 años que tiene una edad biológica de 60 no significa que su vida útil sea 10 años más corta. Hay una relación no lineal.

P: Entonces, ¿qué influye más en el envejecimiento, los factores externos, como la dieta o la contaminación, o la “programación” en el ADN?

R: Hay respuestas diferentes. Un grupo de investigadores dirá que envejecemos porque nuestras mitocondrias disminuyen. Otros responderán que el sistema de eliminación de residuos en nuestras células no funciona. Algunos que la comunicación entre los órganos se rompe, que las hormonas de señalización ya no actúan. Todavía se dan estos debates: ¿qué viene primero y qué es más importante? No diría que la epigenética [cambios en el ADN a causa de la edad o los factores ambientales, por ejemplo] es lo más importante porque simplemente no lo sé. Pero nadie duda de que la epigenética juega un papel clave.

P: ¿Está el ADN programado para impedir que, a medida que evolucionamos, vivamos cada vez más?

R: ¿Si hay un límite superior? Sí, lo hay, si sigues lo que uno llamaría envejecimiento natural. ¿Alguna vez habrá una persona que viva 200 años porque sigue un buen estilo de vida? No, no lo creo. Pero esta respuesta cambia si la persona se somete a intervenciones que restauren la metilación joven de su ADN, el perfil epigenético joven. Entonces sí, alguien puede vivir más tiempo y prolongar su vida útil.

P: ¿Por qué es tan difícil crear medicamentos antienvejecimiento?

R: Hay muchos riesgos. Cualquier medicamento tiene ciertos efectos secundarios, no hay nada que sea 100% seguro. Por ejemplo, con los factores Yamanaka [secuencias específicas del ADN que si se activan desde el exterior inician un proceso que transforma una la célula madura en una célula madre, la rejuvenece] el gran peligro es el cáncer. Luego, muchos están interesadas en la rapamicina, muy popular en el campo del envejecimiento. Yo no la tomo, porque suprime tu sistema inmunológico. Otros en usar medicamentos antidiabéticos, como la metformina. Pero, a menos que tengas glucosa alta en sangre, para una persona promedio podría suponer nuevamente efectos secundarios.

P: Se ha popularizado mucho en medios la figura del multimillonario Bryan Johnson, que invierte millones de euros al año en volver biológicamente a los 18 años, hasta el punto de recibir plasma sanguíneo de su hijo adolescente.

R: Lo admiro, por varias razones. Es muy dedicado y muy disciplinado, come la misma comida todos los días, y piensa en lo difícil que es eso, requiere una disciplina tremenda. Lo veo como un atleta olímpico en una olimpiada de rejuvenecimiento.

P: ¿Qué opina de inyectarse sangre para rejuvenecer?

R: La sangre joven realmente rejuvenece varios órganos en ratones y ratas. Incluso en humanos, aunque más débil, hay evidencia de que rejuvenece. El efecto es menos pronunciado. En ratas, publicamos un artículo donde encontramos que había un rejuvenecimiento de hasta el 50%. Pero en humanos, el rejuvenecimiento de la edad basado en sangre joven es mucho menor. Piensa en dos años o algo así. Creo que científicamente es interesante. Todavía no estoy seguro de si lo haría personalmente, pero no quiero decir que no a ello.

P: ¿Qué veremos en el campo del envejecimiento en los próximos años?

R: Lo emocionante es que en este momento muchos investigadores líderes han ingresado al campo y hay un interés tremendo en que se desarrollen medicamentos. También hay una inversión significativa. Mi esperanza es que una de las compañías que buscan el rejuvenecimiento realmente tenga éxito y todos nos beneficiemos.

P: ¿Hasta qué edad cree que viviremos?

R: Creo que deberíamos tener un objetivo razonable. El mío es que las personas vivan cinco años más de manera saludable. No años más largos, sino años más saludables. Entonces, en lugar de desarrollar demencia a los 85 años, que las personas la desarrollen a los 90. O, que en lugar de tener diabetes a los 75, la tengan a los 80. Sobre el futuro, me gustaría que las personas pudieran elegir si morir o no, en lugar de estar prescrito por la naturaleza. Para mí, la mejor sociedad permitiría a las personas tomar la decisión de cuándo quieren morir. Esa es mi utopía.


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