Todos cercan a Rivera

Ciudadanos había logrado en los últimos meses algo inédito: se había colocado en el centro entre PP y PSOE y les estaba robando votos a los dos. Un 18% al PP y un 8% al PSOE, según el CIS. El PP ya ha desatado su ofensiva para frenar esa sangría y ahora llega la del PSOE. La moción de censura, triunfe o no, según admiten dirigentes de todos los partidos, tendrá el valor de mostrar a Pedro Sánchez como la alternativa a Rajoy y tratará de poner contra las cuerdas a Rivera, al que el líder del PSOE dib...

Ciudadanos había logrado en los últimos meses algo inédito: se había colocado en el centro entre PP y PSOE y les estaba robando votos a los dos. Un 18% al PP y un 8% al PSOE, según el CIS. El PP ya ha desatado su ofensiva para frenar esa sangría y ahora llega la del PSOE. La moción de censura, triunfe o no, según admiten dirigentes de todos los partidos, tendrá el valor de mostrar a Pedro Sánchez como la alternativa a Rajoy y tratará de poner contra las cuerdas a Rivera, al que el líder del PSOE dibujará como el salvador del PP. Ciudadanos se ve así en medio de una pinza que pretende frenar su ascenso.

Un detalle este lunes en el Congreso ha mostrado que esa guerra sin cuartel abierta entre el PP y Ciudadanos hace semanas se ha extendido a los socialistas. Durante la junta de portavoces, mucho más tensa de lo habitual, Ciudadanos ha impedido que se retrasara una semana el pleno de control previsto para este miércoles. El PSOE lo pidió para dejar todo el protagonismo a la moción de censura del jueves. Ciudadanos ha vetado el aplazamiento. La portavoz del PSOE, Margarita Robles, se negó entonces a permitir que Ciudadanos cambiara la pregunta que le iba a hacer al Gobierno, algo que siempre se autoriza. Una pelea menor, sin grandes consecuencias políticas, pero que muestra que Ciudadanos está cada vez más solo y es ya el enemigo a batir.

Sánchez quiere forzar a Ciudadanos a dejar de jugar a dos bandas. "Pedro está muy cómodo en su nueva posición", explican en su entorno. "Primero endureció su postura en Cataluña, cobró protagonismo llamando racista a Quim Torra y ahora hace la moción de censura. Es muy importante cerrar el espacio a Rivera, no podemos permitir que se vea como la alternativa a Rajoy. ¡Somos nosotros! Y ahí con la moción solo puede ganar, aunque pierda", sentencia un dirigente fiel al líder del PSOE.

Sánchez estaba en un momento complicado, las encuestas señalan que no levantaba cabeza y era Ciudadanos quien se beneficiaba de la crisis del PP. Pero la elección de Quim Torra y la demoledora sentencia de Gürtel le ha dado una oportunidad de oro para recuperar el protagonismo perdido y frenar a Ciudadanos.

"Que se atreva ahora internamente alguien a decirle a Sánchez que esta posición no es la correcta. Censura a Rajoy y dureza con Cataluña. Ahora le llaman Judas pero la semana pasada Rajoy dijo que era leal, no como Rivera. Es la posición ideal", insiste otro diputado.

Mientras, el PP, que vive sus horas más bajas, solo se anima cuando hay que atacar a Ciudadanos. Ya no dudan en apelar al argumento más duro: los concejales asesinados por ETA. "Cuando mataron a Jesús Pedrosa en Durango, en el 2000, tuvimos que rebuscar en los cajones una bandera de España para ponerla en el féretro. Nosotros íbamos por los pueblos y nuestra gente las tenía escondidas. Empezábamos la reunión besándola casi en secreto. Que nos vengan ahora estos de Ciudadanos a hablar de la bandera. ¡Nosotros la defendíamos con muertos!", sentencia un diputado del PP vasco. "Ahora van a ser los de Ciudadanos los que acabaron con ETA, los que defendieron a España durante los últimos 40 años en Cataluña. Ahora nadie es del PP, ni Miguel Ángel Blanco", se indigna un miembro del Gobierno.

En Ciudadanos no parecen inquietos con las críticas recientes. "Hay que ver si esa izquierda que se ha indignado con el acto de Marta Sánchez representa a alguien. La gente está asustada desde la declaración de independencia en Cataluña. Quieren que les defendamos". remata un dirigente de Ciudadanos.

Todos se mueven para frenar a Rivera. Sánchez sueña con combatirlo desde La Moncloa, el mejor lugar imaginable para hacer una campaña electoral. Por eso el líder de Ciudadanos nunca le ayudará a llegar. ¿Podrá lograrlo sin su apoyo?