Iceta carga contra Colau, pero no romperá el pacto municipal

El PSC está convencido que el consistorio no cederá locales ni medios materiales al referéndum

Miquel Iceta, primer secretario del PSC, cargó este domingo con dureza contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por asegurar que “hará todo lo posible” para que en la capital catalana se pueda votar el día del referéndum de independencia, aunque eso no significa que los socialistas vayan a romper el pacto que tienen con Barcelona en Comú en la capital catalana. El PSC está convencido que el consistorio no cederá locales ni medios materiales y que el equipo de gobierno respetará el informe del secretario municipal para respetar la ley.

Miquel Iceta durante su intervención en la Fiesta de la Rosa del PSC en Gavá. Massimiliano Minocri (EL PAÍS)

El caso de Barcelona plantea un difícil equilibrio político, tanto para Ada Colau como para los socialistas. La alcaldesa ha dicho que ha alcanzado un pacto con Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, para colaborar en la consulta, pero se trata de una postura no explicitada con detalle y que no se sabe cómo se materializará. En el otro lado, el PSC no esconde que existe una discrepancia profunda con Colau y sus fíltreos con el referéndum ilegal, pero entienden que se trata de una causa que la alcaldesa asume sin ningún entusiasmo en las condiciones en las que ha planteado y que tambi...

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El caso de Barcelona plantea un difícil equilibrio político, tanto para Ada Colau como para los socialistas. La alcaldesa ha dicho que ha alcanzado un pacto con Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, para colaborar en la consulta, pero se trata de una postura no explicitada con detalle y que no se sabe cómo se materializará. En el otro lado, el PSC no esconde que existe una discrepancia profunda con Colau y sus fíltreos con el referéndum ilegal, pero entienden que se trata de una causa que la alcaldesa asume sin ningún entusiasmo en las condiciones en las que ha planteado y que también ha de contentar a un sector de Catalunya en Comú que se declara independentista.

Así, en medio de este escenario, Miquel Iceta cargó ayer contra Colau en la Fiesta de la Rosa del PSC en Gavá (Barcelona), en una actuación infrecuente en el líder socialista. “No se puede decir que tienes un acuerdo y no respetarlo, porque si reclamas la nueva política has de practicar la transparencia”, dijo el líder socialista para referirse a la actuación de la alcaldesa. “Nos dice que va a ir a votar aunque no sea un referéndum, pero no nos dice qué votará. ¡Por una vez que hacen una pregunta clara!”, siguió insistiendo Iceta.

Un edil dice que hay formas de esquivar al Constitucional

El cuarto teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Asens (Barcelona en Comú), aseguró ayer que hay “maneras de esquivar” las resoluciones del Tribunal Constitucional sobre el 1 de octubre para poder celebrar actos del referéndum en la ciudad. Según dijo, esa resolución se puede interpretar “en beneficio de los derechos y libertades o en su perjuicio”, y añadió que el Ayuntamiento lo hace de manera beneficiosa para respetar el derecho de los ciudadanos de organizar actos. Asens afirmó que, con “pericia y audacia” para solicitar las autorizaciones, es posible evitar la suspensión de actos del referéndum en el marco que ha dicho el Constitucional. Y consideró que los actos de campaña “pueden estar afectados”, pero que los debates no lo están, a diferencia de lo que dictaminaron jueces de Madrid y Vitoria prohibiendo actos sobre el referéndum.

También señaló Asens que influirá “quién organiza el debate, el contenido y en qué términos se presenta”, pero que el Ayuntamiento intentará aplicar la resolución del Constitucional de la manera menos lesiva posible.

Por ello, consideró que Colau ha de acabar con la aparente equidistancia. “Hemos de pedirles cuentas a los que lideran un proceso que divide a la sociedad catalana”, remachó.

Líneas rojas

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Más cauteloso se mostró Jaume Collboni, segundo teniente de alcalde del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, en declaraciones a EL PAÍS. “Nuestras líneas rojas para seguir en el Gobierno municipal es que no se cedan locales ni medios materiales para hacer posible el referéndum, que es lo que ha dicho el informe del secretario municipal”, explicó. El edil del PSC admite sin reparos que discrepan del partido de Colau abiertamente por el referéndum, pero no cree que eso haya de romper el acuerdo de gobierno en la capital catalana.

Es la misma posición que ya expresó el pasado día 12 en Barcelona el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien, a nivel personal, se declaró favorable a que el PSC mantuviera el acuerdo con Colau, aunque esa decisión correspondería tomarla a la federación de Barcelona. En su intervención de ayer en la Fiesta de la Rosa, Sánchez evitó cualquier referencia a la alcaldesa.

Collboni, que debía intervenir en ese acto y finalmente no lo hizo porque estaba en Madrid, sí que reprochó la actuación de Colau del pasado sábado, cuando recibió en el Ayuntamiento a más de 700 alcaldes que ha citado a declarar la fiscalía por colaborar con el referéndum. “Está muy bien que haga eso, pero se echó en falta que la alcaldesa tuviese unas palabras de apoyo a los alcaldes no independentistas que sufren amenazas y presiones por cumplir lo que dicen los tribunales”, aseguró el líder del PSC de Barcelona, que es también secretario de política municipal del partido.

“No le oí ni una muestra de solidaridad con ellos y hubiera estado bien, porque no solo sufren los alcaldes a los que la Generalitat ha pasado la pelota para colaborar con el referéndum sin que les corresponda jugar a ello”, insistió Collboni.

Los socialistas consideran que, pese a las declaraciones y los titubeos de Colau, la alcaldesa no pondrá en riesgo su carrera política porque nunca ha sido independentista. Su posicionamiento lo entienden más como un deseo de contentar al soberanismo y liberarse de la presión a la que la están sometiendo desde hace semanas por mantener esa postura de equidistancia. Y Puigdemont lo sabe, aseguran fuentes socialistas, pero necesita, como Colau, escenificar que entre ambos hay un acuerdo para que el referéndum sea un éxito en Barcelona, cuando en realidad lo que ambos han acordado es un pacto de no agresión para hacer más llevadero el debate político que queda hasta el 1 de octubre.

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