Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

Cómo estar seguro de que lo que te venden como francés realmente lo es

Muchos de los productos que supuestamente son galos no han sido fabricados en Francia. Varios sellos de certificación, así como dos portales de internet, hacen la criba para garantizar que al consumidor no le den gato por liebre

Pasillo en un supermercado en Niza (Francia).REUTERS

Si hoy una persona quiere optar por comprar un producto fabricado en Francia, no lo tiene fácil. “Ensamblado en Francia”, “ideado en Francia”, “condicionado en Francia”. Son tantas las declinaciones posibles para apelar al patriotismo o al estilo francés en el consumo, que a menudo se acaba induciendo a error.

Incluso a veces sobran las palabras a juicio del fabricante, quien se contenta con estampar sobre el embalaje una bandera tricolor francesa, una imagen de la Torre Eiffel o el mapa del Hexágono, y con eso aparentemente está todo dicho. Pero la realidad es que muchos de esos productos que supuestamente son galos, no han sido fabricados en tierra francesa. A esta estrategia de marketing se le conoce como el French Washing– lavado francés—, o dicho de manera más castiza: presumir que es cierto lo que es mentira.

Solo está certificado el origen francés allí donde consta made in France o fabriqué en France, y normalmente la certificación no cubre el 100%. Es decir, una parte de las materias primas puede proceder del extranjero o parte de la concepción o fabricación del producto puede haberse realizado más allá de las fronteras del país.

Para ayudar a discernir entre tanta nebulosa, se han creado varios sellos públicos y privados. El Entreprise du Patrimoine Vivant es un certificado del Estado que agrupa a unas 1.400 empresas y artesanos, y que tiene como objetivo recompensar, promover y desarrollar la “excelencia francesa” en la fabricación. El Estado también vela por señalar las indicaciones geográficas, que buscan valorizar y proteger el origen de un producto de prestigio, como la cerámica de Limoges.

Entre los sellos privados, destaca Origine France Garantie. Para formar parte de este selecto grupo es necesario que el producto tome sus características esenciales en Francia y que entre el 50 y el 100% del precio de coste unitario ―el valor monetario de producir un bien― sea francés. France Terre Textile lo pone aún más difícil: para acceder a este sello, hay que certificar que como mínimo que el 75% de las etapas de fabricación se realizaron en el país.

En Francia, el 60% de los consumidores cree que el lugar de fabricación de un producto es un criterio importante al realizar una compra

El año pasado se crearon un par de portales de internet especializados en seleccionar lo que sí se fabrica realmente en Francia, para así favorecer a los artesanos, promover la verdadera economía local y evitar que al consumidor se le dé gato por liebre. En marzo del 2021, vio la luz Lesitedumadeinfrance. El sitio web propone más de 40.000 productos de 600 marcas del sector textil y del mueble. No se trata de un espacio de compra en sí mismo, sino de un portal que redirecciona el cliente hacia productores o distribuidores locales.

Algunos meses más tarde, en septiembre del 2021, nació la plataforma Cocodico para, según sus creadores, dar respuesta a una necesidad no satisfecha. Esta es la primera aplicación móvil dedicada al made in France, y representa una gran vitrina para los productores y distribuidores del país. En Francia, el 60% de los consumidores cree que el lugar de fabricación es un criterio importante o prioritario al realizar una compra, según información de la plataforma. Sin embargo, pese al deseo de la población de favorecer a las empresas nacionales, el 56% de los encuestados afirmaron que era difícil encontrar en el día a día productos manufacturados en Francia.

En Cocodico, la geolocalización permite al usuario detectar las tiendas más cercanas a su posición, que ofrecen productos autóctonos. En su catálogo constan 25.000 referencias de muebles, productos textiles, de higiene, belleza, herramientas, juguetes, artículos de ocio, para el jardín y los animales de compañía, entre otros.

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