La ‘artoteca’ o cómo col(g)ar el arte en casa o la oficina
La plataforma francesa de difusión de obras de artistas contemporáneos presta creatividad a hogares y a empresas
Hace siete años visité por primera vez una artoteca, una institución cultural pública de préstamo de obras de arte contemporáneas, una realidad que me era completamente desconocida hasta que llegué a Francia. Se trata, de hecho, de un invento alemán. Por aquellos lares crearon la primera en el ya lejano 1906. De Alemania la idea se importó al norte de Europa y a Francia a mediados del siglo XX.
Contamos su origen y la evolución del fenómeno en el post No al Museo; sí a la artoteca. La invención cruzó recientemente la frontera hacia el sur y dimos fe de ello en el post Prestar arte como si fueran libros, que escribí con motivo de la inauguración de la artoteka de Bilbao a principios de este año.
Y de artoteca en artoteca y tiro porque me toca. Mi nueva ciudad alberga ella también una mediateca. La de Chambéry fue creada en 1986. El fondo lo constituyen 528 obras originales de autores locales, regionales, nacionales e incluso internacionales. El genio artístico no sabe de fronteras. Están representadas en la colección las principales corrientes artísticas desde los años 1950 hasta nuestros días.
Para un vecino de Chambéry el abono anual cuesta 40 euros y permite llevarse a casa como préstamo tres obras al año cada una de ellas por un máximo de tres meses
La difusión peculiar de las obras, como préstamo ya sea a particulares, asociaciones, centros escolares, empresas o colectividades, ha hecho que la mayoría del catálogo lo compongan creaciones sobre papel (litografías, serigrafías, grabados, fotografías) pero también obras en 3D y digitales.
Se puede acceder al catálogo de obras en línea como cualquier otro que haya digitalizado su fondo. Se puede reservar por Internet la pieza deseada y pasar a recogerla in situ una de las dos tardes a la semana en las que la artoteca abre sus puertas. Cuando visité los locales me topé con un par de mujeres que estaban seleccionando algunas obras. En su caso era para llevarlas a su lugar de trabajo, unas oficinas municipales donde se gestiona el uso del agua de la aglomeración. Según me contaron es un espacio muy técnico, muy frío, y las obras de arte iban a dar vida y color a unos pasillos más que desangelados.
El préstamo es gratuito para las escuelas infantiles y primarias de la ciudad. Para un vecino de Chambéry el abono anual cuesta 40 euros y permite llevarse a casa como préstamo tres obras al año cada una de ellas por un máximo de tres meses. Si uno no quiere comprometerse por un período tan largo puede puntualmente tomar en préstamo una creación por 25 euros y disponer de ella en casa por un período máximo de tres meses. Si quien toma en préstamo la obra es una empresa, una colectividad o una asociación la tarifa asciende a 70 euros al año, lo que da derecho a coger prestadas hasta 10 obras por dos meses.
La particularidad de esta artoteca de Chambéry es que está asociada al Museo de Bellas Artes de la ciudad, con el que comparte edificio. De hecho esta región donde se encuentra Chambéry, Rhône Alpes Auvergne, es la que alberga más espacios como este de toda Francia. Son ocho. Además de la de Chambéry, encontramos otras tantas en Lyon, Grenoble, Villeurbanne, Annecy, Villefranche-sur-Saône, Saint Fons y Saint-Priest. ¿Será que los Alpes son fuente de inspiración para artistas y por lo tanto aglutinan además de a los creadores a los amantes del arte?
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