Santamaría a Mas: “Por un cargo no se debe vender una comunidad”

La vicepresidenta descalifica al líder de Junts pel Sí como un "presidente menguante" que cada vez pierde más apoyos políticos y de la sociedad catalana

Primero fue la prudencia, luego las respuestas proporcionadas, más tarde las advertencias directas contra la presidenta del Parlamento catalán, Carmen Forcadell, y otros altos cargos y funcionarios de esa institución y de la Generalitat de Cataluña. Ahora, las diatribas y todas las baterías del Estado se dirigen hacia el presidente catalán, Artur Mas, al que se ve superado como interlocutor e imposible negociador de nada. El presidente Mariano Rajoy, con el que hace tiempo que rompió relaciones, prefiere evit...

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Primero fue la prudencia, luego las respuestas proporcionadas, más tarde las advertencias directas contra la presidenta del Parlamento catalán, Carmen Forcadell, y otros altos cargos y funcionarios de esa institución y de la Generalitat de Cataluña. Ahora, las diatribas y todas las baterías del Estado se dirigen hacia el presidente catalán, Artur Mas, al que se ve superado como interlocutor e imposible negociador de nada. El presidente Mariano Rajoy, con el que hace tiempo que rompió relaciones, prefiere evitar sus opiniones negativas sobre Mas en público, pero la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría hace días que no se corta.

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El enfado del Ejecutivo del PP ahora con Mas y su "deriva radical y antisistema", tras haber pactado Presupuestos y cargos al principio de su mandato, llevó este viernes a Sáenz de Santamaría tras el Consejo de Ministros a tildarle de "presidente menguante" y a culparle casi en exclusiva de la complicada situación actual: "Creo que por un cargo no merece vender una comunidad autónoma". Y apostilló que con esta apuesta separatista, que el 27-S no respaldaron en las urnas ni la mitad de los catalanes, "el único que puede sacar algo es el que quiere ser investido a toda costa dejándose muchos pelos en la gatera".

Cuestionar su capacidad

Durante varias semanas y meses la vicepresidenta se limitó, tras el Consejo de Ministros, a cuestionar fundamentalmente la capacidad política y de gestión del presidente catalán. A Mas se le achacó haber perdido toda la legislatura en "ensoñaciones independentistas", haber tenido que convocar tres elecciones autonómicas en cinco años, romper su propia e histórica coalición política (CiU), no preocuparse de los problemas diarios de la gente, endeudarse y no ser capaz de pagar las facturas de los proveedores. La Generalitat supervive gracias, sobre todo, a los 49.000 millones de euros extra que ha recibido del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) estatal.

La vicepresidenta lleva varias semanas haciendo una llamada directa a Mas para que reflexione y reconduzca la situación, pero en el Gobierno nadie confía realmente en que lo vaya a hacer y anhelan incluso que este proceso conduzca a su desaparición política. El portavoz del PP, Pablo Casado, concluyó este viernes que tras los dos intentos frustrados de investidura y los desaires de la CUP el proyecto secesionista "ha descarrilado" y "Mas está más solo que nunca". En el Gobierno y el PP esperan otro escenario y otro negociador "más útil y sensato" tras las elecciones generales del 20-D.

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