El Gobierno de Navarra, paralizado a la espera de la decisión de EH Bildu

Los socialistas retoman las conversaciones con Geroa Bai y los partidos de izquierda para conformar el Ejecutivo sin contar para nada con los 'abertzales'

San Sebastián -
Parlamentarios de PSN, IU, Podemos y Geroa Bai, durante la reunión hoy en el Parlamento de Navara.IÑAKI PORTO (efe)

Los socialistas de Navarra han retomado este martes, tras el parón de los Sanfermines, los contactos con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra (I-E) para tratar de formar un Gobierno monocolor o con consejeros del PSN y nacionalistas. Los contactos se reanudan sin tener aún garantizada la investidura de la socialista María Chivite, quien depende de la abstención de EH Bildu para resultar elegida. En la coalición ...

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Los socialistas de Navarra han retomado este martes, tras el parón de los Sanfermines, los contactos con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra (I-E) para tratar de formar un Gobierno monocolor o con consejeros del PSN y nacionalistas. Los contactos se reanudan sin tener aún garantizada la investidura de la socialista María Chivite, quien depende de la abstención de EH Bildu para resultar elegida. En la coalición abertzale se ha abierto un intenso debate interno todavía no resuelto. 

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La dirección política de EH Bildu “tiene asumido desde el minuto uno que se va a abstener”, apuntan fuentes internas de la coalición abertzale. Es precisamente lo que el PNV le pide a la antigua Batasuna. Andoni Ortuzar, presidente del partido, le ha reclamado públicamente que actúe con “responsabilidad y generosidad”. Bildu ya ha garantizado que será “responsable” y aplicará “un veto a la derecha” para impedir que Navarra Suma —la coalición de UPN, PP y Ciudadanos— logre el poder. La diputada en el Congreso Mertxe Aizpurua lo ha dejado claro: “Si de nosotros depende, la derecha no va a gobernar en ningún sitio”.

Otra cosa es la generosidad. EH Bildu tendría que abstenerse para que la aspirante del PSN salga proclamada presidenta. Esa decisión es la que ha abierto un debate encendido entre las bases de la coalición independentista, que tendrán en sus manos la última palabra. Los socialistas, con 11 escaños, han llegado a un principio de acuerdo con Geroa Bai (nueve representantes), Podemos (dos) e I-E (uno) para formar un Gobierno “de progreso” que se queda a tres votos de la mayoría absoluta, pero aventaja en tres a Navarra Suma, la primera fuerza en las elecciones, con 20 asientos en la Cámara foral.

La coalición de Arnaldo Otegi puede hacer valer su posición de árbitro. Está descartado su voto a favor de Chivite. Las malas relaciones con el PSN cierran esta puerta. La disyuntiva está, por lo tanto, entre la abstención y el voto en contra. La primera opción auparía a la socialista a la presidencia; la segunda podría desembocar en la convocatoria de nuevas elecciones. “Hay un sector importante de la militancia que se resiste a facilitar con nuestra abstención la elección de Chivite”, advierte un asistente a las asambleas celebradas estos días. “Nos han vetado, se niegan a hablar con nosotros, han impedido que logremos alcaldías, incluida la de Pamplona… ¿Y ahora quieren que les regalemos el Gobierno?”.

Entre quienes no tienen miedo a repetir los comicios reprochan al PSN haber jugado “muy feo” con Bildu. Le reprochan la reacción que tuvo Maite Esporrín, cabeza de lista del PSN a la alcaldía de Pamplona, tras las últimas elecciones, cuando en plena euforia dijo: “Nos alegra mucho poder decir: ¡agur Asiron!”. Ese adiós dedicado a Joseba Asiron, alcalde por EH Bildu en los cuatro años anteriores, sigue escociendo. “Nos dan la puñalada y ¿ahora les vamos a dar gratis una abstención? Mucha gente no lo entiende y hay mucho cabreo”, admite la misma fuente.

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Portavoces oficiales de Bildu reconocen que las relaciones con los socialistas en Navarra no atraviesan el mejor momento. Los puentes están rotos: “No hay comunicación oficial porque ellos no quieren. La actitud del PSN no ayuda nada para que nos abstengamos”. Pero avisan de que los votos abertzales son “imprescindibles y determinantes”, no solo ahora sino durante toda la legislatura. “¿Van a gobernar cuatro años sin hablar con nosotros?”, se pregunta uno de sus dirigentes. El PNV, integrado en Geroa Bai, no concibe el voto en contra de EH Bildu: “Si están dispuestos a favorecer la investidura de Pedro Sánchez, ¿cómo no van a hacerlo con la de Chivite”, dice Ortuzar.

Javier Esparza (UPN), el candidato de Navarra Suma, critica el “ejercicio de cinismo político” del presidente del PNV al pedir al partido de Otegi que se abstenga. “Si se produce esa abstención, será porque hay un pacto entre el PSOE y EH Bildu”, critica. Los socialistas ya salvaron el primer asalto en Navarra al cerrar el paso a la derecha en la Mesa del Parlamento, que estará presidida por los nacionalistas de Geroa Bai (Unai Hualde es el presidente) y en la que también está presente Bildu. Entonces no hubo un acuerdo expreso entre el PSN y los abertzales, pero estos hicieron de salvavidas.

La investidura de Pedro Sánchez tiene influencia directa en Navarra. El PSOE tendría los dos votos de UPN en el Congreso si renuncia a la comunidad foral, pero esta posición le supondría el rechazo de los seis diputados peneuvistas. El 26 de agosto es la fecha límite para formar Gobierno en Navarra. Si antes de esa fecha no se ha resuelto, habría que volver a las urnas.

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