Urbanismo para mejorar la vida de los refugiados
El conocimiento de planificación urbana por parte de las agencias humanitarias y de desarrollo debe ser una herramienta vital para mejorar la autosuficiencia de las personas desplazadas
En la actualidad, el mundo es testigo de los mayores niveles de desplazamientos registrados, con 82 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares debido a catástrofes naturales, conflictos políticos, económicos y sociales, entre otras causas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que casi 235 millones de personas —una de cada 33 personas en todo el mundo— necesitarán ayuda humanitaria en 2021, lo que supone un aumento del 40% con respecto a 2020; datos que casi se triplican desde 2014.
Tras el aumento constante del número de personas refugiadas, los actores humanitarios reconocen que este fenómeno se desplazará cada vez más hacia las zonas urbanas, ya que estas presentan oportunidades clave para apoyar su recuperación y habituación. Sin embargo, las proyecciones de urbanización indican que la mayor parte del aumento de la población urbana mundial se producirá tanto en ciudades pequeñas y medianas, así como en sus adyacencias; es decir, entornos que disponen de menos servicios y reciben menos apoyo al desarrollo por parte de los actores nacionales e internacionales.
Según un reciente informe publicado por el Real Instituto de Urbanismo (RTPI), titulado Urbanización, desplazamiento y planificación urbana, se pone en evidencia que los esfuerzos realizados por distintas agencias humanitarias y de desarrollo no consiguen estar coordinados espacialmente, por lo que deja a las personas desplazadas y refugiadas al margen de las oportunidades de urbanización. Es por este motivo que se expone y sugiere que los agentes humanitarios y de desarrollo aprovechen mejor los procesos de urbanización y utilicen la planificación para mejorar los resultados de los refugiados.
Por el momento, este estudio ha recibido el respaldo de un destacado grupo de académicos especializado en desarrollo internacional el cual afirma que el foco debería estar puesto en el debate sobre cómo planificar la afluencia de personas desplazadas a gran escala. Además, se expone que, si no se reconoce la dimensión urbana de estos desplazamientos en las ciudades pequeñas y medianas, podrían perderse oportunidades de captar la prosperidad urbana y apoyar la recuperación y el desarrollo.
El crecimiento sostenible de las ciudades puede ayudar gratamente a los refugiados y a las personas desplazadas a recuperarse y ser autosuficientes
Según el RTPI, una de las deficiencias existentes en este tipo de contextos es que los conocimientos de planificación urbana se han centrado únicamente en la aplicación de las normas espaciales, sin tener en cuenta la búsqueda de un método que busque una coherencia socio-espacial y un enfoque holístico en la distribución de la prosperidad urbana entre las comunidades de acogida y desplazadas. Es por este motivo que, para combatir esta situación, los organismos humanitarios deberían fortalecer la comunicación tanto con los gobiernos locales así como con las comunidades afectadas para mejorar la información y datos que ayuden a evaluar el carácter urbano y los procesos de urbanización en este tipo de entornos. Este compromiso entre distintas entidades podría ayudar a crear un consenso en torno a las intervenciones en los lugares de urbanización que estarían conectados con nuevas oportunidades de empleo, la recuperación espacial, social y económica del lugar, así como en lineamiento con el desarrollo local.
Tal y como afirma Michele Vianello, responsable de política internacional e investigación del RTPI, el crecimiento sostenible de las ciudades puede ayudar gratamente a los refugiados y a las personas desplazadas a recuperarse y ser autosuficientes, contribuyendo a que la economía local del lugar de acogida prospere. Sin embargo, la rápida afluencia de personas, la escasa capacidad y la oposición política pueden hacer que los desplazados se queden atrapados en lugares aislados de las oportunidades de la urbanización, lo que supone un aumento de los costes para las agencias humanitarias y unos malos resultados para los desplazados.
En definitiva, este informe desempeña un papel importante dentro del sector humanitario, puesto que promueve la evolución de los debates y la praxis sobre este acuciante problema que actualmente afrontan las ciudades del mundo. Así, se pone en relieve el papel fundamental de la planificación urbana en el fortalecimiento de vínculos entre los sistemas humanitarios y de desarrollo con el fin de lograr un desarrollo sostenible totalmente integrado.